Todo parte de la realidad, al menos la ficción que retrató Alejandro González Iñárritu así fue.
La vida de un cazador, explorador, pirata, trampero, comerciante de pieles, entre otros oficios, fue tomada para llevarla al cine, de una manera sin igual.
Junto a su equipo de producción, Iñárritu tomó el reto y se enfrentó a la historia de Hugh Glass para plasmarla en 156 minutos y traer una cinta impregnada con sangre de venganza, dolor y superación de la catástrofe ante la adversidad.
“The Revenant” es el sexto filme de “El Negro”, que llega hoy a las marquesinas mexicanas, y cuenta con las actuaciones de Leonardo DiCaprio y Tom Hardy, capturados bajo la lente maestra de Emmanuel Lubezki, todos nominados en la próxima entrega de los Premios Oscar.
La película que inició su corrida comercial en Estados Unidos en diciembre lleva recabados poco más de 160 millones de dólares (mdd), y se espera que se convierta en la elegida para que DiCaprio –finalmente– se lleve la estatuilla a Mejor Actor.
De resultar ganadores los mexicanos, este sería el tercer año consecutivo en que Lubezki ganase el Oscar a Mejor Fotografía, el tercer año al hilo en que un director venido de sangre azteca consiguiera la presea y el segundo año en que Iñárritu se lleve la estatuilla por Mejor Película.
El reto de ser natural
La fotografía de “El Chivo” deja el reto técnico del plano secuencia presentado en “Birdman”, la cinta anterior de “El Negro”. Ahora Lubezki se sumerge en la aventura de crear atmósferas con luz natural y adecuarse a lo que dictan las leyes de la rotación terrestre.
Bajo las condiciones de frío extremo y durante nueve meses se realizó la filmación de “The Revenant”, misma que tuvo que ser rodada en formato digital, pues este proceso les permitía tener una hora más al día antes de alcanzar el anochecer.
Y debido a los retrasos en la producción se empezó a perder el gélido paisaje requerido para la cinta, no quedó más que el equipo completo de rodaje se moviera desde Canadá, hasta Argentina para poder alcanzar de nuevo los parajes nevados retratados por Lubezki.
Enfrentando la carne
El actor Leonardo DiCaprio es un vegetariano declarado, pero para marcar el realismo que demandaba Iñárritu, tuvo que dejar atrás los vegetales y comerse a mordidas un hígado de bisonte para una de las secuencias del filme.
Además, el histrión tuvo que aprender a disparar un mosquete, encender una fogata y hablar dos lenguas nativas indígenas americanas. DiCaprio considera que esta ha sido la actuación más difícil de toda su carrera.
Antes de que Leonardo obtuviera el rol de Hugh Glass, este pasó por distintas manos en Hollywood, llegándose a considerar a Christian Bale y Samuel L. Jackson.
DiCaprio estaba contemplado para ser el protagónico en la película de “Steve Jobs”, pero decidió dejar el proyecto para dejarse dirigir por “El Negro” Iñárritu.
Naturaleza salvaje
Desde la filmación de “El Origen” (2010), la relación entre los actores Leonardo DiCaprio y Tom Hardy se volvió fructífera, por lo que el intérprete de “El Lobo de Wall Street” (2013) invitó al nuevo Mad Max a integrarse al proyecto del mexicano.
Hardy ha dicho en varias ocasiones que él no lee los guiones, pero DiCaprio le insistió que leyera el guión de “The Revenant”, a lo que el actor respondió leyendo la mitad del libreto y decidió involucrarse en la cinta.
Pero la filmación no fue “miel sobre hojuelas”, Iñárritu fue demandante y temperamental, lo que en parte hizo que varios miembros de la producción abandonaran el filme antes de ser terminado.
Entre Hardy y “El Negro” las fricciones no se hicieron esperar, debido a que el actor se encontraba preocupado por algunas escenas de riesgo que tenían que filmar. Iñárritu le permitió al histrión ahogarlo como desahogo, después la fotografía que les tomaran a los dos en riña daría vuelta a la producción impresa en una camiseta, que fue financiada y regalada por Hardy al final del rodaje, para todos.
Para satisfacer al oído
Sin ser contemplativa, pero tampoco cine experimental, “The Revenant” se adentra a un estilo de Hollywood que pocas veces se ve en pantalla. Esto reta al espectador que piensa que solo se trata de una película más de aventuras y acción.
En el caso del soundtrack, González Iñárritu escogió a los compositores Alva Noto –quien realmente se llama Carsten Nicolai– y Ryûichi Sakamoto.
La composición se marca por el leitmotiv acuñado para el personaje de Glass, además de ser estridente para los momentos de mayor tensión en la cinta.
Y aunque no es olvidable, tampoco tiene la fuerza o ímpetu con el que se destacan otras bandas sonoras de los filmes producidos en 2015.