Economía frágil ante el encierro por pandemia

La economía mexicana resiente los efectos de la pandemia que dejó el confinamiento durante el segundo semestre del año, situación que podría empeorar si es que se vuelven a suspender las actividades sociales para evitar más contagios de COVID-19
Julio Ramírez Julio Ramírez Publicado el
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Los empresarios no tienen capacidad para aguantar otra suspensión de actividades si no hay apoyos por parte de los gobiernos ya que la recuperación de la economía va a paso muy lento, afirma Mylene Cano, economista en jefe de la Confederación Patronal de México (Coparmex).

“Todavía hay sectores que no se han logrado recuperar. Desde agosto venimos rescatando empleos, pero solo hemos recuperado los que perdimos en abril, nos falta el resto de los meses”, explica en entrevista.

La especialista agrega que algunos sectores de la economía siguen reportando la eliminación de plazas de trabajo, como es el caso de los servicios recreativos y de esparcimiento, que se refiere a salones de fiestas o gimnasios.

El sector restaurantero sigue mostrando una pérdida de empleos, el sector hotelero ha tenido una recuperación apenas en octubre, pero no alcanza a salvar lo que ha perdido en los otros meses. Uno de cada cuatro empleos de estos sectores se perdió
Mylene CanoEconomista en jefe de Coparmex Nacional

“Vemos sectores que ni siquiera inician una recuperación, para ellos sería muy grave (un nuevo confinamiento)”, detalla la economista en jefe de Coparmex.

Que un negocio pueda mantener la nómina de sus trabajadores ante otro cierre económico sería imposible sin el respaldo del Gobierno federal, ya que hasta las administraciones estatales carecen de recursos ante la disminución de la actividad económica.

“En los próximos tres meses hay 700 mil empresas que están en riesgo de cerrar y con lo que sabemos ahora es que ya cerraron un millón. Estamos hablando de que en el trimestre siguiente podrían cerrar con estos mismos ingresos que son más bajos a los que normalmente tenían, imagínate si los reduces aún más. Por eso sería muy complicado un segundo cierre de la economía”, explica la economista.

Otro punto es que el gobierno no quiere asumir la responsabilidad que implica la declaratoria de semáforo rojo epidemiológico.

“Lo mejor en este caso sería atender a tus métricas que tú mismo pusiste como Gobierno federal de llegar a semáforo rojo cuando se alcanzan ciertos límites de hospitalizaciones y todo para que cierres la economía. ¿Por qué no lo quieren hacer? Porque no están dispuestos a otorgar estos apoyos a la economía y todo el costo político que esto implica”, detalla.

La actividad económica en estos momentos, ante un nuevo freno económico solo podría mantenerse si hay un apoyo del Gobierno federal, dice la especialista.

A inicios de diciembre, el Inegi reveló que entre mayo de 2019 y septiembre de 2020 un millón 010 mil 857 micro, pequeñas y medianas empresas cerraron

“Creo que esta es la disyuntiva que se está teniendo ahora, también me parece que los gobiernos locales ya tampoco tienen mucho qué hacer. Por ejemplo, el gobierno de la Ciudad y el Estado de México tienen presupuestos muy limitados, sabemos que han recibido un menor recurso ante la caída de la actividad económica. Entonces, tampoco es que ellos tengan mucho margen de maniobra para poder decir ‘yo te doy un apoyo’”, indica.

Conformidad, enemigo silencioso de la economía y de la salud

Los mexicanos estamos en una condición de “conformidad” al vernos bombardeados por mensajes equívocos de personas que tienen influencia en nosotros o que asumimos como “líderes” o ejemplo para nuestras vidas.

Hay un concepto que se llama conformidad, que es cuando la sociedad adopta ciertos esquemas de pensamiento a causa de que una mayoría lo hace
Juan TalamantesPsicólogo de la Universidad Autónoma de Nayarit

“Si vemos que los gobernadores, el presidente mismo, empiezan a llevar a cabo otro tipo de comportamientos. O incluso si empezamos a ver a estos denominados ‘influencers’, lo que suben a sus redes, que salen, que viajan, que no utilizan cubrebocas, se genera cierto ideal de ‘para qué lo voy a hacer si otros no lo están haciendo’”, explica el psicólogo Juan Talamantes, de la Universidad Autónoma de Nayarit.

De esta manera, las personas están viendo imágenes de personas a las que ven como una autoridad para su vida, como el presidente Andrés Manuel López Obrador, quien fue votado por más 30 millones de personas y goza del respaldo ciudadano pero en sus actos públicos suele evitar el uso de cubrebocas como medida preventiva al COVID-19.

En el mismo modelo están los llamados “influencers” de las redes sociales como YouTube, quienes gozan de un público principalmente joven y a menudo rompen con las recomendaciones como evitar las reuniones o mantener una sana distancia 1.5 metros entre las personas.

Estos mensajes contradictorios provocan que la gente no acate las medidas restrictivas, aún a sabiendas del riesgo mortal de salir a la calle y contraer un virus como el SARS-CoV-2 que tiene al mundo en una emergencia.

“Esto es un factor de influencia en el por qué la gente a veces no se acatan las indicaciones, cuando a lo mejor el modelo que ellos tienen se enfoca en personajes que no lo están haciendo. Además hay mucha desinformación en Internet, hay unas personas que se están dedicando a propagar mensajes acerca de que la pandemia es falsa o que es una forma de control de la sociedad, y aunque parezca broma hay gente que realmente cree que esto es verdad”, explica el psicólogo.

“La conformidad es cuando acoplamos nuestros esquemas mentales a la mayoría. Y cuando una autoridad es quien lo dice y tenemos cierto respeto hacia la autoridad vamos a seguir ese mandato, y esa autoridad puede ser un presidente como lo puede ser un artista, como puede ser un ‘influencer’ o un ‘youtuber’, que para el sujeto sea importante”, concluye.

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