Lo llaman el “Viagra femenino”. Pero Flibanserin –comercializado bajo el nombre Addyi–, nada tiene que ver con la forma en la que funciona “la pastilla azul” en el cuerpo masculino.
Addyi recientemente fue aprobado por la Agencia de Alimentos y Medicamentos de Estados Unidos (FDA, en inglés), y está diseñado “para alterar la química cerebral de las mujeres con el paso del tiempo para aumentar el deseo sexual”.
Mientras que el Viagra en los hombres relaja los músculos y aumenta el flujo sanguíneo a los genitales para ayudarlos a tener y mantener una erección.
Una publicación en Scientific American indica que, a diferencia del Viagra, el Addyi “no provoca un cambio físico inmediato en el cuerpo”. Por lo que habría que tomarlo diariamente.
De hecho, el Addyi fue originalmente desarrollado como un antidepresivo, para lograr un posible efecto en la libido.
Además, el fármaco no está exento de provocar efectos secundarios, como se ha demostrado con otros antidepresivos prescritos fuera de etiqueta para tratar trastornos del deseo sexual.
Precisamente Addyi fue rechazado por la FDA en dos ocasiones por efectos secundarios como desmayos y baja presión arterial.
“Esto puede sentar un precedente de drogas riesgosas que están siendo aprobadas en base a campañas de relaciones públicas en lugar de la ciencia”, dijo a Marketplace la Dra. Adriane Fugh-Berman, profesora del departamento de farmacología y fisiología del Centro Médico de la Universidad Georgetown.