El presidente Andrés Manuel López Obrador (AMLO) se deslindó de las protestas violentas en Guadalajara, Jalisco, y las acusaciones del gobernador Enrique Alfaro, quien aseguró que durante las protestas por la muerte de Giovanni López intervinieron “intereses construidos desde la Ciudad de México, desde los sótanos del poder”.
Reconoció que tiene diferencias políticas con el gobernador, sin embargo, advirtió que el que acusa está obligado a presentar las pruebas.
“No tengo yo que ver nada con lo que sucedió lamentablemente en Jalisco, si tiene el gobernador pruebas que las dé a conocer, el que acusa tiene que probar para actuar de manera responsable“, aseveró.
En la conferencia de prensa matutina en Villahermosa, Tabasco, afirmó que no se dará motivo a que se esté especulando que se tiene interés en perjudicar al gobierno de Jalisco.
“No tenemos interés en pelearnos con ningún gobernador, tenemos interés en enfrentar los grandes y graves problemas nacionales, a eso me dedico y no soy hipócrita, porque no soy conservador, no tiro la piedra y escondo la mano”, expresó
En el Campo Militar 30-A en Villahermosa, Tabasco, dijo que tiene diferencias políticas e ideológicas con el gobernador de Jalisco, pero actúa con responsabilidad y no se inmiscuye y participa en cuestiones partidistas.
Señaló que no es jefe de grupo ni de partido, además que no tiene ningún propósito de afectar a autoridades locales.
Refirió que cuando inició las acciones para atender la emergencia sanitaria por el coronavirus se decidió no ejercer actos autoritarios por parte del gobierno federal ni se han tenido prohibiciones, toque de queda, por lo que todo ha sido un llamado a que se actúe como ha sucedido.
Dijo que la investigación del caso corresponde a la autoridad de Jalisco y a la Comisión Nacional de Derechos Humanos (CNDH), y en caso de que tenga elementos podrá iniciarse una investigación por parte de la Fiscalía General de la República (FGR), “nosotros no intervenimos, por respeto a la investidura presidencial”.