Cazan a las autodefensas
El gobierno estatal de Michoacán ha tomado dos vías para alcanzar a desmovilización de más de 3 mil hombres armados que siguen leales al doctor José Manuel Mireles: ha lanzado convocatorias de diálogo con los grupos de autodefensa y han librado al menos 273 órdenes de aprehensión contra los integrantes de ese movimiento.
J. Jesús Lemushttps://www.youtube.com/watch?v=siBXyph7Ao8
El gobierno estatal de Michoacán ha tomado dos vías para alcanzar a desmovilización de más de 3 mil hombres armados que siguen leales al doctor José Manuel Mireles: ha lanzado convocatorias de diálogo con los grupos de autodefensa y han librado al menos 273 órdenes de aprehensión contra los integrantes de ese movimiento.
Entre los grupos de autodefensa, principalmente los que se encuentran radicados en la zona de la Costa Sierra Nahua, se sabe de las intenciones del nuevo mandatario Silvano Aureoles, por eso, la mayoría de los que no han aceptado el diálogo se han remontado hacia la sierra. Temen la detención judicial.
La caza a los grupos de autodefensas ya inició, aseguró el comandante Felipe, uno de los jefes del movimiento en la zona de Aguililla. Él tiene la certeza de que la instrucción oficial “es desarmar a como dé lugar a todos los que se alzaron contra el cártel de Los Templarios”.
En los últimos días, han sido detenidos dos líderes de autodefensas. Se les dictaron órdenes de captura por delitos de fuero común, y sus grupos armados fueron desarticulados.
El comandante Felipe supone que así como ocurrió con esos grupos de autodefensa en Pátzcuaro y Huetamo, podría pasar con el resto de autodefensas que siguen a la espera del regreso de Mireles.
Los detenidos recientemente son los comandantes Fredy Cárdenas Santana y Felipe de Jesús Valencia Mujica. Al primero se le acusó de portación de armas de fuego de uso exclusivo del Ejército, en tanto que al segundo se le dictó orden de captura por el delito de secuestro. Ambos se habían negado a la posibilidad del diálogo con enviados de la secretaría de gobierno del estado de Michoacán.
De acuerdo a fuentes del interior del Gobierno del Estado, se sabe que a la fecha la Secretaría de Gobierno ha enviado al menos a 10 negociadores para hacer contacto con los jefes de los grupos de autodefensa.
Tienen la encomienda de sentarse al diálogo con los jefes de los civiles armados, en espera de alcanzar acuerdos que permitan la desarticulación de las células que mantienen el control de caminos y carreteras de la zona sur de la entidad.
Sin embargo, se sabe que ninguno de los grupos de autodefensa que han sido contactados por los enviados del gobierno estatal ha optado por la negociación de un armisticio. La desmovilización de las células de civiles armados se ve lejana, toda vez que el gobierno estatal –aseguran algunos de los contactados- no ofrece garantías para el regreso de los autodefensas a la cotidianidad.
La oferta se finca sólo en la incorporación de algunos de los civiles armados a los cuerpos de seguridad pública del estado.
Esa es la razón que ha hecho que al menos cinco grupo de autodefensas, los que mantenían el control de la seguridad en los municipios de Aquila, Coahuayana, Aguililla, Tepalcatepec y Arteaga, hayan optado por remontarse en la sierra, a fin de evitar las órdenes de captura.
Huyen a la sierra
La mayoría de los autodefensas que no han aceptado dialogar ha decidido huir hacia la parte alta de la sierra, para evitar ir a la cárcel. No quieren estar en prisión acusados de delitos que dicen son fabricados.
Ven como una incongruencia que ahora sea a ellos –los que se alzaron contra la delincuencia- a los que se les persigue como si fueran delincuentes.
El primer grupo que se remontó en la sierra es el que estaba encabezado por Fredy Cárdenas Santana. Apenas se dio la detención de su comandante, al menos unos 150 hombres decidieron dejar la barricada y esconderse en la espesura. Se negaron a la posibilidad de dialogar con los enviados del gobierno estatal porque no les garantizaban la permanencia del movimiento contra el cartel de las drogas. Además, ninguno aspira a ser policía estatal mientras sigan en activo las células criminales.
Otras autodefensas, principalmente de la zona de Pátzcuaro, tras la captura de su comandante Felipe de Jesús Valencia Mujica, decidieron no quedarse en los poblados que tenían bajo su control. Se han escondido en la sierra, en donde sobreviven mediante el robo de ganado, para evitar que más integrantes sean llevados a prisión señalados de diversos delitos.
También dos grupos de autodefensas de Lázaro Cárdenas y otro más de Tepalcatepec han decidido evadir las posibles órdenes de captura en contra de algunos de sus integrantes escondiéndose en la sierra. Estos grupos fueron advertidos de la acción judicial por parte de los mismos envidos por el gobierno estatal para iniciar el diálogo, al que se negaron en primera instancia.
De momento ninguno de los grupos de autodefensa que presumen tienen órdenes en contra de algunos de sus miembros han intentado combatir por la vía jurídica la decisión oficial. Han optado por salir del alcalde de las fuerzas federales y de la policía ministerial del estado, en espera del regreso del doctor José Manuel Mireles Valverde, del que están convencidos puede ocurrir en unos meses más.
‘Nos están cazando’
Como si fuéramos perros del mal, ahora el gobierno viene tras nosotros, aseguró el comandante Felipe.
“No sabemos cuál es la verdadera intención del gobierno al librar órdenes de aprehensión en contra de algunos miembros de las autodefensas. El gobierno estatal no está cazando. Lo que no han podido hacer los Caballeros Templarios, ahora lo está logrando el gobierno. Nos quieren muertos o en la cárcel, pero lo cierto es que no quiere (el gobierno) que sigamos la guerra contra el crimen organizado”.
Para el comandante Felipe la más clara muestra de las intenciones del gobierno para terminar con el movimiento de autodefensa lo observa en los jefes caídos. Los muertos allí están. Hablan por sí mismos.
No se explica la razón de las muertes de los líderes de autodefensas Enrique Hernández Salcedo de Yurécuaro; Camilo Santana, en Huetamo; Aurelio Gómez Barocio, en Nueva Italia, Jesús Bucio Cortés de Tancítaro y Arturo Martínez Peñaloza, en Churumuco.
“¿Para qué sus muertes, si todo sigue igual?”.
Y si no los matan, los llevan a la cárcel, dice. El caso más reclamado después del encarcelamiento del doctor Mireles, es de Semeí Verdía Zepeda, el líder de Ostula, en Aquila, al que luego de dos intentos de asesinato lo tuvieron que detener para disminuir su movimiento. Está preso desde el 19 de julio pasado en una cárcel de Morelia acusado de homicidio.
Otro líder de las autodefensas al que se intentó anular es Jesús Barragán Álvarez, fundador del grupo de civiles armados en Uruapan. Fue emboscado por sicarios de los templarios, pero resultó ileso. No corrió la misma suerte José Manuel Talavera, el jefe de las autodefensas de Apatzingán, quien cayó abatido cuando circulaba en una motocicleta.
Pero a pesar de la persecución de la que se sienten objeto, los grupos de autodefensa no desisten en su movimiento. Siguen activos en la zona Sierra Costa Nahua y Tierra Caliente de Michoacán. Los motiva los mensajes de alientos que desde prisión hace el doctor Mireles. Se comunica con algunos jefes de grupo vía postal o con mensajes personales.
Quieren atraer la seguridad
Con la intención de hacerse del control de la seguridad del estado, la que en los últimos dos años ha estado en manos de la federación, el gobernador Silvano Aureoles anunció la compra de un dron para labores de inteligencia contra los carteles de las drogas que operan en la entidad.
El avión no tripulado, con autonomía de vuelo de hasta 16 horas, se destinará a labores de inteligencia encaminadas al combate al narcotráfico, el que sigue siendo la principal causa de la violencia generalizada en toda la entidad.
A la par del anuncio de la adquisición de un avión no tripulado, también se informó de la puesta en operación de un área denominada C-5, que sería una zona de inteligencia estatal, destinada a la detección de armas y explosivos en cualquiera de las carreteras de acceso a Michoacán.
Como parte del C-5 estaría operando también una serie de arcos detectores de sustancias y materiales ilícitos, que estarán instalados en todo los puntos de entrada al estado de Michoacán, a fin de combatir de tráfico de armas y explosivos, tareas también exclusivas de la federación.