Violencia ‘para todo público’
Las películas que son aptas para adolescentes y adultos son cada vez más violentas, según los resultados de un estudio publicado por la Academia Estadounidense de Pediatría.
Los hallazgos también señalaron que desde 1950 a la fecha se ha duplicado la violencia en el cine. Y a partir de 1985, se han triplicado los niveles de violencia con armas en las escenas de las películas cuya clasificación es apta para jóvenes y adultos.
María Alesandra PámanesLas películas que son aptas para adolescentes y adultos son cada vez más violentas, según los resultados de un estudio publicado por la Academia Estadounidense de Pediatría.
Los hallazgos también señalaron que desde 1950 a la fecha se ha duplicado la violencia en el cine. Y a partir de 1985, se han triplicado los niveles de violencia con armas en las escenas de las películas cuya clasificación es apta para jóvenes y adultos.
Y es que en el 2012, la violencia con armas de fuego en las cintas clasificadas PG-13 (puede contener escenas no aptas para menores de 13 años), sobrepasó los niveles de violencia en las películas R (restringidas para los mayores de 17 años).
Esta investigación a cargo de la Ohio State University y el Annenberg Public Policy Center será publicada en diciembre de este año en la revista Pediatrics.
Para el estudio se realizó un análisis de 945 producciones, de las cuales 30 fueron éxitos en taquilla (lanzadas entre 1950 y 2012).
Otro hallazgo apuntó que cada hora aparecen dos escenas con violencia y armas de fuego, ya sea en una película para menores, como en una para adultos, señaló Variety.
Los expertos estadounidenses establecieron que se requiere hacer un cambio en el sistema de clasificación de películas para que se le apliquen restricciones dado el contenido violento.
Daniel Romer, uno de los autores de esta investigación, indicó que “la violencia vende. Eso lo reconoces y eso lo entiende perfectamente la industria de Hollywood”.
Romer y sus colegas subrayaron que la crítica y los sistemas de clasificaciones son más estrictos con el contenido de índole sexual que con el de violencia, “al sexo se le da un tratamiento de clasificación R (…) deberíamos de considerar a la extrema violencia con armas de fuego como clasificación R”, puntualizó Romer.