Se prevé que la industria de las aseguradoras en México y el mundo se enfrente a uno de sus mayores desafíos como consecuencia del cambio climático y los embates de la naturaleza que este fenómeno provoca cada vez con más frecuencia.
La crisis del calentamiento global le ha comenzado a pasar factura a las empresas del sector obligándolas a hacer importantes ajustes con el objetivo de asegurar su solvencia en el futuro.
Uno de los mayores problemas con el cambio climático son las pérdidas que provoca a las aseguradoras por los siniestros que se suscitan.
Las principales aseguradoras han advertido que este problema relacionado con la destrucción del planeta puede provocar en los siguientes años que las coberturas sean inaccesibles, ya que los aumentos en las primas desalentarían a los clientes.
Los diversos cambios naturales le han causado a las compañías en México una costosa suma de dinero.
Hasta la fecha, el huracán Wilma, ocurrido en 2005, se ubica como el fenómeno con que el sector asegurador ha desembolsado la mayor cantidad de dinero, con una suma de 2 mil 218 millones de dólares.
Le sigue muy de cerca el huracán Odile de 2014 con el que las firmas pagaron en conjunto un monto total de mil 191 millones de dólares.
“El calentamiento global se ha convertido en uno de los grandes retos para la industria aseguradora, ya que las afecta de muchas formas y aquellas empresas que no se reinventen o busquen alternativas para mejorar sus servicios sin sacrificar la calidad están condenadas a morir”, dice Eloy López, director del despacho de seguros Previsión Financiera Integral.
Protección antidesastre
El cambio climático enciende las alarmas del sistema económico, empresarial, social y político que han tenido que buscar la forma de protegerse ante los desastres naturales que cada vez se presentan con más frecuencia, y una de las opciones que encontraron son los seguros.
Los terremotos, tsunamis, huracanes, pérdida de especies y de tierras, forman parte los fenómenos que los seguros contra desastres naturales pueden cubrir.
Las pérdidas económicas causadas en este tipo de catástrofes podrían aumentar de manera significativa en los próximos años, lo que provocará efectos negativos considerables para los diversos actores socioeconómicos a nivel mundial.
Carlos Islas, representante de LIMRA y vocero de AMIS platica que adquirir un seguro contra este tipo de sucesos es importante para las personas y empresas que se encuentran en zonas de riesgo de terremotos o huracanes.
“Este tipo de seguro cobra relevancia cuando se toma en cuenta que México ocupa el lugar 32 del ranking de riesgo catastrófico, 41 por ciento del territorio nacional esta expuesto a desastres naturales y siete de cada 10 mexicanos están expuestos a dos o más riesgos de esta naturaleza”, comenta Islas.
En 2010, las catástrofes naturales generaron pérdidas totales de 152 mil millones de dólares a nivel mundial; para 2011, cuando se suscitó el terremoto de Japón, uno de los más devastadores de la historia, la cifra registrada formó parte de una de las más altas hasta la fecha, al superar los 375 mil millones de dólares.
En las últimas dos décadas, Estados Unidos ha experimentado la segunda temporada de huracanes más dañinos en todo un siglo, cuantificado en términos de inflación y de riqueza.
Javier Orozco, CEO de la aseguradora digital Crabi, asegura que en la Ciudad de México la población está expuesta a temblores, por lo que es importante que sepan que se puede prevenir cualquier tipo de pérdida a través de un seguro.
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Con sello digital
Ante la falta de interés en los seguros por parte de las nuevas generaciones, las empresas aseguradoras buscan alternativas que, además de satisfacer las necesidades actuales, les ayuden a mantenerse dentro de la preferencia de sus clientes.
A pesar de los esfuerzos, para muchas de ellas el sistema de trabajo tradicional poco a poco está dejando de funcionar, pues cada vez es más frecuente que la cantidad de clientes que tenían se reduzca.
Estas condiciones poco favorables son aprovechadas por las Insurtech, empresas aseguradoras emergentes que a través del uso de la tecnología —que va desde la inteligencia artificial hasta el internet de las cosas— buscan cambiar el modelo de negocio de los seguros y quedarse con la atención de millones de personas en todo el mundo.
Javier Orozco, CEO de Crabi, asegura que la industria de los seguros es altamente conservadora en comparación con otros sectores, situación que ha influido en que los cambios se den de manera lenta y no se permita satisfacer la demanda que tiene el mercado de las nuevas generaciones, quienes ya buscan servicios digitales.
“A ellos ya no les interesa hablar con un agente, no quieren llenar pólizas, la forma de consumo ya cambió. Al final la digitalización es un problema por el que están pasando diversas industrias, para muchas es un gran reto, ya que conlleva el cambio de protocolos que funcionaron por décadas”, detalla el CEO de la aseguradora jalisciense 100 por ciento digital.
El gran reto de las aseguradoras
A nivel mundial, la industria de los seguros está asimilando las implicaciones de las Insurtech, las cuales en los últimos años se han encargado de cerrar de manera rápida la brecha en comparación con las Fintech (industria que aplica la tecnología para mejorar las actividades financieras) por lo que les espera un crecimiento significativo en un futuro cercano.
La ventaja del sistema Insurtech consiste en la capacidad de tener más y mejores datos, los cuales se obtienen gracias a sensores y objetos conectados a la red, que bien gestionados ayudan a las aseguradoras a ser más eficaces en sus procedimientos internos y a ofrecer productos que miden mejor el riesgo para satisfacer a los consumidores más exigentes y con nuevas costumbres sociales.
Otro de los inconvenientes para la nueva etapa digital de los seguros es la ciberseguridad.
Desde la perspectiva del asegurador se vuelve complicado el depósito de los datos, pues son los que corren más riesgo de ser robados en ciberataques. Desde el punto de vista del consumidor, lo más complicado es tener la confianza para compartir su información.
Carlos Islas, representante de LIMRA y vocero de AMIS, asegura que la ventaja de pagar un seguro siempre dará mayor certeza a los clientes de que si tienen algún accidente o alguno de sus bienes resultó afectado, bajo cualquier circunstancia, recuperarán una porción muy grande de lo que en un principio invirtieron.
“En México no existe la cultura de obtener un seguro y tampoco hay educación financiera, dentro de la industria de los seguros existen tecnicismos que para muchos son difíciles de comprender, la nuevas tecnologías pueden ser una gran herramienta para romper con esta idea y que cada vez sean más los interesados en adquirir algún tipo de protección”.
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¿Falta de interés?
A pesar de la variada oferta que existe en el mercado asegurador, estos productos aún están lejos de llegar a toda la población en México.
En la actualidad, la penetración de los seguros a nivel nacional llega apenas a 2.3 por ciento como proporción del Producto Interno Bruto (PIB) nacional, de acuerdo con estimaciones de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE).
Este porcentaje ubica a México muy por debajo del promedio de la organización que es de 8.9 por ciento y a una mayor distancia de Luxemburgo que encabeza la lista del bloque con 38.8 por ciento.
La baja penetración de los seguros entre los mexicanos responde a diversos factores internos y externos del sector. De manera interna destaca que no existe una campaña fija que informe sobre los diferentes servicios y productos que ofrecen las empresas.
Por lo tanto, la brecha entre aseguradoras y ciudadanos se amplia, ya que éstos no están enterados sobre la oferta existente y cómo se va actualizando, a menos que por decisión propia busquen información.
Mientras que los elementos que no se relacionan directamente con la industria, pero de igual forma la afectan, son que en el país existe una inequitativa distribución del ingreso y un bajo nivel educativo en algunos segmentos de la población.
La disparidad en los ingresos provoca que millones de mexicanos no puedan pagar una póliza, ya que sus prioridades de gasto están enfocadas en atender otras necesidades, como alimentación y vestido.
Cifras del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI) muestran que entre 2016 y 2018 el ingreso total de los hogares en México cayó 4.1 por ciento.
Esto quiere decir que en 2016, las familias en el país percibieron un ingreso trimestral de 51 mil 748 pesos, pero dos años después el monto cayó a 49 mil 610 pesos, según la Encuesta Nacional de Ingresos y Gastos de los Hogares (ENIGH).
Por concepto, el gasto trimestral que destinaron el año pasado los hogares en alimentos, bebidas y tabaco se ubicó en la primera posición, con 11 mil 252 pesos, mientras que el rubro de cuidados a la salud, donde entra la contratación de un seguro, se ubicó en la última posición con 838 pesos.
Eloy López, director del despacho de seguros Previsión Financiera Integral, opina que históricamente en el país está muy arraigado el pensamiento “pase lo que pase siempre saldremos adelante”, algo que ha impulsado a los mexicanos cada vez que ocurre un desastre natural, como terremotos o huracanes. Sin embargo, el especialista también considera que existe un problema relacionado con que los seguros no están al alcance de todas las personas.
“Existe un gran porcentaje de la población que no tiene para pagar un seguro porque desafortunadamente estos productos no son baratos y por ende no cualquiera los puede contratar. Si el gobierno no fomenta una cultura de ahorro desde la educación básica, difícilmente se mejorará el tema de prevención entre la población”, detalla López.
Cambiar el rumbo de las aseguradoras
Hasta ahora, no se han obtenido los resultados deseados para incentivar al sector de las aseguradoras en México, pero existen algunas alternativas que permitirían cambiar esta situación.
La ausencia de un seguro afecta la estabilidad económica de las personas. Prueba de ello es que el costo bruto de siniestralidad per cápita es de 2 mil 73 pesos, de acuerdo con estimaciones de la Comisión Nacional de Seguros y Fianzas (CNSF).
Eloy López explica que contar con una póliza es importante ante cualquier eventualidad.
“Los seguros tienen alcances y limitaciones, pero al momento de que ocurre algún siniestro se hacen responsables de todo. Aún existe un nivel de desconfianza con las aseguradoras, pero conocer qué ofrece cada una ayuda a eliminar esta barrera”.