En la elección más grande de la historia del país habrá un elemento que jugará un papel preponderante: la impugnación. En medio de la acalorada batalla entre el Instituto Nacional Electoral (INE), el presidente y Morena, fórmula a la que se suman los partidos opositores, el Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación (TEPJF), será quien esté en la mira de todos, ya que tendrá que avalar los comicios con justicia y legalidad en medio de un ambiente político dividido.
Por ahora, el árbitro de la contienda se encuentra entre cuestionamientos del presidente de la República, Andrés Manuel López Obrador.
Por lo que el papel que han adquirido el Instituto Nacional Electoral (INE) y el Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación (TEPJF) debido a las disputas legales en torno a los comicios del próximo 6 de junio, terminará por marcar a ambas instituciones, consideran especialistas consultados por Reporte Índigo.
De cara al inicio formal de las campañas, el INE ha adquirido un papel proactivo en resoluciones como las medidas para evitar una posible sobrerrepresentación en la Cámara de Diputados o la anulación de candidaturas de Morena, donde se destaca el caso de Félix Salgado Macedonio y Raúl Morón, quienes buscan ser gobernadores.
El presidente Andrés Manuel López Obrador y su partido acusan que esto responde a una estrategia política para intentar impedir una nueva victoria como la de 2018.
“En este clima de confrontación, el órgano electoral que tiene como norma la imparcialidad como esencia, pareciera ser el adversario de uno de los contendientes, esto desde luego es muy lamentable. Creo que tiene que cambiar en esta etapa que comienzan las campañas”, dice Eduardo Huchim, exconsejero del Instituto Electoral del Distrito Federal, acerca de este choque entre el árbitro electoral y la primera fuerza política del país.
Huchim pone en entredicho las decisiones del INE respecto a la sobrerrepresentación, señalando como antecedente directo las elecciones de 2015, cuando el instituto avaló que el PRI, entonces partido en el Gobierno federal y con mayoría legislativa, obtuviera diputados de más. Así como el retiro de candidaturas por no haber presentado informes de precampaña cuando Morena recurrió al mecanismo de encuestas, es decir, no se realizaron actos de precampaña como tal.
“Con esa posición que muestran los consejeros electorales, sobre todo Córdova y Murayama, lo que están dejando entrever es que están actuando porque están muy enojados porque los diputados de Morena impulsaron la reducción de su presupuesto”, acusa.
Respecto al TEPJF, Huchim señala que sus problemas vienen desde adentro, ya que el propio magistrado presidente José Luis Vargas está denunciado ante la Fiscalía Anticorrupción de la FGR.
Además de que también llega confrontado con el Consejo de la Judicatura Federal por su intento de hacer recortes presupuestales y con los propios integrantes del Tribunal, siendo que cinco de los siete magistrados se deslindaron y posicionaron en contra del titular.
“Tenemos autoridades que no ofrecen confiabilidad, ninguna de las dos. Más allá de las decisiones que tomen, se enrarece el clima electoral y yo creo que quienes van a resultar erosionadas son ambas instituciones. El Tribunal ya lo está. Lo que pasa es que, erosionado y todo, esa autoridad que es la máxima en la materia va a poner orden a esta serie de situaciones que no están plenamente justificadas por parte del INE”.
Por su parte, José Pablo Abreu, director de la Escuela de Derecho del Tecnológico de Monterrey, considera que estos procesos jurídicos relativos a las elecciones no deben levantar alarmas.
“Es natural que se convierta en la vía más recurrida: acudir al Tribunal cuando no gustó la decisión del INE y que ellos definan. Eso nos costó décadas, dinero y varios procesos electorales para perfeccionarlo”, explica.
En contraste, Arturo Espinosa, coordinador de la Comisión de Derecho Electoral de la Barra Mexicana de Abogados, considera que “el Tribunal llega mucho más vapuleado que el INE, ya que éste naturalmente es atacado por los actores políticos porque está haciendo su trabajo. El Tribunal es cuestionado por el sector especializado, la sociedad civil y la academia porque no está haciendo su trabajo y ha emitido criterios sumamente cuestionables”.
Espinosa adelanta que, en próximos días, el Tribunal deberá ratificar o echar para atrás las medidas del INE, no sólo en lo que respecta a los límites de sobrerrepresentación y la anulación de candidaturas, sino en temas de alta prioridad para López Obrador como lo son permitir o no la transmisión de mañaneras durante el periodo electoral o la elección extraordinaria para la senaduría por Nayarit, contienda que podría beneficiar a Morena.
Ante estas polémicas, señala también las problemáticas al interior del TEPJF, las cuales afectan la confianza en la institución.
“No han ayudado nada no sólo sus sentencias, sino también la división que existe al interior que se ha hecho pública, porque a diferencia del INE, en donde sin duda hay diferentes criterios entre consejeros y también hay muchos desencuentros entre ellos, no los han llevado a la arena pública. Los magistrados, sí”, explica.
Respecto al papel que ha adoptado el INE en últimas fechas, defiende que es normal un grado de rispidez entre el árbitro que hace valer las leyes y los contendientes a quienes se las aplican.
“Cuando fueron oposición reclamaban que las reglas no se cumplían por parte del que era el partido en el Gobierno, ahora que les toca ser a ellos, encabezan un discurso de ataque, me parece que también es parte de una narrativa de fraude electoral que, como as bajo la manga, preparan en caso de que los resultados no les sean favorables”, dice Espinosa.