El gobierno del presidente electo, Andrés Manuel López Obrador, va por realizar la consulta ciudadana para decidir el futuro del Nuevo Aeropuerto Internacional de México sin tener todos los estudios que confirmen la viabilidad al 100 por ciento del proyecto alterno.
Javier Jiménez Espriú, nominado como próximo secretario de Comunicaciones y Transportes, afirmó que desde el 2013 se cuenta con una aprobación preliminar de la Organización de Aviación Civil Internacional (OACI) —organismo especializado en aviación de las Naciones Unidas—, sobre la propuesta de mantener en operaciones el Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México y habilitar como aeropuerto civil el de la Base Militar de Santa Lucía.
Sin embargo, la propia OACI señaló el 14 de septiembre que para incluir las evaluaciones de seguridad sobre la modificación del espacio aéreo y que operen ambos aeropuertos al mismo tiempo, es necesario hacer un estudio de mayor profundidad, que tomaría al menos cuatro meses.
“Tenemos la disposición de llevar a cabo un estudio como el solicitado, un estudio amplio; siendo realistas y transparentes con su Administración, este es el reto mayor. Para un proyecto de tal magnitud, y solamente relacionando el espacio aéreo, se necesitarán al menos cuatro meses de trabajo, con un equipo de los mejores expertos, asumiendo que toda la información necesaria está disponible”, respondió la OACI a Alfonso Sarabia, director de Aeropuertos y Servicios Auxiliares.
La carta de la OACI refiere los resultados del estudio del 2013, en el que indicó que operar un aeropuerto en la Base Militar de Santa Lucía y mantener el AICM sí es factible.
“Aunque en principio no es parte del alcance del estudio, la Base Aérea de Santa Lucía se encuentra a 36 kilómetros aproximadamente del AICM, distancia que se reduciría si lo que medimos es la separación de sus espacios aéreos. Es una zona despejada, con buena climatología local, con características mecánicas del terreno que no parecen tener especiales notaciones críticas y dispone de espacio para crecer, en principio, de manera moderada”, expuso en 2013 la OACI en el documento ‘Necesidad e idoneidad de la solución propuesta para el Nuevo Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México”, mostrado por Jiménez Espriú.
En otra misiva de la OACI, ésta con fecha del 3 de octubre, dirigida al presidente electo, Andrés Manuel López Obrador, se señala que es necesario conocer a mayor detalle la interacción de las operaciones aéreas.
“El nuevo estudio solicitado por ASA de fecha 7 de septiembre de 2018 se concentrará en llevar a cabo un estudio complementario al que se realizó en 2013 para analizar con mayor detalle la interacción de operaciones aéreas en el área terminal de México, considerando la operación conjunta de la Base Aérea Santa Lucía y el AICM; es decir, llevar a cabo una evaluación general sobre la viabilidad técnica del espacio aéreo”,
Urgen cancelación de obras en Texcoco
Cuestionado sobre por qué no realizar la consulta hasta saber los resultados del estudio que definirá completamente la viabilidad del aeropuerto en Santa Lucía, Jiménez Espriú insistió en que no pueden esperar más tiempo, pues es urgente cancelar las obras en Texcoco.
“Hoy son 58 mil millones de pesos que están ahí y algo así como 25 o 30 mil millones de pesos de gastos no recuperables de los contratistas que ya han encargado cosas. Si dejamos que esto pase cuatro meses, entonces en lugar de 58 mil millones de pesos serían 70; y los gastos serían otros 70. No podemos seguir demorando esa decisión”, insistió Jiménez Espriú.
El próximo funcionario federal afirmó que al plan alternativo de Texcoco, que incluye mantener en operación el AICM y construir dos pistas en Santa Lucía, ahora se suma incluir el Aeropuerto Internacional de Toluca en el sistema aeroportuario del centro del país.