Tus hábitos de sueño y vigilia podrían indicar la hora en la que probablemente fallezcas en un futuro, esto según un estudio que encontró de manera casual una variación genética que regula “el horario” de la muerte del ser humano.
Andrew Lim, del Departamento de Neurología del Beth Israel Deaconess Medical Center en Boston, Massachusetts, aseguró que encontró –de manera casual– este gen mientras buscaba algún rastro genético que pudiera predeterminar y prevenir padecimientos como Alzheimer y Parkinson.
Los científicos encontraron el gen que se podría decir da “cuerda” a nuestro reloj biológico. Irónicamente, el descubrimiento publicado en la revista Annals of Neurology podría ser de gran ayuda para tratamientos de índole neurológico y cardíaco.
De hecho, Lim dijo que “el reloj biológico interior regula muchos de los aspectos de la biología y conducta humana, (y su influencia) en la hora de estados clínicos agudos, como el derrame cerebral y el infarto”.
Con esto, el equipo de Lim no está afirmando que se puede “predecir” la muerte de una persona, pero sí que estos resultados pueden usarse en el futuro para hacer conclusiones más útiles. Como, por ejemplo, en qué momento del día los pacientes con problemas del corazón o con un derrame cerebral deberían tomar medicamentos para que resulten más eficaces, o cuándo deben ser controlados más de cerca los pacientes hospitalizados.
Para esta investigación, el equipo de científicos analizó los patrones de sueño de más de mil 200 personas –sanas– cuya edad rondaba los 65 años. A los participantes que se sometieron voluntariamente al estudio se les colocó una pulsera que “vigiló” sus ciclos de sueño y vigilia.
Los resultados arrojados indicaron que las personas que suelen acostarse y levantarse temprano, en efecto tienen diferencias genéticas con las que acostumbran y/o prefieren levantarse un poco más tarde y tienden a acostarse casi de madrugada.
También se les aplicaron evaluaciones neurológicas y psiquiátricas cada año.
Este grupo de expertos encontró una molécula o nucleótido cerca –casi combinado– de un gen, “Período 1”, que tiene de base adenina (A) o la guanina (G), que se encargan de responder a los hábitos de despertar de una persona.
De acuerdo a esta investigación, los seres humanos se pueden clasificar en tres tipos diferentes: AA, GG y AG. Las personas con genes del tipo AA y AG tienden a fallecer antes de las 11 de la mañana, mientras que las personas con genes GG, tienden a hacerlo antes de las seis de la tarde.
El análisis del patrón y hábito de despertarse, por ende de sueño, fueron fundamentales para determinar la hora en la que una persona con uno de los tipos de genes (ya sea AA, GG o AG), tiende a fallecer. Además, esta información será de utilidad para poder tratar mejor a personas hospitalizadas con medicamentos para padecimientos o condiciones delicadas, ya sean neurológicas o relacionadas al corazón.
Las personas que son portadoras del gen AA, tienden a despertarse una hora antes que los GG. Los de AG duermen media hora menos que los GG. Es decir, las personas que madrugan (los del AA y AG) son los que tienden a fallecer a las 11 de la mañana, y los del gen GG (las personas que trasnochan), son los que tienen tendencia a fallecer casi a las seis de la tarde.
El 60 por ciento de los participantes eran madrugadores y tenían cromosomas adenina, mientras que los trasnochadores, el 40 por ciento de los que participaron, tenían guanina.
Si eres madrugador o trasnochador, no te alarmes, trata de dormir las horas que sean necesarias para que tu cuerpo descanse y pueda mantenerse activo.
A cuidar el sueño
En este espacio ya hemos aludido al “Mito de las ocho horas de sueño” y a decir de Juan Antonio Madrid, Catedrático de Fisiología de la Universidad de Murcia, “el sueño y la vigilia son dos caras de la misma moneda, que es la vida. Descansar lo suficiente es la mejor forma de permanecer activo y viceversa”.
Y aunque tengas AA y AG o GG y tiendas a madrugar o desvelarte, es bien sabido que a pesar de que casi al 90 por ciento de la población le resulta efectivo descansar con siete u ocho horas de sueño, hay quienes con menos tienen suficiente para rendir igual durante el día.
Además, como también hemos explicado en este espacio, el hecho de estar expuestos a una pantalla de un celular, laptop, tablet o televisión dos horas antes de irse a la cama, disminuye hasta en un 22 por ciento la hormona “melatonina”, la cual regula el ciclo del sueño de una persona. La disminución de esta hormona es influye en el sueño y descanso, así como en el hábito de despertarse a tal o cual hora.
La aparente relación que tiene el “ritmo circadiano” con la muerte permiten que se abra un nuevo campo de estudio, lo que permitiría determinar la influencia, los patrones y las predeterminaciones genéticas.
Cumpleaños ¿feliz?
Y es que apenas este verano un estudio publicado en el journal Annals of Epidemiology dio a conocer que las personas mayores a los 60 años, tienen 14 por ciento de más probabilidad a morir el día de su cumpleaños, que cualquier otro día.
Los ataques al corazón son la causa más común de muertes en cumpleaños ya que la probabilidad de sufrir uno aumenta un 18.6 por ciento en esa fecha. A su vez, el estudio apuntó a un aumento del 21.5 por ciento de embolias o padecimientos cerebrovasculares el día del cumpleaños de la persona.
Es muy probable que hayas conocido a una persona que falleció el día de su cumpleaños o que recuerdes la muerte de William Shakespeare, Ingrid Bergman o María Félix, quienes también fallecieron el día de su natalicio. Muchas personas lo consideran un patrón de “cerrar” el ciclo”, pero las cifras determinan que tanto la genética como el reloj biológico y por supuesto, la salud, son factores determinantes.
No cruces los límites y tampoco te confíes si de descanso y salud se trata, ten en mente que el cuerpo tiene un reloj biológico en marcha y que se le puede dar cuerda. Es inevitable que este reloj siga avanzando, pero también es muy probable mejorar la calidad de vida.
Ese reloj puede que ya tenga “marcada” la fecha y la hora en la que una persona fallecerá… pero, ¿se puede hablar del tiempo que nos queda de vida sin tener que ser negativo o fatalista?
La respuesta es sí y la clave está en aprovechar cada uno de los días desde el amanecer, tomar cada error o situación negativa como una experiencia y aprendizaje que siempre nos recordará lo siguiente: el reloj está corriendo.