El estado de Michoacán apunta a convertirse en un lastre para la Federación, o por lo menos, en un estado incómodo.
El gobierno de esta entidad se encuentra en quiebra financiera, no hay visos de solución a la deuda pública estatal, los grupos armados de autodefensas siguen avanzando y no hay respaldo a las políticas públicas planteadas por el Gobierno Federal.
El gobernador priísta Fausto Vallejo lo niega, pero el estado de Michoacán está cada vez más alejado de la política pública del presidente Enrique Peña Nieto, al menos así quedó demostrado al no votarse en el congreso local la reforma energética.
El Ejecutivo estatal ni siquiera hizo intentos por respaldar la postura de la Federación, tal como se hizo en otras entidades.
La parálisis financiera del gobierno estatal se evidencia a todas luces, el propio gobernador ha reconocido la incapacidad del Ejecutivo local para pagar los aguinaldos a toda la base trabajadora de las dependencias estatales, principalmente a los trabajadores de la educación, lo que podría generar movilizaciones en los próximos días, ante la inconformidad de ese sector.
El origen de los problemas financieros en Michoacán se deriva de la deuda pública estatal, la que ronda por encima de los 32 mil millones de pesos, los cuales no se han podido renegociar con las instituciones de crédito.
Del total de la deuda, 16 mil 316 millones de pesos se deben a bancos, en tanto que los otros 15 mil 754 millones de pesos son los adeudos que se tienen con proveedores y acreedores diversos.
Como si los problemas fueran pocos, en el renglón de estado fallido en el que se encuentra Michoacán, la crisis que genera la presencia de los grupos armados va en escalada. Las llamadas autodefensas siguen posicionándose en diversos municipios. Ya son 60 localidades rurales las que tienen bajo su control, sin que nada pueda hacer el gobierno estatal.
Lo datos más recientes indican que los grupos de autodefensa que dirige Juan Manuel Mireles siguen avanzando y ya tienen bajo su control la seguridad pública de al menos el 12 por ciento del territorio estatal, mayormente concentrado en la zona de Tierra Caliente. Cuando el Gobierno Federal advirtió que no se toleraría la presencia de más grupos de autodefensa, apenas mantenían el control del 7 por ciento del territorio michoacano.
Autodefensas están sin control
El grupo de autodefensas que dirige Juan Manuel Mireles sigue avanzando en la zona sur de Michoacán. La noche de ayer, más de 200 personas armadas tomó el municipio de La Huacana, en donde ahora se encuentran con pleno control de la localidad.
El alcalde de la Huacana, Alfonso Méndez Chávez, confirmó al secretario de Gobierno de Michoacán, Jesús Reyna García, el ingreso del grupo de civiles armados.
“Se encuentran apostados en las entradas al municipio. Controlan caminos y carreteras que llevan a la localidad, y mantienen estrecha vigilancia en la zona urbana”, dijo el edil.
El ingreso de las autodefensas se llevó a cabo en una relativa calma. No hubo disparos, solo movimientos intensos de los grupos que arribaron.
La “declaratoria de liberación” de ese municipio fue hecha por Mireles, quien encabezó un mitin en la plaza principal, en donde hizo una invitación pública para que los vecinos de ese lugar se sumaran a las labores de auto seguridad en el municipio.
Otro contingente de aproximadamente 300 personas hizo lo propio en el municipio de Múgica -también conocido como Nueva Italia-, posicionándose en esa localidad para sumir el control de la seguridad pública.
Ha trascendido, sin que la autoridad estatal aun lo confirme, que en el municipio de Múgica el grupo de autodefensas que arribó fue enfrentado por elementos del Ejército, quienes hicieron la detención de al menos 30 personas, a las que se les traslado a la ciudad de México por tener orden de presentación. El contingente de civiles armados permanece en esa localidad, haciendo vigilancia conjunta con elementos del Ejército.
En esta misma semana también se pudo conocer que al menos cuatro localidades rurales del municipio de Churumuco, en la zona sur del estado, también quedaron bajo el control de las autodefensas.
La deuda que ahoga
Aun cuando el gobierno estatal ha solicitado formalmente el apoyo a la Federación para que se auxilie en el pronto pago de la deuda pública, la petición sigue sin causar eco. La causa principal del desentendimiento, atribuyen analistas, es la falta de empatía entre el gobernador Fausto Vallejo y el propio presidente Enrique Peña Nieto.
El regreso de Fausto Vallejo al frente del gobierno estatal- luego de la convalecencia ocasionada por un mal hepático- se hizo sin contar con el aval del presidente de la República, lo que ha generado una suerte de distanciamiento entre Michoacán y la Federación.
La pesada carga del débito de más de 32 mil millones de pesos que afronta el gobierno de Michoacán, mantiene en parálisis financiera al Ejecutivo local, que no puede ejecutar obras ni inversión en infraestructura, más allá de lo que le permiten los recursos de participación federal que llegan etiquetados.
Al inicio de su gestión, Vallejo aplicó un decreto de austeridad para el saneamiento de las finanzas estatales, tendiente a solucionar la deuda pública, pero dicho proyecto no fue respetado, y pronto fue cuestionado por el Gobierno Federal.
Sobre todo porque se hicieron gastos innecesarios, como un viaje al Vaticano que realizó el gobernador con todo su séquito, en el primer año de gobierno o el pago del concierto de Juan Gabriel que autorizó el entonces gobernador interino, Jesús Reyna García, y las donaciones millonarias que se han hecho al Teletón.
El gobernador Fausto Vallejo cuenta con el aval del congreso local para renegociar la deuda. Al menos así lo explica el decreto legislativo nú mero 22 publicado en el Periódico Oficial del estado el 26 de octubre de 2012, pero se desconoce la causa por la cual, a la fecha, no se han llevado a cabo la renegociación de pasivos para proyectar los pagos de la deuda a largo plazo. Una versión indica que no hay banco comercial que quiera hacer negocios con el gobierno estatal de Michoacán.
Sin aguinaldos
La falta de recursos, a causa de la deuda pública que no se ha renegociado, es la que ha hecho que el gobernador Fausto Vallejo salga a decir públicamente que no hay fondos suficientes para pagar los aguinaldos y otros compromisos económicos para los trabajadores de diversas dependencias estatales, principalmente del sector educativo.
Para cumplir los compromisos de los burócratas michoacanos, el estado requiere de por lo menos 3 mil 500 millones de pesos, pero el gobernador ha reconocido que en cuentas solamente se tiene la cantidad de 750 millones de pesos, lo que resulta insuficiente para afrontar el compromiso patronal.
La encargada de las finanzas estatales, Marcela Figueroa, no ha dado la cara a los líderes sindicales que ya han amenazado con paralizar todo el aparato de gobierno a partir del primer día de enero próximo, si no se paga a tiempo y en forma todos los bonos de fin de año de los trabajadores al servicio del gobierno estatal.
De acuerdo a las dirigencias sindicales de los diversos grupos de trabajadores de Michoacán que están en riesgo de no recibir el aguinaldo completo, la suma requerida para afrontar ese compromiso es de más de 4 mil millones de pesos.
Vallejo Figueroa, contrario a la política de dignidad que reclamó para los michoacanos en su campaña, ha dicho en conferencia de prensa que él prefiere no pagar aguinaldos a los trabajadores de su administración, antes que verse envuelto en un problema de desvío de recursos federales. También ha descartado solicitar un crédito para pagar lo aguinaldos de los trabajadores.