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La manera de tratar cualquier achaque se reduce a lo práctico. Basta con tomar un analgésico para aliviar ese dolor de cabeza recurrente. Pareciera que la manera de solucionar el problema es tener a la mano un fármaco para atacar esa molestia que a veces es mínima y que en ocasiones se vuelve mayor.
Otras personas no presentan ningún tipo de síntomas. Pero “sus pruebas de laboratorio salen bastante mal”, dice en entrevista para Reporte Indigo Enrique Molina, director general de BWELL, clínica mexicana que trabaja bajo el principio fundamental de la medicina preventiva.
“Porque el momento que pasa desde que una persona empieza a “tener un problema metabólico de funcionamiento en tu cuerpo, hasta que se manifieste un síntoma, pueden pasar años”.
Y es que “mucha de la gente se espera a que tenga un problema para hacerse los diagnósticos que tienen que hacerse”, señala el empresario, por lo que el modelo de salud de esta clínica con sede en Cancún consiste en “tratar de identificar y entender lo que está fuera de rango en las variables de una persona antes de que eso se convierta en un problema severo”.
A diferencia de otros centros de salud, la clínica BWELL opera bajo los conceptos de medicina integrativa, combina la medicina alopática convencional con la medicina alternativa funcional, preventiva, personalizada, holística y regenerativa.
Por lo que no solo consiste en “suprimir síntomas, sino tratar de encontrar las causas por las cuales una persona puede tener un síntoma o una enfermedad”.
Molina pone el ejemplo de tres personas que sufren la misma enfermedad.
Entonces, cuando los pacientes se valen de la medicina tradicional, dice Enrique, estos reciben el mismo tratamiento, “el de cajón”, que no necesariamente es el adecuado para todos.
“Nosotros investigamos qué está mal con las personas, cuáles son las causas” y así proceden con un tratamiento personalizado en base a lo que tenga el paciente, “independientemente de la enfermedad o el síntoma que tenga”, subraya. Se trata de “una labor investigativa, médica”.
Los males que más aquejan a las personas son aquellos que Enrique Molina denomina como “enfermedades de la civilización moderna”, es decir, problemas de sueño, trastornos digestivos, alergias, depresión, ansiedad, enfermedades cardiovasculares, dolor crónico e incluso pérdida de habilidades cognitivas.
Alude a causas como el estrés en la vida moderna, la falta de nutrientes en el cuerpo, carga tóxica química, carga tóxica biológica, falta de energía a nivel celular y las predisposiciones genéticas.