Detectan irregularidades en el Club Ejecutivo

Uno de los clubes empresariales más populares y visitados de San Pedro violó la ley cuando realizó trabajos de construcción sin contar con los permisos municipales.

El Ayuntamiento de San Pedro detectó las irregularidades en una inspección al Club Ejecutivo, ubicado en la colonia del Valle, mientras los propietarios edificaban un nivel adicional en el inmueble, aunque nunca tuvieron las autorizaciones.

Mientras la administración del alcalde Ugo Ruiz deja caer todo el peso de la ley al demoler “minicasitas” que tampoco cuentan con las licencias, en este caso omitió actuar ante las anomalías denunciadas por un ciudadano desde el año pasado.

Este espacio de primer nivel es uno de los lugares predilectos de la clase empresarial y política sampetrina, donde los miembros combinan experiencias de negocios, ocio y salud.

Aunque la diligencia que constató las anomalías se realizó hace más de dos meses, el Municipio no ha impuesto una clausura al edificio, ni tampoco ha evaluado la posibilidad de demoler los metros cuadrados de construcción ilegal.

La orden de inspección fue firmada el 22 de enero de este año por la secretaria de Desarrollo Sustentable de San Pedro, Cecilia Ortiz Rivera, para revisar el inmueble registrado a nombre de María Esthela Santos Elizondo y otros copropietarios.

En la inspección se indica que en los archivos de la dependencia no se localizó la licencia de construcción para hacer modificaciones al club y se notificó a los dueños para que permitieran el acceso al edificio a los inspectores municipales.

Pero contrario a lo expresado por la funcionaria, la verdad es que trabajadores del Club Ejecutivo entorpecieron la inspección y negaron el paso al inmueble, ubicado en el número 395 oriente de la calle Río Danubio.

De acuerdo con el reporte de la inspección, firmado por José Manuel Pérez Martínez, en la diligencia se observaron trabajos ilegales de construcción de un sexto nivel.

Ante la negativa de los empleados, el inspector adscrito a la Secretaría de Desarrollo Sustentable informó que la revisión tuvo que realizarla desde afuera del edificio.

“Al constituirme en el inmueble me percaté que en el mismo se están efectuando trabajos de construcción de un sexto nivel (tomando como referencia los niveles a partir del nivel de banqueta)”, relató en su informe.

“Dicha construcción hasta este momento se encuentra en etapa de acabados, en un área de 741.66 metros cuadrados (28.20 metros por 26.30 metros). Cabe destacar que la inspección fue llevada a cabo desde la vía pública, ya que no se nos permitió accesar al área de dicha ampliación de construcción”.

El inspector anexó una serie de fotografías de la obra para probar estas irregularidades, mientras que los trabajadores del Club Ejecutivo le señalaron que se presentarían ante el Municipio para dar seguimiento al proceso.

“Habiéndose requerido al responsable o encargado de la licencia municipal correspondiente, misma que no fue exhibida, se turna el presente a la Dirección Jurídica de la Secretaría de Desarrollo Sustentable para que proceda”, concluyó.

Aunque Ortiz Rivera advirtió, en el instructivo de la inspección, que de no acreditarse las licencias se impondrían medidas de seguridad y sanciones, hasta el momento la autoridad no ha clausurado las obras o ha aplicado alguna otra medida.

Los trabajos del Club Ejecutivo violan la Ley de Desarrollo Urbano del Estado y el Reglamento de Zonificación y Usos del Suelo de San Pedro, donde se establece que para iniciar una construcción se requiere previamente la obtención de los permisos.

La inspección derivó de la denuncia que un ciudadano interpuso ante el Municipio de San Pedro, el 5 de septiembre de 2013, la cual indicaba que la ampliación no contaba con las autorizaciones.

La diligencia no se llevó a cabo hasta el 22 de enero pasado, más de cuatro meses después de la querella.

Ante esta omisión del Municipio, el ciudadano quejoso promovió el amparo número 1865/2013 ante el Juzgado Segundo de Distrito en Materia Administrativa, encabezado por Javier Rubén Lozano Martínez.

En el informe que rindió Ortiz Rivera ante esta autoridad, la funcionaria admitió que la construcción es irregular y que sí hubo una negligencia municipal, pero la justificó con la diligencia que tardíamente realizó la dependencia a su cargo. 

“Ya han cesado los efectos del acto reclamado, debido a que ya se realizó una inspección en el predio ubicado en la calle Río Danubio 395”, se lee en el informe, firmado por la funcionaria el 18 de febrero de este año.

Desarrollo invade área municipal

Desde hace un año, el Municipio de San Pedro detectó la invasión de un derecho de paso por parte de la torre de departamentos Nubo, pero desde entonces la administración del alcalde Ugo Ruiz no ha ejercido ningún acto para evitarlo.

Aunque hay una serie de litigios que  caracterizan a la gestión del edil panista, no hay ninguna acción por la presunta ocupación de un área que nunca fue desincorporada del patrimonio municipal, en la colonia Valle de San Ángel, sector Francés.

El desarrollo invadió alrededor de dos metros de una vialidad que se ubica a su costado, en una de las zonas con mayor plusvalía en la ciudad, sin que hasta la fecha se hayan interpuesto recursos legales para recuperarla.

El asunto fue notificado por el director de Patrimonio Municipal del Municipio, Ricardo Garza Medina, al exdirector general de Asuntos Jurídicos de la Secretaría del Ayuntamiento sampetrino, Alejandro Castañeda Loya.

En un oficio, recibido el 14 de marzo de 2013, el titular del área le solicitó al abogado su colaboración para iniciar con los trámites para la recuperación del derecho de paso, que hasta antes de ser mutilado medía unos 4 metros de ancho.

En la misiva, Garza Medina le pidió una serie de documentos que demuestran la ocupación ilegal, como oficios transmitidos al Instituto Registral y Catastral de Nuevo León y a la Secretaría de Desarrollo Sustentable de San Pedo.

También pidió copias de las licencias de construcción, escrituras públicas y el levantamiento topográfico del derecho de paso, ubicado en la calle Castillo de Chambord, entre Mont Blanc, Notre Dame y la avenida Manuel Gómez Morín.

Pero la inacción fue, de nuevo, la estrategia preferida. Desde entonces, la invasión de los desarrolladores persiste, sin que haya un acto de autoridad que lo impida.