La comercialización y la mercadotecnia que han hecho los gobiernos estatal y federal de la festividad de Noche de Muertos es el principal motivo por el que decenas de comunidades indígenas de Michoacán se alejan esta tradición que se estima inició entre los purépechas por el año 1500 A.C.
Al desgano colectivo también se le suma la aportación de elementos culturales externos y materiales al festejo que inicialmente tenía un sentido meramente espiritual.
Tata Arcadio Martín, principal de la comunidad de Nahuatzen, reflexiona sobre el tema, y aunque se resiste a hablar, finalmente reconoce que la mayoría de los pueblos indígenas de Michoacán se encuentran cada vez más alejados de la festividad de la Noche de Muertos.
“A los indígenas, el mismo gobierno nos ha dejado de lado. Ahora es la gente del gobierno la que quiere venir a nuestra comunidad y decirnos cómo hacer nuestra celebración”, asegura.
Desde el mandato de Lázaro Cárdenas Batel, el gobierno estatal tomó la decisión de “coordinar” la festividad de la noche de muertos en las comunidades que están asentadas dentro de la Meseta Purépecha, política que corresponde a la Secretaría de Turismo de la entidad, la cual a la fecha se mantiene inmutable a la disposición oficial.
La Secretaría de Turismo de Michoacán, a través de las delegaciones regionales, es la que mantiene una injerencia permanente en la organización de los eventos culturales de cada región del estado, dando especial “atención” a la organización de la Noche de Muertos, por la importancia económica y de promoción que reviste el evento para la entidad.
Arcadio Martín, asegura que en la mayoría de los pueblos de la zona indígena de Michoacán la gente ha dejado de participar con emoción en el festejo de la Noche de Muertos y cada vez son menos los que van a velar a sus muertos al panteón, porque los camposantos se han convertido en verdaderas cantinas, en lugares de fiesta en donde la presencia de tantos turistas no respeta nada.
“Ahora solo acuden allí las gentes (indígenas) que esperan obtener unos cuantos pesos, aprovechando la presencia de los turistas”, dice.
Los paseantes llegan a la zona ávidos de fotografías y pagan entre 50 y 100 pesos por “el permiso” para fotografiar dentro de los panteones adornados conforme a la tradición. Los indígenas convencidos de su tradición no participan públicamente en los festejos.
El principal de Nahuatzen también destaca la falta de respeto de los gobiernos a las tradiciones milenarias de los indígenas.
“La Noche de Muerto no es un circo”, dice, “y en eso la han convertido. La Noche de Muertos es una costumbre que los purépechas tenemos desde hace miles de años. Es una tradición que no queremos hacerla ante los ojos de los turistas, ellos vienen a hacer una fiesta en esto que es algo íntimo de nosotros y nuestros muertos. Para nosotros, la noche de muertos es algo espiritual. Para los que vienen solo es una noche de borrachera”.
Una tradición patrocinada
La pérdida de los valores culturales de la Noche de Muertos, y su significado ajeno para los naturales de la zona indígena de Michoacán, no solo es atribuible a una responsabilidad de las autoridades estatales y federales, que se han posicionado de la organización de los eventos, como si se tratara de un festival escolar de cada año. También hay responsabilidad para las grandes empresas comerciales.
Las empresas refresqueras Coca Cola y Pepsi Cola son en Michoacán las principales patrocinadoras de festivales en las plazas principales de municipios como Pátzcuaro, Zacapu, Uruapan, Morelia, Los Reyes y Zamora, en donde se hacen presentaciones musicales y festivales de canto, para acrecentar la oferta de espectáculos a los paseantes, locales y foráneos.
En dichas presentaciones no es difícil observar números de baile y canto ajenos totalmente a la vertiente cultural que se celebra en Michoacán.
Telmex es otro de los patrocinadores de eventos culturales en algunas de las poblaciones del estado, principalmente en donde se mantiene el arraigo a la celebración de la Noche de Muertos. Aun cuando la mayor parte de actividades que patrocina son dentro del terreno deportivo, no deja de llamar la atención los géneros musicales que se fomentan en las comunidades indígenas.
La cervecería Corona es otro de los grandes presentes en los municipios en donde se lleva a cabo la celebración de la noche de muertos, en localidades como Tzintzuntzan, Pátzcuaro o Cherán, no pasan desapercibidos los “módulos de atención a clientes” ubicados en las principales vías de acceso a esa poblaciones, en donde se ofertan –a precio de ganga- todo tipo de cerveza para llevar. También se suman los concursos de karaoke que se llevan a cabo en las plazas principales de esas localidades.
El regreso de los muertos
Nadie, ni los más viejos de la Meseta Purépecha, saben desde cuándo se tiene la tradición de esperar una vez al año, el regreso de las almas de sus muertos.
Por esa razón cada vez son más las comunidades indígenas de Michoacán que no permiten el acceso de turistas en sus panteones.
Desde hace cinco años, una decena de comunidades aledañas a Charapan, Angahuan, Nahuatzen, Cherán, Paracho y Peribán han tomado la decisión de no permitir el acceso de paseantes no indígenas en sus comunidades durante la Noche de Muertos.
La principal razón que argumentan los pobladores de esas localidades, es la falta de respeto con la que se acercan los paseantes y turistas para observar la tradición.
“Nos ven como animales raros”, dice Arcadio Martín.
Eso les molesta a los pobladores, quienes no pueden llevar a cabo sus ritos ancestrales que les permiten estar en comunicación con sus seres queridos que ya murieron.
Temen a la inseguridad
El clima de confrontación que se vive en el estado ha hecho también que los propios indígenas se nieguen a participar en las festividades que siempre son coordinadas por los gobiernos estatal y federal.
Hay miedo entre los pueblos indígenas –al igual que en el resto de la población del estado-. A ello también le atribuyen el no querer salir a los panteones. Los pueblos indígenas han pagado con la vida de sus hombres, la denuncia de grupos armados en sus localidades.
El gobierno federal y estatal de Michoacán han desplegado un operativo de seguridad para los indígenas y los visitantes a las localidades en donde se lleva a cabo la celebración de los muertos. Los prestadores de servicios turísticos en la zona temen que la presencia de militares en la zona indígena disminuya el número de visitantes que tradicionalmente llegan a la zona.