El presidente electo Andrés Manuel López Obrador y su gestión gubernamental se encuentran en un difícil dilema sobre continuar o cancelar un contrato con una filial de Odebrecht, empresa acusada mundialmente de corrupción.
De acuerdo con Reuters, de cancelar el contrato, que consta de una cláusula de suministro de etano entre Pemex y el consorcio Braskem-Idesa, se perderían millones de pesos ya que la filial de Odebrecht no desea anularlo.
Sergio Plata, coordinador de relaciones internacionales del consorcio donde Braskem tiene el 70% y la local Grupo Ideas el 30% restante, aseguró que actualmente no existe posibilidad de cancelar el contrato.
“No está en nuestros planes deshacer una relación contractual positiva que hemos construido con Pemex y que trae beneficios a todos”, explicó.
Por el contrario, si el gobierno de AMLO desea continuar con la filial de Odebrecht no solamente se trataría de una imagen de corrupción sino también de daño a las finanzas de Pemex si el precio del etano no retrocede.
Por su parte, el presidente de la comisión de Energía del Senado, Armando Guadiana, agregó que es necesario que se revise el contrato con la filial, ya que cuenta con concesiones que dañan la economía de México.
“El contrato con Braskem es muy dañino a los intereses de México (…) se le hicieron demasiadas concesiones a Braskem, que son muy dañinas económicamente para México. Mi opinión es que se revise el contrato”, declaró.
Finalmente, el próximo secretario de Comunicaciones y Transportes, Javier Jiménez Espriú, es miembro suplente del consejo de administración de Grupo Idesa e incluso su esposa tiene un porcentaje de acciones ahí mismo.
Espriú, además, defendió al consejo del consorcio Brakem-Idesa alegando que no tiene correlación con la corrupción. “Idesa no tiene nada que ver con el escándalo de Odebrecht”, sentenció.