El lugar donde la virgen manda
El 6 de julio del 2012, habitantes de la comunidad religiosa La Nueva Jerusalén, en Michoacán, demolieron y quemaron una escuela primaria en la localidad, donde iban más de 250 niños.
La razón de sus acciones es para ellos irrefutable: la Virgen del Rosario le ordenó a la vidente Mamá Catalina que se destruyeran ese “centro de perversión para la humanidad”.
Un centenar de fanáticos religiosos atendieron el llamado divino y derribaron las aulas. A la fecha no hay un solo detenido por ese hecho.
J. Jesús Lemus
El 6 de julio del 2012, habitantes de la comunidad religiosa La Nueva Jerusalén, en Michoacán, demolieron y quemaron una escuela primaria en la localidad, donde iban más de 250 niños.
La razón de sus acciones es para ellos irrefutable: la Virgen del Rosario le ordenó a la vidente Mamá Catalina que se destruyeran ese “centro de perversión para la humanidad”.
Un centenar de fanáticos religiosos atendieron el llamado divino y derribaron las aulas. A la fecha no hay un solo detenido por ese hecho.
La Nueva Jerusalén, un reducto de Michoacán, es un lugar en donde la ley se negocia.
Ese viernes de hace dos años, la voz de la Virgen no solo reclamó la destrucción de la escuela, también pidió la sangre de los “justos”, aseguran algunos disidentes de la iglesia de Papá Nabor.
“La Virgen quiere sangre para lavar el pecado mortal en el que están viviendo aquellos que no creen en los designios divinos.
“La Nueva Jerusalén será el único lugar del mundo que quedará intacto cuando llegue el fin de los tiempos”, asegura la tradición.
Rosa Gómez, quien se hace llamar Mamá Catalina -hija del también vidente Agapito Gómez- aseguró que la Virgen le dijo que en esa escuela se ocultaba el diablo, que era necesario poner a buen recaudo las almas de los niños. Que era necesaria la destrucción del lugar.
Sin tardanza, el mensaje de la Virgen del Rosario fue transmitido al obispo de La Nueva Jerusalén, el padre Antonio Lara Barajas, quien se hace llamar San Martín de Tours desde que heredó la dirigencia de la iglesia fundamentalista que fundó el sacerdote excomulgado Nabor Cárdenas, mejor conocido como Papá Nabor.
Tras escuchar los designios de la Virgen, con la plena convicción de que en la escuela del lugar estaba escondido el diablo a la espera de robarse las almas de los niños, San Martín organizó a los hombres de esa localidad.
Los concentró y arengó en la Plaza Principal a media noche.
La madrugada del 6 de julio del 2012, el estruendoso besar de los marros sobre los techos y paredes despertaron a toda la población.
La destrucción de la escuela crispó aún más los ánimos confrontados entre los religiosos fundamentalistas y los creyentes moderados.
Los primeros arguyen razones divinas para no tener escuela en la comunidad, mientras que los segundos reclaman el derecho de educación para sus hijos. Las posturas han llevado a trifulcas, golpes o amenazas de muerte, sin que haya autoridad civil que intervenga.
La Nueva Jerusalén es la única teocracia que existe en México.
Allí no hay autoridad civil que valga frente a los designios de mando de la autoridad religiosa. Los grupos son gobernados por sacerdotes. A los fundamentalistas los lidera el obispo San Martín, a los creyentes moderados los lidera el padre Miguel Chávez Barajas, que se ha autonombrado como el obispo Santiago el Mayor.
Los dos grupos que se disputan el control de la ciudad santa –porque, de acuerdo a Papá Nabor, esta será el último reducto de salvación de los hombres para cuando llegue el día del juicio final– viven confrontados a muerte desde que se destruyó la escuela.
Los fundamentalistas piden todos los días a Dios y a la Virgen del Rosario para que desaparezcan de la faz de la tierra los seguidores de Santiago el Mayor. Los moderados, por su parte, piden la intervención del gobierno estatal para que se haga justicia.
A ninguno de los dos los escucha ni Dios ni el gobernador.
Una virgen con partido político
Cuando la escuela fue quemada, Fausto Vallejo era gobernador y se enteró por las noticias de lo que pasaba en la comunidad de la Nueva Jerusalén.
Fue una nota más en la síntesis informativa que su coordinador de comunicación social, Julio Hernández Granados, le entregó. Vallejo no reaccionó hasta tres meses después.
A mediados de septiembre del 2012, el gobernador instruyó a su secretario de Gobierno, Jesús Reyna, para que diera inicio a las investigaciones de la destrucción de la escuela en la Nueva Jerusalén. Se buscó con todo cuidado no dañar la buena relación que desde hacía más de 30 años mantenía Vallejo con esa comunidad de religiosos.
El gobierno estatal priista no quiso investigar a fondo porque el Padre Nabor Cárdenas y luego el obispo San Martin de Tours siempre fueron sus aliados.
Nabor Cárdenas -hasta su muerte en el 2008- nunca dejó que en esa comunidad uno solo de sus habitantes votara por un partido que no fuera el PRI. San Martín de Tours sigue con la añeja tradición.
El mismo Reyna cuando fue diputado por el distrito de Tacámbaro, pudo llegar a la curul en el Congreso Federal con los votos que le aportaron las urnas establecidas en la comunidad de la Nueva Jerusalén.
El Padre Nabor lo dijo en vida en un día de elecciones: No hay nada que le agrade más a la Virgen que ver un voto del PRI en las urnas.
Ese apoyo incondicional a los priistas fue retribuido por el propio Vallejo cuando fue por primera vez alcalde de Morelia, ahí, le regaló al Padre Nabor una campana para su iglesia naciente.
Antes, en 1989, el Comité Estatal del PRI en Michoacán -tras las elecciones de donde resultó presidente de la república Carlos Salinas de Gortari- le regaló a la comunidad de la Nueva Jerusalén un camión para que sirviera de Papa Móvil al padre Nabor Cárdenas Mejorada.
Ni detenidos ni escuela
Las investigaciones para dar con los responsables de la destrucción de la escuela de la Nueva Jerusalén nunca se llevaron a cabo.
Jesús Reyna buscó darle otra solución al conflicto: decidió la construcción de una escuela de láminas de metal en un lugar alejado del caserío principal. La escuela nunca funcionó.
Los padres de familia afectados porque sus niños no tenían escuela ni clases, aportaron a la Procuraduría de Justicia del Estado de Michoacán (PJEM) todos los elementos probatorios del delito y de las personas que participaron en él.
Sin embargo, el Ministerio Público dijo no tener elementos suficientes para ejercer acción penal en contra de los que eran señalados como responsables por los afectados.
Por presión de los padres de familia, tras cuatro meses de reclamar la detención de los responsables, el gobierno estatal emitió 30 órdenes de aprehensión en contra de vecinos de ese lugar, cuya responsabilidad en el ilícito estaba acreditada en video y fotografía. Ninguna de esas órdenes judiciales se cumplimentó.
Jesús Reyna, quien sería luego gobernador interino de Michoacán- pactó con el obispo San Martín de Tours para que se entregara un solo hombre como responsable del ilícito a fin de no cumplimentar todas las demás ordenes de aprehensión.
El que se entregó fue el que era el encargado del orden, Cruz Cárdenas Salgado, quien el 18 de octubre de ese año se responsabilizó de haber encabezado a la gente que destruyó la escuela.
Cruz Cárdenas fue recluido en la cárcel estatal de Mil Cumbres, en la ciudad de Morelia, en donde estuvo preso por 8 meses y 12 días.
Por gestión del gobernador interino, un juez local le concedió la libertad al inculpado al considerar que el delito del que se le acusaba no era grave.
Se le fijó una fianza de casi 3 millones de pesos, misma que fue pagada por el propio gobierno estatal, a petición del obispo San Martín de Tours.
El juez que decretó la libertad del único inculpado por la destrucción de la escuela primaria determinó que Cruz Cárdenas debería de reparar el daño.
Le ordenó que gestionara en la comunidad la construcción de un parque comunal en el lugar en donde había estado la escuela primaria.
Al obispo San Martin de Tours le pareció que era mejor cercar el terreno y dejarlo como propiedad de la iglesia que encabeza. Nadie le dijo nada.
La Virgen les habla
La destrucción de la escuela en la Nueva Jerusalén no ha sido la única petición manifiesta por Virgen del Rosario.
Son constantes las charlas entre ella y Mamá Catalina.
Cuando la vidente entra en estado de trance, la Virgen le habla y le dicta instrucciones para normar la vida de esa comunidad religiosa.
Lo mismo le advierte de los peligros que acechan sobre toda la humanidad, que cuáles personas dentro de la Nueva Jerusalén no están cumpliendo con la norma de santidad impuesta por el obispo San Martín de Tours.
Es obligación de la vidente Catalina evitar que se pierda el mundo en las tentaciones del diablo. Por eso informa y exige que se cumpla lo que la Virgen le dice.
El encargado de dictar las órdenes para atender las advertencias de la Virgen es el obispo San Martín de Tours.
Los mandatos divinos de la Nueva Jerusalén
La primera vez que se escuchó la voz de la Virgen en esta localidad de Michoacán fue en el mes de junio de 1973.
Cuentan que la Virgen del Rosario se le apareció a una campesina de nombre Gabina Sánchez viuda de Romero. Tras la aparición, ella convenció al padre Nabor Cárdenas para que allí fundara la ciudad santa de La Nueva Jerusalén. Era una petición directa de la Virgen. A petición también de la Virgen, Gabina Sánchez se cambió el nombre a Salomé.
Mamá Salomé fue la primera vidente de la Nueva Jerusalén.
Ella transmitía las instrucciones de la Virgen a Papá Nabor. Así se mantuvo la hegemonía en la ciudad santa que se fundó en el municipio de Puruarán, a 30 kilómetros de Tacámbaro, en una de las diócesis católicas más importantes de México.
Mamá Salomé murió en 1981.
Entonces, la vidente María de Jesús heredó la posición de agraciada dentro de la ciudad santa. Ella se distanció de Papá Nabor y terminó siendo expulsada de la Nueva Jerusalén por su dispendio sexual.
Un grupo de religiosos dejó de creer que la Virgen hablaba con María de Jesús y reconocieron como única vidente a María Margarita.
Los creyentes en Mamá María Margarita se separaron del grupo de Papá Nabor y siguieron al obispo Santiago el Mayor.
Ellos son los que reclaman educación laica para sus hijos.
Sin vidente oficial, el grupo de Papá Nabor reconoció que esa gracia la tenía también Agapito Gómez, el que fue reconocido como vidente.
Agapito Gómez fue encarcelado por la violación de dos niñas de esa comunidad, y tras su muerte, su hija, Rosa Gómez fue elegida por la Virgen como nueva vidente.
Cambió su nombre a Mamá Catalina, también por decisión de la Virgen.