La intención de modificar el IEPS a bebidas alcohólicas para que las reglas del juego sean más parejas no es algo nuevo.
Durante el sexenio de Vicente Fox, el Gobierno federal lo intentó, pero la reforma no se materializó por lo complicado de la fórmula, ya que se pretendía que para cada industria y tipo de bebida el cobro fuera distinto.
Así como han habido iniciativas a favor de hacer justo el IEPS, han habido otras más severas.
Durante esta Legislatura en la Cámara baja se barajó la posibilidad de incrementar este impuesto para bebidas alcohólicas de más de 20 grados al 80 por ciento, supuestamente para inhibir su consumo.
Para José de Lucas González, presidente de la Asociación de Importadores y Representantes de Alimentos y Bebidas A.C. (AIRABAC), un incremento de impuestos en bebidas alcohólicas ocasionaría mayor evasión y por ende más ilegalidad.
“Nosotros como asociación, tenemos reportes de cajas de botellas de whisky etiquetadas en cuatro dólares, es imposible que cuesten eso. Al declarar menor costo, pagas menos impuestos, tienes un beneficio indebido y es todo un problema.
“Hemos pagado un estudio a Euromonitor (una empresa de investigación de mercado estratégico) sobre el mercado ilegal de bebidas alcohólicas en México. Encontramos que el principal problema en la ilegalidad en las bebidas alcohólicas es la subvaluación, el cual tiene afectaciones de alrededor de 6 mil millones de pesos.
“Es una problemática porque rompe el mercado interno, hace disparejo el juego y hay gente que se vuelve multimillonaria quedándose con el impuesto y a mayores impuestos, mayor la tentación de que haya irregularidades”, comenta el especialista.
Para terminar con el problema, la AIRABAC, propone una modernización en la forma en la que se cobra el IEPS, la cual es muy similar a la propuesta de Novelo y a como se hace en la mayor parte del mundo.
“El IEPS se debe de cobrar a través de una cuota libra por grado de alcohol que tenga la bebida y hacerlo de primera mano. Es decir, que el importador lo pague o el productor lo paguen cuando hacen la primera venta.
“Así el impuesto no se anda trasladando, esto es algo a lo que le llamamos ‘huachicol del IEPS’, que es cuando pasa por muchas manos y se va perdiendo y el fisco no cobra nada”, agrega el entrevistado.
Además, esta iniciativa le facilitaría al SAT la recaudación fiscal, ya que existen en el país alrededor de 600 empresas importadoras, comercializadoras y distribuidoras de bebidas alcohólicas y miles de vinaterías y expendios.
“Sería mucho más fácil, la realidad es que casi toda la industria está de acuerdo, mezcaleros, tequileros, importadores, productores nacionales. A quien no le gustó esta nueva cuota es a la cerveza industrial, porque inclusive la cerveza artesanal está a favor”, comenta.
De Lucas González revela que incluso los cerveceros industriales cabildearon para bloquear el tema ya que no les gusta porque pagarían más impuestos, pero esto es porque tienen entre el 94 y 95 por ciento del mercado de las bebidas alcohólicas del país.
Bebidas Alcohólicas ilegales, un problema de salud
El esquema del Impuesto Especial sobre Producción y Servicios de cuota fija al contenido alcohólico es recomendado por la Organización Mundial de la Salud (OMS), la Organización Panamericana de la Salud (PAHO) y la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL), así como por la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) no solo porque fomenta un mercado más justo y evita la evasión fiscal, sino porque castiga a las bebidas que ocasionan más problemas de salud como las aguas locas, premezclados, aguardientes y licores de mala calidad.
“Existen muchos ejemplos de bebidas baratas que se aprovechan del esquema vigente del IEPS (el esquema vigente del IEPS cobra con base en el precio y no en el contenido alcohólico)”, indica la iniciativa.
La OMS señala que un impuesto que desincentive el consumo de bebidas de bajo costo y mala calidad sería más benéfico, en términos de salud para la población menos aventajada, por lo que recomienda un sistema que grave de forma igual a todas las bebidas alcohólicas basadas en su contenido de alcohol.
Con el dinero recaudado, la Organización Mundial de la Salud recomienda a los gobiernos mundiales reforzar la supervisión y sanción a los establecimientos que ofertan bebidas alcohólicas a menores de edad, principalmente en zonas de vulnerabilidad económica.
Además, sugiere promover campañas para alertar a las familias sobre los riesgos del consumo de este tipo de bebidas que mezclan alcohol y azúcar y diseñar una estrategia con un enfoque de salud pública y focalizada en jóvenes y niños.
Este plan es necesario, ya que de acuerdo a un estudio realizado por la IWSR (Drinks Market Analysis), México forma parte de los 10 países que concentran el 70 por ciento del consumo de bebidas alcohólicos en el mundo junto con China, Estados Unidos, Brasil, Rusia, Alemania, Japón, Reino Unido, India y Francia.
Únicamente en cerveza se prevé que el consumo per cápita de los mexicanos en 2023 sea de 54.5 litros anuales.
En cuanto al alcohol ilícito, en su estudio “Alcohol in the Shadow Economy” del 2018 la IARD (Alianza Internacional para el Consumo de Alcohol) reveló que México ocupa el primer lugar en porcentaje de alcohol ilícito en comparación con otros países de Latinoamérica.