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La contaminación por aguas negras que enfrenta el área natural protegida (ANP) Estero “El Salado” en Puerto Vallarta tras colapsarse un colector de la ciudad no es un problema novedoso para el sitio, sino uno que ha padecido durante años, de acuerdo con los diagnósticos existentes.
El ente a cargo del resguardo de esa ANP, el “Fideicomiso para la Protección del Estero del Salado y Desarrollo de las Áreas Colindantes”, advirtió durante todo el sexenio pasado (2013-2018) en los Programas Operativos Anuales (POA) que esta zona era receptora de afluentes de aguas residuales contaminantes.
El POA de 2018, por ejemplo, incluyó a la “contaminación por vertimiento de aguas domésticas” entre los problemas que afectan al Estero “El Salado”. Pero también mencionó otros como el desvío de escurrimientos, la eliminación de vasos bioreguladores, la contaminación por disposición de residuos sólidos y la contaminación por lavado de suelo de establos.
En el POA de 2015 se advirtió por la afectación que causan los residuos que generan los habitantes y visitantes del destino turístico, cuyo manejo inadecuado de igual forma impacta en el ANP.
Estos afluentes contaminantes no se detuvieron hasta el 7 de marzo, por lo que durante tres días continuos el ANP se volvió el drenaje de ese destino turístico. Por ello, el especialista de la Universidad de Guadalajara y maestro en Ecología Marina, Martín Pérez Peña, advirtió el 8 de marzo que se requerirán meses para remediar el daño causado en el estero.
“Imagínate un campo de futbol, ya ves que tiene como 120 por 70 o 60 metros. Pues son como ocho campos de futbol a un metro (de altura) los que están vertiéndose por día al Estero “El Salado” (…) Si se hubiera tenido una refacción para ponerla de inmediato, probablemente estaríamos hablando de que en dos o tres meses esto se diluye, pero ha sido tal la acumulación, que esto va a llevar bastante tiempo”, dijo.
La contaminación por escurrimientos superficiales domésticos también se incluyó en el POA 2018 en la categoría de “Principales problemas identificados” para el ANP como producto de la “Falta de ordenamiento de la cuenca”, que también causa construcción desordenada, obstaculización de cauces naturales, rellenos de vasos reguladores, cambios de uso de suelo, erosión del suelo, sedimentación y asolves en afluentes.
¿ANP o “riñón” del puerto?
El colector Centro-Norte que liberó las aguas negras hacia el ANP Estero “El Salado” es responsabilidad del Sistema de Servicios de Agua Potable, Drenaje y Alcantarillado (Seapal) de Puerto Vallarta, un organismo público descentralizado del Gobierno de Jalisco que encabeza Enrique Alfaro Ramírez.
En su comunicado del 10 de marzo, el Seapal intentó deslindarse del colapso del colector aseverando que desde hace dos años había solicitado recursos para su intervención.
En ese comunicado el Seapal reconoció que esa infraestructura data de hace más de un cuarto de siglo y dijo que tras la avería realizó videoinspección a la red de la zona para verificar el estado estructural de los tubos que tenían más de 25 años de desgaste.
Pese a su condición de ANP y zona de conservación ecológica, el Seapal llamó a ese Estero “el gran riñón de Puerto Vallarta”, dándole carácter de órgano excretor (conforme a la definición de la RAE), en su comunicado del 8 de marzo.
“De parte de la Comisión Estatal del Agua, Subdirección de Ecología municipal y representantes de la Semadet (Secretaría de Medio Ambiente y Desarrollo Territorial), se informó que el Estero El Salado ha soportado adecuadamente esta contingencia, funcionado incluso como ‘el gran riñón de Puerto Vallarta’”.
El 13 de marzo la Secretaría de Salud aseguró que la calidad bacteriológica del agua del estero y de nueve playas también impactadas ya era apta de nuevo para el uso recreativo, no así la de la playa Dársenas y la de la Zona Naval.
El Estero y la Marina
El Estero “El Salado” estuvo a punto de convertirse en una extensión de la actual Marina o club de yates de Vallarta hace más de 30 años, según se narra en los POA.
A finales de los años 80’s, el proyecto propuesto como Marina II sobre lo que resta del Estero “El Salado” impulsó a civiles independientes y grupos ambientalistas a desarrollar distintas acciones a favor de la protección del estero. Este movimiento impidió la implementación del proyecto y a partir de ahí se generó una especie de competencia entre intereses económicos, socio-ambientales y políticos, presentándose diferentes propuestas, se lee.
Finalmente, el 27 de julio del 2000 el estero fue declarado ANP bajo la categoría de Zona de Conservación Ecológica por el Estado con 168.96 ha. El artículo 7 del decreto establece como “instancia responsable” de su administración al Gobierno del Puerto