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Verano peligroso

Aunque el verano llegó con lluvias intensas, lo cierto es que las altas temperaturas continúan haciendo de las suyas, al menos en Sonora, Sinaloa, Chihuahua, y la Península de Baja California, entre otras entidades del norte del país, donde la ola de calor registrada desde principios de mes ha disparado el termómetro por encima de los 40 grados.

"El calor hace que las personas (...) sean más propensas a la ira, las hace sentirse más frustradas y hace más impulsiva la toma decisiones. Y eso puede dar lugar a altercados que escalen a niveles de agresión más extremos"
Brian LickelUniversidad de Massachusetts Amherst
https://www.youtube.com/watch?v=1sVWReN3zHQ

Aunque el verano llegó con lluvias intensas, lo cierto es que las altas temperaturas continúan haciendo de las suyas, al menos en Sonora, Sinaloa, Chihuahua, y la Península de Baja California, entre otras entidades del norte del país, donde la ola de calor registrada desde principios de mes ha disparado el termómetro por encima de los 40 grados.

Y con la temporada de calor también se dispara la violencia. Existe evidencia de que las altas temperaturas y la humedad producen cambios fisiológicos –aumento del ritmo cardíaco, sudoración–, que nos hacen sentir con menor energía, cuando en realidad estamos agitados.

Explotamos ante la menor provocación, explicó a National Geographic Brad Bushman, psicólogo de la Universidad Estatal de Ohio, y experto en violencia y agresividad humana.

Según Craig Anderson, investigador sobre violencia de la Universidad Estatal de Iowa, las molestias causadas por el calor nos vuelven irritables, lo que a su vez propicia conductas agresivas y violentas. 

El mejor ejemplo es la ira al volante. “El calor dentro del auto influye en las capacidades y en el comportamiento del conductor: induce a la fatiga y actúa como un factor potenciador de cualquier alteración o problema que pueda tener el conductor”, escribió Leonardo De Pierro, subgerente de Seguridad Vial del Centro de Experimentación y Seguridad Vial de Argentina, en un artículo publicado este año en El Clarín. 

También “disminuye la atención, la asimilación de información y la agudeza visual, e incrementa el tiempo de reacción y la agresividad (…)”. Y agregó que “el calor, a su vez, produce pérdida del confort y anticipa los síntomas del cansancio”, como la somnolencia e irritación, los calambres en las piernas y el dolor de cintura, entre otros.

De hecho, un estudio realizado por Hella, fabricante alemana de componentes electrónicos y sistemas de iluminación para la industria automotriz, reveló en 2010 que conducir un auto cuya temperatura interior supera los 27 grados centígrados puede aumentar 11 por ciento el riesgo de accidentes. Y hasta 22 por ciento si el interior del vehículo rebasa los 32 grados. 

Y es que al calor al volante se suman otros peligros a los que nos exponemos durante el verano. 

Intoxicaciones por alimentos

De acuerdo a una revisión de estudios realizada por investigadores de la Escuela Nacional de Ciencias Biológicas del Instituto Politécnico Nacional (IPN), durante la temporada de calor aumenta el riesgo de sufrir cuadros gastrointestinales, una de las primeras causas de consulta médica y de muerte en México. Los alimentos contaminados suelen estar implicados en la mayoría de las enfermedades infecciosas intestinales. 

“Cualquier cosa que tenga mayonesa, lácteos o huevos y cualquier producto de carne puede desarrollar algunas bacterias bastante desagradables después estar solo un par de horas fuera del refrigerador”, dijo al sitio de divulgación científica WebMD Ryan Stanton, doctor especializado en medicina de emergencia.

Alergias 

Las actividades al aire libre nos hacen vulnerables a las picaduras de insectos, que en algunos casos pueden provocar reacciones alérgicas mortales. WebMD señaló que síntomas como la urticaria, hinchazón en grandes áreas del cuerpo, opresión en el pecho o dificultad para respirar, inflamación de la lengua o la cara, mareos y la sensación de que uno se va a desmayar requieren de atención médica inmediata.

Quemaduras solares

Todos sabemos que la exposición al sol aumenta el riesgo de desarrollar melanoma, el tipo de cáncer de piel más grave, y cuya incidencia continúa en aumento a nivel global. 

Pero una historia de quemaduras de sol es otro factor de riesgo importante que eleva las probabilidades de padecer este tumor cutáneo maligno. 

Un estudio a cargo del Dr. Abrar A. Qureshi, del Departamento de Dermatología de la Escuela Médica Warren Alpert de la Universidad de Brown, demostró que las mujeres que sufrieron al menos cinco quemaduras solares con ampollas entre los 15 y 20 años tenían 80 por ciento mayor riesgo de desarrollar melanoma.

En la investigación, cuyos resultados fueron publicados este mes en la revista científica Cancer Epidemiology, Biomarkers and Prevention, se evaluó la historia médica y los factores de riesgo de cáncer de piel de 108 mil 916 mujeres caucásicas a lo largo de 20 años. 

Incluso una quemadura de sol con ampollas durante la niñez incrementa más del doble el riesgo de desarrollar melanoma en la edad adulta, según la Skin Cancer Foundation. 

Enfermos por calor

Un típico escenario de verano: pasamos mucho tiempo expuestos al calor, sudamos y nos hidratamos poco. Según la cantidad de líquido corporal perdido, la deshidratación puede causar problemas de salud graves como el agotamiento por calor, que puede escalar al golpe de calor. El primero se caracteriza por sudor copioso, piel fría, pulso rápido y débil. 

Pero “cuando una persona está expuesta al calor por mucho tiempo, lo primero que deja de funcionar es la capacidad de sudar”, explicó a Scientific American Mike McGeehin, Director del Programa de Riesgos Ambientales y Efectos en la Salud de los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC) de Estados Unidos. 

De ser así, “en muy poco tiempo una persona puede pasar de agotamiento por calor a golpe de calor”, en el que la temperatura corporal asciende por encima de los 39 grados centígrados, la piel se pone seca, el pulso se acelera y se presentan mareos o confusión. Puede ser mortal, por lo que debe tratarse como una emergencia médica. 

“El sarpullido y los calambres musculares por calor son los primeros signos de que las personas están abrumadas por el calor. Si estos no se tratan, pueden conducir a síntomas más graves”, agregó. 

Los padecimientos anteriores también pueden ser causa del estrés térmico por calor que sufren las personas que se exponen a ambientes de trabajo calurosos por un largo periodo de tiempo, tales como los bomberos, trabajadores de construcción y de fábricas, etcétera.

Según los CDC, entre quienes tienen mayor riesgo de sufrir estrés por calor están las personas mayores de 65 años, aquellos con sobrepeso, que padecen enfermedades cardiacas o hipertensión o que toman medicamentos que pueden ser afectados por calor extremo. 

Mayo rompe récord

El pasado mes de mayo fue el más caluroso a nivel global desde que comenzaron los registros en 1980, de acuerdo a la Administración Nacional Oceánica y Atmosférica de Estados Unidos (NOAA, en inglés). La temperatura promedio de la superficie terrestre y oceánica de la Tierra fue de 15.54 centígrados, 0.74 centígrados por encima del promedio registrado de los meses de mayo del siglo 21 (14.8 centígrados).

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