Ana Calderón integrante de Zines por morras, y la chica con la que salía se estaban besando en el coche, sobre la avenida Insurgentes. El hombre del auto de al lado les gritó que se dejaran ver, como si fueran un espectáculo. Ellas, con temor, subieron la ventana; él empezó a tocar el claxon para reclamarles.
Entonces, Ana comenzó a recolectar en Facebook testimonios de violencias hacia las mujeres lesbianas, bisexuales, pansexuales y queers en el espacio público para realizar un mapa digital. En éste señalaba la ubicación donde ocurrió el acoso callejero por ser parte de la comunidad LGBT+
Los testimonios forman parte de la Guía Rosi: la calle es nuestra, el primer volumen que imprime y realiza la colectiva Zines por morras. Fue Poly Espitia quien le propuso a Ana hacer un producto editorial físico, más allá de un mapa digital, para tener alcance no sólo en redes sociales.
Juntas eligieron el formato zine, abreviatura de fanzine. En un video lo definen como una publicación independiente producida por un grupo de personas que se encarga de la impresión y contenido para difundir un tema, en este caso “Nosotras en el espacio”.
“Soy la única que estudió Diseño formalmente. Hacer fanzines es una forma de autopublicar y eso también es resistir. Ya había hecho algunos anteriormente con temática política y me quedé con las ganas de colaborar con alguien, vi la publicación de Ana y me lancé a ver si se podía armar algo”, relata Poly.
Al equipo se sumaron Abril Reyna, como una de las escritoras del zine, y María León, quien realizó algunas de las ilustraciones del tiraje de 300 ejemplares.
“Ya que tuvimos nuestras juntas iniciales para ver cómo íbamos a trabajar, dijimos que debíamos tener un nombre. Pero todo inició más como sacar algo que como formar una colectiva”, dice Abril sobre la primera reunión que tuvieron las cuatro en un café, el 15 de agosto de 2019.
Como la Guía Roji, para ser parte del mapa
La Guía Roji es una empresa editorial especializada en cartografía. Lleva el apellido de Joaquín Palacios Roji Lara, quien la fundó en 1928 gracias a su pasatiempo: caminar por la Ciudad de México.
Roji, al ir trazando las calles recorridas, perfeccionó sus bosquejos y publicó el primer mapa de la capital. Ana Calderón, integrante de la colectiva Zines por morras, colecciona algunos ejemplares de esta guía en la que se inspiraron para nombrar su proyecto.
“Básicamente era apropiarnos del nombre original, que es Guía Roji. Desde que diseñamos la nuestra pensamos en que el lector tuviera la experiencia de estar desarmando algo, como un mapa”, explica Poly.
El volumen I de la Guía Rosi incluye 45 páginas entre las que destacan cuatro secciones: el Glosario, donde los lectores pueden encontrar definiciones de conceptos clave como ser lesbiana, bisexual o queer; la Introducción; un mapa de los acosos callejeros que da cuenta de que las violencias no son centralizadas porque también ocurren en la periferia y los testimonios que narran las agresiones verbales con frases como “yo las hago mujeres” o físicas que implican la toma de fotografías y videos sin autorización.
En el espacio público tienen lugar diferentes interacciones sociales. Sin embargo, mientras los hombres lo habitan, las mujeres sobreviven a éste porque en la sociedad prevalece la idea de que sólo integran lo doméstico. Aquellas que son parte de la comunidad LGBT+ enfrentan una doble opresión.
“Somos fantasía, producto pornográfico, territorio de conquista y, cuando resistimos a ser parte del placer masculino, la violencia se manifiesta”, menciona la Guía Rosi.
Zines por morras, de fanzine a colectiva
La Guía Rosi busca posicionar a las mujeres de la comunidad LGBT+ dentro del mapa de la vida pública y Zines por morras pretende tomar espacios para socializar su contenido con perspectiva de género.
“Tenemos ganas de hacer muchas más publicaciones, hay un montón de temas que estamos esperando abordar, viene un manifiesto de la mujer ciclista, estamos recolectando experiencias, acercándonos más a la literatura”, comenta María León.
En noviembre de 2019 y en marzo de este año realizaron talleres de fanzine en Mérida, Yucatán, y en la Ciudad de México.
“Fue muy bonito porque no solamente compartimos el proceso de creación, sino que también pudimos platicar entre mujeres con mucha libertad”, refiere María.
Pasaron varios meses de reuniones en cafés o en sus casas para tener listo el primer zine que se terminó de imprimir en marzo de 2020. Pero aún faltaba coser, doblar y armar los ejemplares.
“Tuvimos que hacer la serigrafía de la portada, yo no tenía idea de nada de eso y aún así iba con ganas. Todo lo que está doblado lo hicimos nosotras manualmente, a la fecha seguimos cosiendo, cada una tiene su dotación de zines. Creo que eso le da un toque personal y chido, porque te involucras de otra manera con el material”, afirma Abril.
Debido a que la pandemia de COVID-19 interrumpió los procesos editoriales y las entregas directas, un año después de la primera reunión del equipo completo, Zines por morras comenzó la distribución de la Guía Rosi en cafés de la Ciudad de México, Guadalajara y Puebla.
“Uno de los objetivos es hacer que este contenido sea vivo, que no sólo esté en un aparador, sino que la gente realmente lo platique”, asegura Ana.