A menos de un mes de que termine su gestión, el presidente Enrique Peña Nieto fue condecorado por el Ejército Mexicano en una ceremonia en donde las palabras del secretario de Marina, Francisco Soberón, dedicadas al máximo jefe de las Fuerzas Armadas, hicieron eco en toda la clase política: “difícilmente volveremos a tener un comandante como usted”.
Por su parte, el presidente, devolvió la muestra de gratitud y expresó que México tendría una deuda con los miembros del Ejército si no se aplica la Ley de Seguridad Interior que en este momento se discute en la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN) y a la cual se han opuesto diversos sectores de la sociedad.
Durante la ceremonia, en la que le otorgaron al mandatario las condecoraciones Servicios Distinguidos de la Sedena y a la Distinción Naval de Primera Clase de la Marina, los mandos militares destacaron que los institutos armados se fortalecieron y se dio atención en materia de salud, seguridad social y educación para sus integrantes y sus familias.
El general Salvador Cienfuegos Zepeda expresó que ser comandante constituye un gran reto, pues implica no sólo dar órdenes en el marco de las leyes y los reglamentos, “sino también ejercer el liderazgo de las tropas mediante sobrado celo, ejemplo y convicción, inspirando en sus subordinados el cumplimiento voluntario y decidido de sus misiones”.
Añadió que el Ejecutivo federal “siempre ha mostrado orgullo de ser el comandante supremo de las Fuerzas Armadas, y con su cercanía y apoyo nos ha dejado claro que la lealtad es recíproca. Usted ha estado en los momentos o situaciones que son de gran significado para los soldados y para los marinos”.
Por su parte, Peña Nieto confió en que Andrés Manuel López Obrador, quien habrá de ser el Presidente de la República y Comandante Supremo de las Fuerzas Armadas a partir del 1 de diciembre, al mirar y conocer a estas instituciones, las seguirá apoyando y respaldando para seguir engrandeciendo a los institutos armados.
Expresó su permanente gratitud, reconocimiento y aprecio a los integrantes de las instituciones militares, pues éstas “no actúan esperando un premio, sino que lo hacen con la convicción de cumplir con la misión asignada”.