SmartFilms Festivall, “El cine dejó de ser para unos cuántos”

La historia del cine está ligada con los avances tecnológicos que van cambiando la forma de verlo y crearlo, en su producción y proyección, incluso, la manera de disfrutarlo. Desde aquellas primeras proyecciones de los hermanos Lumiére, hasta las últimas innovaciones en los gráficos, se ha puesto a prueba que sólo es cuestión de creatividad para que la industria del séptimo arte evolucione.

Gracias al desarrollo de la tecnología, la innovación y el interés de las nuevas generaciones en el sector creativo, se han ido transformando los conceptos sobre cómo se tendría que hacer cine en el siglo XXI. Nuevas visiones, intereses y anhelos se ven proyectados y, gran ejemplo de ello, es SmartFilms, Festival hecho con celulares, el cual llega a su cuarta edición en México bajo la idea de que emprender en el sector creativo ha dejado de ser una odisea.

“Hoy se convirtió en todo un universo de posibilidades y eso porque la misma forma de contar historias ha migrado a otros lugares, hacer cine con celular explora otras formas y narrativas audiovisuales y toman su valor”, indica Adriana Sánchez, directora de SmartFilms.

SmartFilms, de Colombia para el mundo

El proyecto nació hace siete años en Colombia, con la premisa de decirle a los jóvenes y a la gente interesada que los grandes presupuestos son historias del pasado y que actualmente hay muchas maneras de generar contenido de calidad. Debido a su éxito, esto se ha replicado desde hace cuatro años en México y, desde hace dos, en Paraguay.

Esto les ha involucrado en muchos retos, desde combatir la idea de que el cine sólo debe hacerse con cámaras profesionales y no con teléfonos celulares, hasta apostar por una industria que es muy demandada a nivel internacional.

“Junto con nuestras formas de contar historias, los celulares han evolucionado de una manera impresionante, con mejores cámaras que las mismas cámaras profesionales. Entonces, en realidad, los costos han disminuido y eso permite hacerlo más accesible a muchas personas más y ahí adquiere un valor bonito, entre más gente diferente cuente historias, más valor adquiere lo que hacen”, explica.

La apuesta por expandirlo a México también implicó una hazaña, dejar a un lado la aparente zona de confort en la que se mantenían para que este formato se replicara en otros países. Al inicio, confiesa, hubo mucha incertidumbre, pues en Colombia ya es muy exitoso, al grado de que personalidades como Oliver Stone estuvieron presentes en las galas de premiación. Que llegara al país involucró “empezar de cero”.

“Dimos un salto muy grande en México, darnos cuenta que la oferta creativa en el medio audiovisual es muy grande, maravillosa y de calidad. La intención fue hacer la recolección de las voces mexicanas, creando un festival mexicano. Aunque somos una casa matriz, cada festival va adquiriendo su personalidad y, en México, hay mucho talento”, relata.

Con el paso de los años y al ver la madurez a la que está llegando el festival se han ido dando cuenta del poder y de las posibilidades de SmartFilms. Al ser también una casa productora, se han encontrado con gente que ha participado en el festival, quienes ya han trabajado de la mano de las mentes brillantes del séptimo arte, uniendo creatividad y pasión. Así, reafirma que trabajar con un celular no implica entregar un trabajo de menor calidad.

“Nosotros buscamos ser una plataforma para millones de talentos que hoy nos están escuchando, viendo desde diferentes puntos. Hoy tienen esa posibilidad, hay gente que de verdad necesita y está ávida de nuevas historias y de crear contenido de calidad, y qué mejor historia que la que tenemos todos para contar”, opina.

Esta evolución les ha permitido ver una curva de aprendizajes, de conocer cada vez más a gente interesada en hacer cine y demostrarles que sí se puede incursionar en esto.

“Lo entendimos porque lo vivimos y lo compartimos a ellos, no sólo es decirles ‘aquí tienen un festival de cine, tienen herramientas, ahora hagan películas’, pues no, la gente utilizaba el celular con otro fin y no creativo, es como aprender a manejar una cámara. Por eso también nos encargamos de capacitar a la gente, que sepa a usar su herramienta y explorar todas sus capacidades”, reitera.

Crecimiento en pandemia

En su segunda edición capacitaron a 7 mil 800 personas, el año pasado, en su tercera edición, a 144 mil personas, esto les ha permitido conocer que cada vez hay más gente interesada en hacer cine y, sobre todo, todos tienen las mismas posibilidades.

“La gente exploró la herramienta como un ejercicio creativo, eso ya es ganancia para una sociedad. Al final, es muy político cuando a toda la gente le dan herramientas para que hable, decirle que tiene voz, y hacer cosas maravillosas, explorar otras formas de vida, y eso es muy rico y es lo que SmartFilms busca”, indica.

Durante el año pasado con la pandemia descubrieron el poder que el celular y el cine han tenido para la gente, como el medio de expresión por excelencia. A esto, opina, se le da otro valor agregado, que estos discursos se sumen a la oferta cinematográfica del país, que exploren sus capacidades y mostrar más historias, las cuales, deben ser contadas.

Para Adriana Sánchez esto le suma aún más importancia a su quehacer desde el festival con el que se pueden reflejar diversas realidades, brindando más oportunidades profesionales.

“Nosotros les enseñamos a que se puede vivir del arte, que sus contenidos se pueden monetizar, hacer inclusiones de marca, tiene un corte comercial y no a todos los cineastas les gusta, pero a otros sí. Los presupuestos son historias del pasado, por eso todos lo pueden hacer y ver. El cine dejó de ser para algunos pocos, hoy todos pueden hacer cine con lo que tenemos a la mano, simplemente con las ganas y arrancarlo”, puntualiza.

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