Un audio en el que Marko Cortés da por perdidas cinco de seis gubernaturas a disputarse en 2022, tres de las cuales se encuentran hoy bajo control de Acción Nacional (PAN), abrió la puerta a un fuerte choque entre algunas de las principales figuras del partido que se posicionó como la cabeza de la alianza opositora Va Por México.
El “no hay más” del líder panista fue calificado de “entreguista” por Francisco Domínguez, exgobernador de Querétaro que aspiró a dirigir el partido hasta que se retiró denunciando falta de condiciones democráticas.
Martín Orozco, mandatario de Aguascalientes, tampoco se quedó callado, llamando “derrotista”, entre otros descalificativos, a Cortés, además de revelar que también le confió en privado que ve perdida la elección presidencial de 2024.
Cortés Mendoza reviró en su cuenta de Twitter acusando a Orozco de mentiroso y minimizando sus aportes a la causa del partido, pese a que el estado que él gobierna es el único que aspira a mantener en 2022 según su propio diagnóstico.
Por su parte, Damián Zepeda, senador y exdirigente nacional del PAN, se limitó a mofarse que habría que retirarle el celular a Marko.
Ricardo Tapia Basurto, académico de la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales de la UNAM, señala a Reporte Índigo que esta filtración debe entenderse como “un proceso de grilla interna en Acción Nacional, donde hay un intento de ciertos grupos para retirar a Marko Cortés de la dirigencia porque no han percibido un buen liderazgo”.
Esto pues, explica que los resultados positivos que logró cosechar el PAN el pasado 6 de junio no se atribuyen directamente a la dirigencia nacional de Cortés, sino a los gobernadores y a los operadores electorales en los estados de la República. Poniendo como ejemplo el caso de la Ciudad de México, donde se ha reconocido a Mauricio Tabe, exdirigente local y ahora alcalde de Miguel Hidalgo, como el artífice del avance panista.
