Después de que se diera a conocer que Uma Thurman también fue una de las mujeres agredida sexualmente por el productor de cine Harvey Weinstein, la protagonista de películas como Pulp Fiction y Kill Bill reveló que el director de cine Quentin Tarantino la obligo a filmar una escena en la que casi pierde la vida.
La actriz estadounidense aseguró este sábado en un artículo publicado por The New York Times que Tarantino la forzó a conducir un vehículo en malas condiciones, mientras rodaban la cinta ‘Kill Bill: Volumen 1’.
El rodaje de esta escena se realizó en México y según el testimonio de Uma Thurman, ella le pidió en varias ocasiones al director que no se realizara o en su defecto, que fuera grabada con un extra especialista en escenas de alto riesgo.
“Te prometo que el auto está bien. Es una carretera recta. Tienes que alcanzar los 65 kilómetros por hora porque si no lo haces, tu pelo no ondeará como es debido y te obligaré a repetirlo otra vez’”, dijo Tarantino a Uma para convencerla.
Finalmente, Tarantino convenció a Uma Thurman de realizar la escena. Sin embargo, la actriz sufrió un accidente real durante la filmación que puso su vida en peligro:
“El volante me estaba apretando el vientre y mis piernas estaban atascadas debajo de mí”, confesó.
El artículo publicado por el rotativo estadounidense viene acompañado del siguiente video, el cual, afirma Uma, tardó 15 años en conseguir.
El desencadenante de todo esto? “Kill Bill”.
Un incidente de rodaje que casi mata a Uma Thurman por pura cabezonería de Quentin Tarantino, empeñado en que rodara ella misma una escena de conducción propia de especialistas. pic.twitter.com/SR4KjlFI4A— Danilugoce¹³ (@Danilugoce) 3 de febrero de 2018
Aunque Tarantino le prometió que sería una ruta en línea recta y bien asfaltada, la grabación muestra un camino lleno de curvas y muy irregular.
Segundos después de comenzar la carrera, Thurman se estrella contra un árbol, la actriz es sacudida fuertemente y permanece aturdida por momentos hasta que personal del rodaje se la llevó para ser atendida.
“Sentí ese dolor intenso y pensé: ‘Dios mío, nunca volveré a caminar'”, dijo. “Cuando volví del hospital con un collar especial en mi cuello, con mis rodillas dañadas y un gran huevo en mi cabeza y una conmoción cerebral, quise ver el carro y quedé muy molesta”.