Se busca al padre del ‘Quijote’

Un equipo multidisciplinario de investigadores se ha dado a la tarea de buscar los restos de Miguel de Cervantes Saavedra, en el antiguo templo del convento de las Trinitarias Descalzas, en Madrid, donde el autor de “Don Quijote” fue enterrado el 23 de abril de 1616.

La primera de las tres fases de búsqueda de los restos óseos del novelista, poeta y dramaturgo del siglo 17, que datan de hace cuatro siglos, comenzó este lunes a cargo del georradarista Luis Avial. 

Colocarán georadares de penetración de tierra en el subsuelo de la actual iglesia bajo donde fue construido el antiguo templo. 

Valiéndose de dichos aparatos, que emiten ondas electromagnéticas que son proyectadas bajo tierra, esperan trazar un mapa tridimensional de todo el convento y, con ello, explorar cavidades con sensores infrarrojos. 

Según El País, esta primera fase puede prolongarse hasta una semana y media, y la segunda fase, encabezada por el antropólogo forense Francisco Etxeberría, consistirá en las excavaciones arqueológicas encaminadas a dar con los restos óseos. 

Posteriormente, se espera que la tercera y última fase, que estaría a cargo del historiador y genealogista Fernando Prado, incluya el análisis forense de los restos. 

Según reportó la BBC, se utilizaría el método de “caracterización antropológica”, que consiste en comparar los restos hallados con los rasgos físicos que se han descrito en documentos históricos.

Y es que existen ciertas características físicas de Cervantes que podrían contribuir a facilitar la identificación del genio novelista. El escritor tenía, por ejemplo, una lesión en la mano izquierda y otra en el esternón. 

Aunque no se procederá con un análisis de ADN de los huesos del escritor, ya que actualmente no existe descendencia directa de Cervantes. 

Etxeberría explicó a RTVE que se busca “un individuo que, siendo varón, tenga cerca de 70 años, que tenga artrosis en la columna vertebral, que le falten muchos dientes en la boca”. Y que también cuenta con varias heridas de bala, dos en el pecho y una en la mano izquierda, precisó el antropólogo.