Baja California ha estado pintado de azul durante 30 años. Sin embargo, su color está a punto de cambiar a guinda si Morena logra arrebatarle al Partido Acción Nacional uno de sus últimos bastiones.
La elección del 2 de junio del próximo año definirá si el Movimiento de Regeneración Nacional afianza su triunfo del pasado 1 de julio extendiendo su poderío a otros estados o si el golpeteo político en contra del gobierno electo por los tropiezos que ha sufrido durante el periodo de transición los hacen padecer su primera derrota.
El 2 de julio de 1989 las miras del país voltearon a Baja California, con 204 mil 120 votos, Ernesto Ruffo Appel se convirtió en el primer gobernador electo de un partido diferente al Revolucionario Institucional después de 59 años.
De ahí vinieron seis gobernadores panistas y un corredor azul liderado por Ruffo y sus “bárbaros del norte”.
Actualmente la gestión de Francisco “Kiko” Vega de Lamadrid ha ocasionado desaprobación de los bajacalifornianos y de la militancia panista por estar lejos de ellos y por la profunda crisis de inseguridad que vive la entidad.
Según datos del Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública, en agosto Baja California se convirtió en la primer entidad más peligrosa del país con 274 asesinatos, una cifra que superó en más del doble a la media nacional.
Además, la entidad se posicionó ese mes como el tercer lugar en robo a transeúnte, el cuarto en hurto a casa habitación y negocio y en el quinto en robo con violencia.
La crisis no solo es de inseguridad en el estado de norte, de acuerdo al Semáforo Económico de la asociación México ¿cómo vamos?, en el segundo trimestre el crecimiento económico fue de 3.2 por ciento, por debajo del 4.5 por ciento planeado y la deuda pública solamente se redujo del 3.8 por ciento al 3.2 por ciento de 2017 a 2018, estando muy por encima de la reducción a nivel nacional la cual fue a 2.6 por ciento.
La inseguridad, los malos manejos económicos, el hartazgo del panismo y el efecto López Obrador, han ocasionado que Morena se convierta en el favorito para ganar la gubernatura, cuatro ayuntamientos y la mayoría de las diputaciones locales para el proceso electoral.
En las pasadas elecciones del 1 de julio en Baja California ganó Andrés Manuel López Obrador con el 63 por ciento de los votos, arrasando en los 8 distritos electorales de la entidad y consiguiendo 671 mil 599 votos, su contrincante más cercano fue el panista Ricardo Anaya, quien solamente obtuvo 205 mil 747.
“Baja California es una región paradigmática para lo político, es claro que después del absoluto y rotundo triunfo en Baja California de Andrés Manuel López Obrador hoy se dan los prolegómenos para que un gobernador de transición de dos años, dé continuidad al tsunami electoral de Morena.
“Sin embargo los acontecimientos posteriores al 1 de julio sin duda son materia de evaluación para los mexicanos y por lo que yo veo ya surgen cuestionamientos varios y algunos muy serios a la iniciativa política de López Obrador”, comentó el exgobernador de la entidad, Ernesto Ruffo Appel en entrevista con Reporte Indigo.
Para el actual diputado, los buenos resultados de Morena en la entidad no se deben tanto a la imagen de López Obrador, sino a que el PAN de Baja California se ha aislado de la ciudadanía. En 1989 cuando Ruffo ganó las elecciones a la gubernatura, en al entidad había solamente 620 panistas y a lo largo de los años se han convertido en 10 mil, la mayoría trabajadores del gobierno.
“La victoria nos ha hecho daño, aquí lo que ha pasado es que los usufructuarios de la bolsa de trabajo que representó el PAN con su victoria ahora dominan a un Acción Nacional pragmático, que cerraron las puertas del partido, se aislaron de los ciudadanos y comenzaron a realizar prácticas políticas similares a las del PRI, querer controlar a la militancia a través de la chamba y a través del programa de beneficios del gobierno, realmente quedamos pocos panistas de la época de la beligerancia y supremacía de la ciudadanía”, agregó Ruffo.
Actualmente, la imagen del panismo y del gobernador “Kiko” Vega se cae, las críticas les llueven por todos lados y los antecedentes de la elección pasada indican que el tiempo del PAN terminó en Baja California, pero la entidad siempre se ha caracterizado por dar sorpresas.
“Menuda responsabilidad tiene el gobernador Francisco Vega con su PAN controlado a través de su burocracia. El partido no la tiene fácil, pero el contexto de asuntos que está provocando López Obrador está sembrando dudas y está preocupando a las personas y Baja California puede dar sorpresas”, señaló Ruffo Appel.
El primer soldado de Morena
El tijuanense Jaime Bonilla Valdez será el delegado de López Obrador en Baja California y según gente cercana a él, el primero del experimento que mutará de Coordinador Estatal de Desarrollo a candidato a gobernador.
Los inicios en la política de Bonilla Valdez se remontan a los tiempos en los que el expriista Xicoténcatl Leyva Mortera gobernó Baja California (1983-1989), ambos formaban parte de la corriente Democrática que abandonó al tricolor en 1989, al igual que Andrés Manuel López Obrador.
Después, Bonilla Valdez se alejó a la política y se convirtió en un prolífico empresario, propietario de varias cadenas de radio y telecomunicaciones en el país.
A partir del 2003, su amistad con López Obrador regresó y lo apoyó en el Proyecto Alternativo Federal. Después en 2012 fue nombrado diputado federal por el PT y después coordinador estatal de Morena.
Tanto el tabasqueño como el bajacaliforniano son amantes del beisbol. Bonilla le ayudó a López Obrador a llegar a Home Run, por lo que el presidente electo busca impulsar a su compañero a completar su carrera en Baja California.