Crean mafia Rusia-México
Nunca se imaginó que aquel 10 de noviembre del 2010 comenzaba su pesadilla, y aún no termina.
Una pesadilla que destapó un enjambre de corrupción entre funcionarios de Relaciones Exteriores, el Instituto Mexicano de Migración y autoridades rusas.
Esa tarde Alfredo Flores Ambriz regresaba a su casa de viaje cuando se percató que su hijo, Maximiliano Flores Leina, fue sustraído ilegalmente del país.
Nacido en México, su madre, la rusa Tatiana Leina, lo sacó del país y hoy se encuentra en un internado de Moscú donde no se le permite tener contacto con su padre.
Georgina Howard
Nunca se imaginó que aquel 10 de noviembre del 2010 comenzaba su pesadilla, y aún no termina.
Una pesadilla que destapó un enjambre de corrupción entre funcionarios de Relaciones Exteriores, el Instituto Mexicano de Migración y autoridades rusas.
Esa tarde Alfredo Flores Ambriz regresaba a su casa de viaje cuando se percató que su hijo, Maximiliano Flores Leina, fue sustraído ilegalmente del país.
Nacido en México, su madre, la rusa Tatiana Leina, lo sacó del país y hoy se encuentra en un internado de Moscú donde no se le permite tener contacto con su padre.
Después de tocar múltiples puertas para pedir una investigación porque el menor salió con pasaporte ruso, siendo ciudadano mexicano y sin la autorización del padre, Flores Ambriz descubrió que era un complot.
Tatiana trabajaba en la agencia de viajes Russian International Tours, propiedad de Sergey Kilyakov y Svetlana Kilyakova.
Sergey y Svetlana, ambos residentes en México desde hace 25 años y acreditados como representantes de prensa de la embajada rusa, la ayudaron a sacar al niño.
La entonces diputada de la LX Legislatura, Rosy Orozco, fue la que descubrió que el niño había sido sustraído mediante una acción de delincuencia organizada.
La PGR analizó el caso y de ahí se inició una averiguación ante la la Subprocuraduría de Investigación Especializada en Delincuencia Organizada con número de expediente PGR/SIEDO/UIETMIO/AP/109/2010.
Todo se descubrió a raíz de dos correos electrónicos enviados por Svetlana Kilyakova a Tatiana Leina, quien pidió ayuda a estos compatriotas para sacar al menor.
En los correos se describe cómo las autoridades del Instituto Nacional de Migración (INM), instaladas en el Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México, “tienen metido el pito en el culo”, seguida de la frase “en México todo se puede”.
El segundo correo señala que Sergey Kilyakov recogió al menor y a la señora Leina en el aeropuerto de Moscú y lo llevó a un domicilio ante la sorpresa del dueño del departamento.
Desde entonces el padre del menor ha vivido su propio calvario, pues ante la indiferencia de las autoridades mexicanas en la Cancillería y el INM, tuvo que realizar sus propias investigaciones.
La PGR no avanzó en el tema porque salió a la luz el nombre de Cecilia Romero, hoy secretaria general del Partido Acción Nacional, que tenía pocos días de haber dejado la titularidad del INM, acéfala en aquel momento.
Se pedía su apoyo para que declarara porqué durante su gestión se permitía que a los extranjeros que abandonaban el país con menores de edad no se les pedía documentación.
“La policía migratoria del aeropuerto tenía reporte que al niño Maximiliano Flores lo dejaron abordar el avión en calidad de turista con un pasaporte ruso ilegal, y nunca le pidieron forma migratoria de internación”.
Tanto la PGR como el INM, en ese entonces, se limitaron a responder que no existe un sistema para regular las salidas de menores de edad desde el aeropuerto capitalino.
El argumento que la Procuraduría General de la República esgrimía a Flores para no investigar es que no tenían tiempo “con tantos muertos”.
Mientras eso ocurría, Tatiana Leina demandaba el divorcio a Alfredo Flores, mediante un procedimiento ilegal, tal y como lo admitió la embajada rusa en México, pues envió la documentación a dos domicilios particulares en vez de hacerlo vía diplomática.
Ahora, el gobierno de aquel país le exige a Flores Ambriz manutención para el menor de edad, pero le prohíbe verlo y hablar con él.
Además, tiene amenaza oficial de demanda con delito de cárcel en caso de regresar a Rusia para ver a su hijo, como obra en el mismo expediente de la PGR donde la embajada se encargó de hacer esta amenaza.
La delicadeza panista
Mientras preparaba el viaje a Rusia, la Secretaría de Relaciones Exteriores también negó todo apoyo; de hecho Johanes Jácome, director de Derechos de la Familia de la SRE, literalmente le habría dicho: “Olvídate de ese niño, hazte otro”.
Fue ante la intermediación de la entonces senadora Rosario Green que la titular de la SRE, Patricia Espinosa Cantellano, accedió a consultar un abogado ruso para el caso.
La abogada Xenia Menshova admitió que todo el caso estaba turbio y que todo se hizo bajo corrupción, pero el niño ya está en Rusia y pues “ni modo”, ya perdió la nacionalidad mexicana.
Mientras, el padre se ve obligado por las autoridades rusas a pagar la manutención del menor, pero sin ningún derecho.
Lo amenaza de muerte
Cuando el niño fue sustraído, el padre llamó vía telefónica a la embajada de México en Rusia para pedir asesoría.
Pablo Adrián Lozano Lozano, encargado de la Sección Consular y Documentación, Tercer Secretario, tomó la llamada y le dijo:
“Tu hijo está en problemas, Sergey Kilyakov es pájaro de cuentas, lo estamos investigando… hay expediente de la PGR aquí, no puedo decir más por seguridad… tu hijo está en alerta roja”.
Flores viajó a Moscú en mayo del 2011 para ver a su hijo, pero el embajador de México allá, Alfredo Pérez Bravo, lo amenazó de muerte y le negó la ayuda consular.
Pérez Bravo argumentó la negativa de apoyo consular bajo el siguiente tenor:
“Sergey Kilyakov es amigo del exembajador en México Valery Morozov, quien es muy influyente en Rusia”.
Ordenó a Flores Ambriz abandonar el país con el pretexto que la policía rusa lo buscaba para meterlo a la cárcel y le negó un intérprete poque “no podía exponer a que alguien de la embajada fuera asesinado”.
Le reveló de palabra que en su gestión como embajador habían internado a 45 menores de edad mexicanos en Rusia, sin que ellos pudieran regresar a su país de origen “pues niño que entra ya no sale”.
Al ver la indiferencia de las autoridades consulares, el hoy exdiputado Jorge Carlos Ramírez Marín, intercedió ante la embajada de México en Rusia para que no le pasara nada a Flores Ambriz.
Lo mismo hicieron también los exlegisladores Rogelio Díaz Brown, Eduardo Bailey Elizondo y Marcela Torres Peimber. Rosy Orozco dejó el caso porque era pelear contra la ahora secretaria general del partido.
Ramírez Marín propuso al padre subir a tribuna el tema, pero el padre debió esperar la salida del presidente Felipe Calderón debido al alto grado de impunidad.
Reinicia la travesía
Alfredo Flores esperó a que concluyera el gobierno de Felipe Calderón y salieran los funcionarios que lo amenazaron, para retomar su denuncia.
Por lo pronto, ya entregó una carta al nuevo titular del Instituto Nacional de Migración, Aurelio Vargas, quien se comprometió a llamar a los Kilyakov por el delito de trata de personas.
Joaquín Pastrana, nuevo director de Derechos de la Familia de la SRE, le dijo que el asunto era complicado, pero no imposible, y que harían lo conducente para retomar la investigación.
Ya entregó una carta al procurador general de la República, Jesús Murillo Karam, para que se agilicen las investigaciones y no queden impunes los señores Sergey Kiliakov y Svetlana Kilyakova. Espera respuesta.
Al presidente Enrique Peña Nieto le solicitó la repatriación del ciudadano mexicano Maximiliano Flores Lenia, toda vez que se violó el artículo 366 del Código Penal Federal al sacar lo sin el consentimiento paterno.
El Artículo 366 del Código Penal Federal establece:
“Se impondrán las penas a que se refiere este artículo al padre o madre de un menor de dieciseis años que de manera ilícita o sin el consentimiento de quien o quienes ejerzan la patria potestad o la custodia del menor, sin el propósito de obtener un lucro indebido, lo trasladen fuera del territorio nacional con el fin de cambiar su residencia habitual o impedir a la madre o padre, según sea el caso, convivir con el menor o visitarlo”.
Ademas, “se privará de los derechos de patria potestad, tutela o custodia a quienes, en su caso, teniendo el ejercicio de estos cometan el delito a que se refiere el presente artículo”.
Sin aviso oficial
Sergey Kiliakov y Svetlana Kilyakova se identifican como
Representante oficial de la Agencia Federal de Turismo de Rusia, presidente de la Comunidad Rusa en México y América Latina, del Ministerio de Relaciones Exteriores de la Embajada Rusa en México y miembro del Consejo Mundial de Compatriotas de Rusia en el Extranjero del Gobierno de Rusia.
Todas esas actividades las realizan sin que las notifique a las secretarías de Gobernación y Relaciones Exteriores.
Pero además de tener pasaporte diplomático, cuando les conviene presentan su forma migratoria mexicana FM2.
Sergey Kilyakov usa pasaporte ruso número 4213084 y FM2 número 2115817; Svetlana pasaporte ruso número 4213085 y FM2 número 2115814.