En el límite entre dos alcaldías de la Ciudad de México, Iztapalapa y Coyoacán, está el Canal Nacional donde se pueden ver a dos gallinetas de pico rojo. Ahí, frente a lo que es una unidad habitacional y una avenida vehicular, se encuentran estos animales silvestres que resaltan por su pico brillante.
Dicho tipo de aves son migratorias, originarias de Norte América y una vez al año viajan hacia el sur. Pero al menos una pareja de la especie estableció su hogar en lo que hasta el año 2000 era un tiradero de basura olvidado.
Las gallinetas de pico rojo que tienen su nido en medio de un banco de plantas acuáticas de atlacuetzon (conocida en otros países como flor de Lis), no son la única especie que hizo de ese pedazo del canal su hogar, también hay patos mexicanos y garzas.
La presencia de los patos mexicanos se dio por primera vez en 2010 en el canal y fue la muestra de que estaba recuperando su vitalidad y equilibrio, dice Edmundo López de la Rosa, miembro de la Fundación López de la Rosa, organización vecinal de la zona que se dedica al rescate del cuerpo de agua.
Actualmente en el canal hay peces y es un orgullo que se vea limpio, vivo y rodeado de ahuehuetes y ahuejotes, dice Edmundo. Sin embargo, el canal tuvo su resplandor en la época prehispánica y en la de la colonia cuando los habitantes de la ciudad se movían a través de él con trajineras y balsas para ir al centro y recorrer la actual metrópoli.
Posteriormente, con la urbanización de la ciudad, se fue secando lo que en el año 1500 era una región lacustre. Esta situación también perjudicó al Canal Nacional.
Un camino largo
En el año 2000, el tramo del canal de Valle del Sur se convirtió en un basurero y cuatro años después, la entonces administración de la Secretaría de Obras local y la otrora Secretaría de Tránsito y Vialidad (Setravi) pretendían transformarlo en una avenida primaria.
Edmundo cuenta que ese momento fue cuando la comunidad, impulsada por la Fundación Don Bosco, decidió hacer jornadas de limpieza y buscar la recuperación de los 800 metros de cuerpo de agua que comprende el tramo de la colonia Valle del Sur.
Ante la necesidad de agruparse a favor del canal, los colonos crearon la Fundación López de la Rosa y en 2010 tuvieron su primer gran logro: escribieron un libro para la entonces Asamblea Legislativa del Distrito Federal (ALDF); y de la mano con el diputado local Horacio Martínez, se reformó la Ley de Conservación del Patrimonio Cultural y Arquitectónico para integrar al canal como un patrimonio de la ciudad.
Es importante mencionar que lo que cuida la fundación corresponde a poco menos del 10 por ciento de la extensión de los 12 kilómetros del canal que cruza las alcaldías de Venustiano Carranza, Coyoacán, Iztapalapa y Xochimilco.
Edmundo cuenta que la importancia del canal es que, junto con el río Magdalena, es el último vestigio en suelo urbano de lo que fue la ciudad hace más de 500 años.
Los vecinos realizan de manera periódica jornadas de limpieza, siembran vegetación y con actividades culturales buscan que la comunidad se apropie de él para que ya no tire más basura y lo cuide.
Escuchar al Canal Nacional
Las aguas verdes del Canal Nacional lucen limpias, apenas algunas botellas de PET contrastan con el color del agua.
Cada semana desde hace aproximadamente 14 años, Gustavo Ríos junto a Catalino García y a Domingo Domínguez, miembros de la fundación y vecinos de la zona, abordan una lancha, se adentran en el canal, recogen la basura y quitan el exceso de chilacastle y elodea, plantas acuáticas que si no son tratadas se pueden convertir en una plaga.
Las herramientas que usan son creadas por los mismos vecinos: Catalino le dice a Gustavo qué se necesita para limpiar el agua; a su vez, Gustavo diseña los utensilios; y Domingo las fabrica en su taller.
Pese a que Catalino apenas lleva 7 años colaborando, ya se sabe todas las plantas que tiene el canal y es de los que ha ayudado a que el equilibrio del canal se mantenga para que lleguen patos y gallinetas.
“Uno poco a poco va conociendo lo que necesita, se aprende a escuchar”, menciona.
Es por esta relación de equilibrio por la que el equipo de conservación ambiental de la fundación decidió no retirar los vasos de unicel del canal que las gallinetas ocuparon para su nido.
“Ayuda a que el viento no se lleve el nido y protege a las crías”, indica.
Piden respeto a “su canal”
En 2019 inició la rehabilitación integral de Canal Nacional por parte del Gobierno de la Ciudad de México y apenas en 2020 se inauguraron los tramos que comprenden las alcaldías Venustiano Carranza y Coyoacán.
Gustavo Ríos reconoce que el Gobierno de la Ciudad de México por fin preste atención al canal y sea el primero con un proyecto de rehabilitación. No obstante, piden que no intervengan el espacio que ellos cuidan.
“Están metiendo en los otros tramos piedra en el fondo y eso va a tapar el canal, a la larga el agua no se filtrará y la función de ser una zona de recargas se perderá, también las plantas acuáticas se van pudrir”, menciona.
Por ello, están en pláticas con el ingeniero a cargo de la obra, Ariel Flores, quien se ha comprometido a no meter piedra en los 800 de la colonia Valle del Sur.
“Estamos en toda la disposición de colaborar, nosotros no estamos en contra del gobierno, queremos colaborar, pero lo único que no queremos es que se haga lo mismo en este tramo”, explica.