Los alrededores de la planta nuclear de Fukushima, destruida tras el terremoto y el tsunami que azotaron a Japón en 2011, y actual sede de altos niveles de radiactividad, podrían convertirse en un atractivo destino para los viajeros que son partidarios del llamado “turismo negro”.
El diario asiático South China Morning Post (SCMP) reportó que el sitio turístico potencial, bautizado tentativamente como “Fukushima Gate Village”, estaría ubicado “al borde de la zona de exclusión”, alrededor de la planta atómica de Fukushima.
La idea procede del filósofo y crítico cultural Hiroki Azuma, quien reunió a un equipo de ocho expertos en distintas disciplinas para analizar la viabilidad del proyecto. Azuma se inspiró después de “observar la transformación de la zona alrededor de la planta de energía nuclear de Chernobyl en una área turística”.
Ese complejo turístico de Fukushima alojará restaurantes, hoteles, tiendas y un museo que servirá de medio de comunicación para contar la catástrofe y el impacto que ha tenido desde entonces en la vida de la población local.
Incluso también hay planes de que este nueva aldea albergue instalaciones de investigación dedicadas al desarrollo de recursos energéticos renovables, informó SCMP.
También se podrán hacer visitas en camión a la planta Fukushima Dai-Ichi, donde los viajeros más aventureros tendrán que portar máscaras para respirar y trajes de protección especiales para ser testigos de la dimensión de los daños.
“No preveo ningún obstáculo particularmente grande para el proyecto y los visitantes estarán protegidos de la radiación de la planta, ya que solo se les permitirá visitar las zonas que han sido consideradas seguras”, afirmó Azuma.