¿Qué puede hacer un fabricante de aviones por el medioambiente, a la vez que mejora la protección de los jugadores de futbol americano?
Utilizar los restos de fibra de carbono que funcionan en la producción de sus aeronaves para fabricar las hombreras que utilizan quienes juegan a dicho deporte.
Esto es precisamente lo que hará Boeing, que cederá los restos del B-87 Dreamliner a la compañía Russell Athletic, para desarrollar el sistema de hombreras CarbonTek, las primeras estructuras exoesqueléticas de uso deportivo hechas de “100 por ciento de fibra de carbono de calidad aeroespacial”, señala el sitio oficial de la empresa.
Además, son más resistentes, duraderas y ligeras. Y están moldeadas específicamente para adaptarse al cuerpo de los atletas.
Nuestra colaboración con Russel Athletic es una oportunidad fabulosa para utilizar la fuerza y ligereza característicos de la fibra de carbono del 787 para apoyar a atletas de élite en el campo”, dijo en un comunicado Julie Felgar, directora comercial de la estrategia ambiental del fabricante aeronáutico estadounidense.
Por su parte, Robby Davis, vicepresidente senior y gerente general de Russell Athletic, apuntó que la alianza entre Boeing y Russell Athletic “es una oportunidad emocionante para que ambas compañías aprovechen el valor de la fibra de carbono que se utiliza en el equipo atlético de alto rendimiento mientras ayudan a cumplir las metas ambientales”.