Impotencia, frustración, enojo. Esto fue lo que sintieron cientos de ciudadanos que no lograron emitir su voto en las casillas especiales instaladas en la capital del país.
Es el caso de José Barrios Moreno, quien a las 10:00 horas, arribó a la casilla ubicada en el Hospital General de la Ciudad de México. Ahí esperó hasta las 2.30 de la tarde cuando les avisaron que las boletas electorales no eran suficientes. A él y a cientos de personas les recomendaron irse a otra casilla.
El estudiante de la Escuela de Derecho, emocionado por votar por vez primera, acudió hasta la Terminal de Autobuses Observatorio. Pasadas las tres de la tarde –relata a Reporte Indigo– a los votantes formados en la casilla especial 3184 les avisaron que no podrían votar.
Dice que al solicitar el listado para ir a otras casillas no se los quisieron dar. Les aclararon era inútil que fueran a buscar otra, pues, en ningún distrito de la Ciudad de México había casillas especiales disponibles donde votar.
El descontento fue tal que Concepción Rojas Martínez, la supervisora electoral de esa casilla, se vio forzada a redactar por escrito una postura. En la misma refirió a los inconformes que el IFE le había entregado 720 boletas y que éstas ya se habían asignado.
Luego de entregarles esta misiva les pidió se retiraran de ahí, cuenta el veinteañero.
Hasta las cinco de la tarde, el joven frustrado seguía intentando encontrar una casilla donde votar.
“Es evidente que no le están permitiendo a la gente ejercer su derecho de voto”, dijo Barrios. Y agregó: “Aunque las personas hubieran llegado a las nueve de la mañana, no habría habido boletas suficientes”.
En la misma casilla, Sofía Lara Ascencio esperó nueve horas formada para poder votar. Dice, decepcionada, que la organización fue un desastre. Cómo entender, apunta, se ponga una única mampara con una sola computadora “del año del caldo” para atender a cientos de personas.
Comenta que los 10 representantes del IFE estaban, por completo, rebasados.
La estudiante de medicina de la Universidad Anáhuac, oriunda de Nuevo Laredo, no se dio por vencida. También es la primera vez que vota.
Sin embargo, atestiguó que más de un centenar de personas, exhaustas, se hartaron luego de tantas horas de espera y se fueron. Lara dice que estas casillas especiales fueron un desastre.
Otras personas formadas en la fila refirieron a esta publicación que antes de las cuatro de la tarde, llegaron unos hombres pelados a rape a quienes se metieron en la fila. Ellos, sin esperar más de mediodía en la fila, pudieron votar sin problema.
Las denuncias por lo ocurrido en las casillas especiales son diversas. En la calle de Mesones 1, por ejemplo, a las personas, en vez de ficha les terminaron poniendo una marca en la mano. Las críticas y denuncias de inconformidad en este tipo de casillas no sólo ocurrieron en el DF sino también en varios estados de la República.
Ricardo Becerra Laguna, coordinador de asesores de la Secretaría Ejecutiva del IFE, aclaró a esta publicación que las casillas especiales instaladas, “fueron las que establece la ley”. Aunque reconoció que las boletas “son pocas por casilla” y que el número de ciudadanos en tránsito es aún mayor.
No obstante, dijo que se logró una cobertura del 99.82 por ciento en materia de casillas instaladas en el país. Y que sólo se han registrado mil 532 incidentes.
Afuera de las instalaciones del IFE llegaron miembros del movimiento #YoSoy132 para exigir a este instituto les permitiera votar al ser estudiantes transitorios. Horas más tarde, arribaron más ciudadanos de a pie también exigiendo se instalaran más casillas especiales para poder votar.
Con información de Georgina Howard