Si un medicamento pudiera alterar, rápidamente, los patrones de pensamiento de una persona, mejoraría de forma importante la salud mental –y calidad de vida- de quienes padecen un trastorno depresivo mayor o depresión clínica.
Un medicamento capaz de desactivar la “red neuronal por defecto”, una región del cerebro relacionada con la introspección, que suele estar excesivamente activa en personas con depresión, lo que los hace ensimismarse en sus pensamientos negativos.
La psilocibina, un químico que se encuentra en los hongos alucinógenos, tiene este potencial, al menos así lo sugiere un equipo de científicos del Imperial College de Londres involucrado en un proyecto de investigación sobre los beneficios médicos de este químico para tratar la depresión.
“Al alterar esa red (con psilocibina), puedes liberarlos (a las personas) de los síntomas de la depresión al demostrarles que es posible escapar de esos pensamientos”, dijo a CNN David Nutt, profesor de Neuropsicofarmacología del Imperial College de Londres, y quien lidera el proyecto.
Las personas depresivas tienden a “cavilar sobre sí mismos, sobre sus deficiencias, en su maldad, en que no valen nada, en lo que han fallado —hasta el punto de que a veces es delirante”, explicó Nutt a The Guardian, apuntando que la psilocibina parece bloquear esa actividad y detener la rumiación obsesiva.
En estudios previos con personas sanas a las que se les inyectó psilocibina, Nutt y su equipo de investigadores demostraron, mediante un escáner cerebral, que este químico “apaga” la RND, que está conectada en “exceso” en aquellos que padecen depresión y otras enfermedades mentales, como el trastorno obsesivo compulsivo (TOC).
“Nunca habíamos tenido fármacos con efecto instantáneo. Esto podría crear un cambio de paradigmas para ayudar a que las personas a que entren en un estado de pensamiento distinto en el que puedan permanecer”, expresó Nutt.
Sin embargo, Owen Bowden-Jones, miembro del Real Colegio de Psiquiatras de Reino Unido, enfatizó que es necesario llevar a cabo más investigaciones para determinar que la terapia con psilocibina funciona en un entorno clínico y si es segura.
Si bien Nutt reconoce que es probable que esta sustancia alucinógena no se convierta en un tratamiento popular, confía en el potencial de la misma como alternativa a otros tratamientos comunes para la depresión que no son efectivos para todos.