AIFA: primera prueba para AMLO entre modificaciones

Para llegar a la fecha para la inauguración de su primera megaobra, AMLO tuvo que ajustar los planes que originalmente había anunciado, lo cual deja un precedente importante sobre lo que se puede esperar rumbo a la entrega de próximos proyectos
Carlos Montesinos Carlos Montesinos Publicado el
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El 21 de marzo, el presidente Andrés Manuel López Obrador inaugurará el Aeropuerto Internacional Felipe Ángeles (AIFA) en la base aérea de Santa Lucía. Aunque se anota una victoria, en el camino quedó la promesa del Sistema Aeroportuario Metropolitano (SAM), anunciado en abril de 2019, que conectaría las instalaciones de la Ciudad de México, Toluca y el nuevo AIFA.

El SAM contemplaba atender a 140 millones de pasajeros al año con la construcción del AIFA, una ampliación de capacidad -que nunca inició- del Aeropuerto de Toluca que pasaría de 600 mil a 10 millones, y otra al de la Ciudad de México para atender a 50 millones con una tercera terminal en donde hoy se encuentra el Hangar Presidencial, proyecto cancelado en 2020.

Además, se había prometido conectividad al AIFA, incluso López Obrador dijo que con una ampliación al Tren Suburbano, el traslado sería de alrededor de 45 minutos desde el centro de la Ciudad de México. Aunque, ya desde octubre de 2021, comenzó a modificar su promesa para decir que es normal que los aeropuertos estén lejos de las ciudades.

Estos cambios de planes dejan un precedente, pues López Obrador también ha prometido otros tres aeropuertos para Tulum, Chetumal y Palenque. Mismos que serían complementarios al Tren Maya y que, como este y el AIFA, serán administrados por la empresa Olmeca-Maya-Mexica de la Secretaría de la Defensa Nacional. Aunque no hay fecha para su entrega.

En entrevista con Reporte Índigo, Ricardo Tapia Basurto, maestro en Gobierno por la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales de la Universidad Nacional Autónoma de México, analiza el impacto de la inauguración del AIFA, pese estos inconvenientes generales, desde una perspectiva tanto material como simbólica.

“En términos del análisis material, se evidencia el fracaso por la pésima planeación y todavía peor ejecución. Que hace unos días salga un subsecretario a invitar a legisladores a hacer el viaje para observar posibles rutas y tratar de encontrar soluciones a días de inaugurarse es clara señal de que hubo una pésima planeación y mala coordinación en el proyecto”.

Pese a esto, el académico avizora que el nuevo aeropuerto será presentado como un éxito de la actual administración, afianzado con el discurso de “se hizo lo que se pudo con lo que nos dejaron”. En donde entra el aspecto simbólico de la obra, al ser usada como una muestra de que “el pueblo sí puede” frente a sus opositores.

“El Presidente lo que busca es hacer su campaña. Hacer que las fechas sean tal y como él las dijo. ‘Este día pasó esto’, así cómo se modificaron las fechas de la fundación de Tenochtitlán o para él poder celebrar el Bicentenario de la Independencia, cosas por el estilo. Lo que el Presidente busca son simbolismos, el problema es que se le están agotando”
Ricardo Tapia BasurtoAcadémico de la FCPySUNAM

Sobre si esto pudiera llegar a tener un impacto en el proyecto político del primer mandatario a largo plazo, Tapia Basurto considera que “evaluar el éxito o fracaso del proyecto del presidente López Obrador en términos sucesorios no será en torno a las obras, sino al control político y los programas sociales que han sido las dos fuertes banderas”.

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