De la mano de la empresa europea Parkeon, el Gobierno del Distrito Federal (GDF), a través de la Autoridad del Espacio Público, tiene un ambicioso proyecto para ampliar la instalación de parquímetros en 20 grandes zonas del Distrito Federal.
Con la bandera de combatir la irregularidad de los franeleros y la escasez de estacionamientos en colonias de gran demanda, el proyecto prevé la instalación de estos aparatos en polígonos con serios problemas como Pensil, Anáhuac, Irrigación, Del Valle, Narvarte, Nápoles, Nochebuena, San Ángel, Tizapan, Atamaya, La Villa, Coyoacán y Santa Fé. Al mismo tiempo, se consolidarán los ya instalados en Polanco, Anzures y Lomas, Virreyes.
Pese a la polémica, la instalación del equipo Parkeón genera grandes dividendos a la administración pública y a la empresa encargada de la fabricación de parquímetros, autorizada por el GDF.
Tan sólo el año pasado, Parkeón entregó como contraprestación a la Autoridad del Espacio Público, 17 millones 309 mil 526 pesos por operar el polígono de Polanco-Anzures. Dicha cantidad representa apenas el 30 por ciento de las ganancias que arrojó la operación de parquímetros en esta zona.
De acuerdo al esquema de distribución de ingresos, del total de recursos que se almacenan en la alcancía de un parquímetro, el 30 por ciento lo entrega la empresa a la Secretaría de Finanzas como pago de contraprestación, Finanzas, a su vez, lo entrega a la Autoridad del Espacio Público de la Seduvi, quien tiene la obligación de invertirlo en obras y seguridad en beneficio de la colonia donde operan los aparatos.
AsÍ, un comité constituido por la delegación, los ciudadanos y la Autoridad del Espacio Público verifican que los recursos sean entregados y que el destino final sea la mejora de la comunidad.
Para exigirle cuentas claras a Parkeón, la empresa comprueba cuántos recursos ingresaron al parquímetro a través de la emisión del comprobante impreso que, de manera electrónica, notifica a las autoridades de la delegación, la Secretaría de Seguridad Pública y Autoridad del Espacio Público.
El dinero que se recauda por concepto de multas, 324 pesos, y por el retiro del inmovilizador, 199 pesos, se ingresa directamente a la Tesorería del GDF, que entrega estos recursos a la SSPDF. Por estos conceptos, la ciudadanía no obtiene nada.
Para las autoridades, los parquímetros multiespacio permiten tener un control certero y detallado de los ingresos, a prueba de manipulación, “hackers” o fraudes.
Hay “cuartos de control” en Seduvi, así como en la SSPDF y Finanzas, a fin de que todas las áreas involucradas reciban la misma información sobre cuánto reciben las máquinas por concepto de pago por estacionamiento que actualmente se cobra a ocho pesos la hora.
El Programa para la Rehabilitación, Infraestructura y Equipamiento de Espacios Públicos, mediante el Control de Estacionamiento en las Vías Públicas de la ciudad de México, conocido como EcoParq, es un proyecto originario del GDF para arrebatar a los franeleros las calles y los ingresos que obtenían por el control y renta de la vía pública.
Con casi nueve millones de habitantes y cinco millones de vehículos circulando en la ciudad de México, la imagen más recurrente de la capital son sus calles congestionadas.
Ecoparq se incorpora a la zonas (polígonos) donde hay mayor demanda de cajones de estacionamiento para vehículos, fundamentalmente en lugares de intensa actividad comercial donde restaurantes, bares, cantinas y demás negocios invaden a los vecinos de dichas colonias por la cantidad de vehículos que se concentran.
Los parquímetros son una realidad inaplazable para estas zonas congestionadas. El tema en muchos casos divide a los vecinos, que se pronuncian a favor y en contra.
Las autoridades, mientras tanto, ponen énfasis en el tema de hacia dónde crecer y llevar estas máquinas que permiten negociar con la vía pública. Siempre con la bandera de beneficios a favor de los colonos.
Una empresa europea
De la mano de la empresa europea Parkeon, el Gobierno del Distrito Federal (GDF), a través de la Autoridad del Espacio Público, tiene un ambicioso proyecto para ampliar la instalación de parquímetros en 20 grandes zonas del Distrito Federal.
Con la bandera de combatir la irregularidad de los franeleros y la escasez de estacionamientos en colonias de gran demanda, el proyecto prevé la instalación de estos aparatos en polígonos con serios problemas como Pensil, Anáhuac, Irrigación, Del Valle, Narvarte, Nápoles, Nochebuena, San Ángel, Tizapan, Atamaya, La Villa, Coyoacán y Santa Fé. Al mismo tiempo, se consolidarán los ya instalados en Polanco, Anzures y Lomas, Virreyes.
Pese a la polémica, la instalación del equipo Parkeón genera grandes dividendos a la administración pública y a la empresa encargada de la fabricación de parquímetros, autorizada por el GDF.
Tan sólo el año pasado, Parkeón entregó como contraprestación a la Autoridad del Espacio Público, 17 millones 309 mil 526 pesos por operar el polígono de Polanco-Anzures. Dicha cantidad representa apenas el 30 por ciento de las ganancias que arrojó la operación de parquímetros en esta zona.
De acuerdo al esquema de distribución de ingresos, del total de recursos que se almacenan en la alcancía de un parquímetro, el 30 por ciento lo entrega la empresa a la Secretaría de Finanzas como pago de contraprestación, Finanzas, a su vez, lo entrega a la Autoridad del Espacio Público de la Seduvi, quien tiene la obligación de invertirlo en obras y seguridad en beneficio de la colonia donde operan los aparatos.
AsÍ, un comité constituido por la delegación, los ciudadanos y la Autoridad del Espacio Público verifican que los recursos sean entregados y que el destino final sea la mejora de la comunidad.
Para exigirle cuentas claras a Parkeón, la empresa comprueba cuántos recursos ingresaron al parquímetro a través de la emisión del comprobante impreso que, de manera electrónica, notifica a las autoridades de la delegación, la Secretaría de Seguridad Pública y Autoridad del Espacio Público.
El dinero que se recauda por concepto de multas, 324 pesos, y por el retiro del inmovilizador, 199 pesos, se ingresa directamente a la Tesorería del GDF, que entrega estos recursos a la SSPDF. Por estos conceptos, la ciudadanía no obtiene nada.
Para las autoridades, los parquímetros multiespacio permiten tener un control certero y detallado de los ingresos, a prueba de manipulación, “hackers” o fraudes.
Hay “cuartos de control” en Seduvi, así como en la SSPDF y Finanzas, a fin de que todas las áreas involucradas reciban la misma información sobre cuánto reciben las máquinas por concepto de pago por estacionamiento que actualmente se cobra a ocho pesos la hora.
El Programa para la Rehabilitación, Infraestructura y Equipamiento de Espacios Públicos, mediante el Control de Estacionamiento en las Vías Públicas de la ciudad de México, conocido como EcoParq, es un proyecto originario del GDF para arrebatar a los franeleros las calles y los ingresos que obtenían por el control y renta de la vía pública.
Con casi nueve millones de habitantes y cinco millones de vehículos circulando en la ciudad de México, la imagen más recurrente de la capital son sus calles congestionadas.
Ecoparq se incorpora a la zonas (polígonos) donde hay mayor demanda de cajones de estacionamiento para vehículos, fundamentalmente en lugares de intensa actividad comercial donde restaurantes, bares, cantinas y demás negocios invaden a los vecinos de dichas colonias por la cantidad de vehículos que se concentran.
Los parquímetros son una realidad inaplazable para estas zonas congestionadas. El tema en muchos casos divide a los vecinos, que se pronuncian a favor y en contra.
Las autoridades, mientras tanto, ponen énfasis en el tema de hacia dónde crecer y llevar estas máquinas que permiten negociar con la vía pública. Siempre con la bandera de beneficios a favor de los colonos.