El tsunami de aguas negras en Estero El Salado

El área natural protegida del Estero El Salado, en Puerto Vallarta, recibió el 40 por ciento de todas las aguas negras que se liberaron en marzo pasado por la ruptura de un colector: más de 120 mil metros cúbicos de residuos
Luis Herrera Luis Herrera Publicado el
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Las aguas negras de la ciudad de Puerto Vallarta que fueron descargadas en el área natural protegida del Estero El Salado, en marzo pasado tras el colapso de un colector, permanecieron en ese ecosistema durante dos semanas completas, revela el diagnóstico final de los daños que ocasionó esa contingencia ambiental.

El documento titulado “Evaluación ambiental y caracterización de posible afectación del Área Natural Protegida, Zona de Conservación Ecológica Estero El Salado, en la localidad de Puerto Vallarta, por contingencia ambiental derivada de la ruptura del Colector Centro Norte”, señala que las aguas residuales se mantuvieron corriendo durante 70 horas hacia el área natural protegida.

El saldo final de los daños ambientales devela que el humedal vallartense, pese a su categoría de protección, terminó por recibir el 39.73 por ciento de todas las aguas negras que se liberaron en aquel episodio, esto es, 120 mil 852 metros cúbicos (m3) de 304 mil 210 m3 totales.

El Colector Centro Norte cuyo mantenimiento era responsabilidad del Sistema de los Servicios de Agua Potable, Drenaje y Alcantarillado de Puerto Vallarta (SEAPAL), se fracturó exactamente a las 02:00 horas del lunes 4 de marzo

Sin embargo, las aguas contaminantes que vertió no dejaron de alcanzar al estero sino hasta el miércoles siguiente.

El estudio detalla cómo se fue recuperando el propio ecosistema de manera natural, a través de sus mecanismos de resiliencia y gracias a su salida hacia el mar del puerto, pese a las afectaciones que hubo.

“Los contaminantes estuvieron presentes en la columna de agua (del Estero) por un periodo máximo de 15 días. La marea viva de la fase de luna nueva favoreció para diluir y depurar contaminantes aportados, a su vez la marea muerta de la fase de luna creciente no ayudó mucho al intercambio de aguas interiores, pero al llegar la segunda marea viva de luna llena para el 21 de marzo, el estero regresó a parámetros habituales”, dice.

De esta forma, “la afectación por el vertimiento por un lapso de 70 horas, tuvo una duración dentro de las aguas del estero de 15 días aproximadamente”.

Contaminantes liberados a Estero El Salado

El documentado elaborado por la firma Corporativo Ambiental brinda además un panorama sobre el tipo de contaminantes que alcanzaron al Estero.

“Las aguas negras vertidas se componían en su mayoría de materia orgánica que establecían altos valores de DQO (Demanda Química de Oxígeno) y DBO (Demanda Bioquímica de Oxígeno), incluyendo además la presencia de grasas y aceites, detergentes y niveles altos de enterococos y coliformes fecales”, señala.

El estudio hace un descubrimiento relevante, pues señala que si bien los elementos contaminantes descendieron a sus niveles habituales a los 15 días del impacto, continúan por arriba de los parámetros recomendables para el humedal.

“Quedaron por encima de los límites máximos permisibles (LMP) para vertimiento en cuerpos receptores tipo B (Aguas Costeras, Estuarios y Humedales Naturales) para los parámetros: DQO, Enterococos y Coliformes”, dice.

La consultora consideró incluso los análisis históricos existentes de las aguas del estero desde el 2013, pero llegó a la misma conclusión.

Se aprecia que las aguas del estero mantienen los parámetros de DQO y Coliformes sobre los niveles que establecen las Leyes mexicanas. Esto es indicativo que los niveles de contaminantes entran por las escorrentías de la nano cuenca del estero o por aguas contaminadas de la dársena portuaria
Evaluación ambiental y caracterización de posible afectación del Área Natural Protegida, Zona de Conservación Ecológica Estero El Salado

La valoración final de los daños reporta también que casi un tercio del Estero resultó impactado, considerando su área total de 168.96 hectáreas.

“Con base en los estudios de flora y fauna, este evento, fue de una afectación directa y puntual a la vegetación de manglar al interior del Área Natural Protegida Estero El Salado, con afectación en un 29.97% del total de la ANP”, revela.

La nota positiva es que no se identificó que el humedal haya sido contaminado por metales pesados, de acuerdo con un análisis de laboratorio del 14 de marzo, el cual “establece que no existe la presencia de estos (metales pesados) en las aguas del estero de El Salado a 10 días posteriores al vertimiento”.

Harakiri ambiental

El Estero El Salado fue utilizado prácticamente como una fosa séptica por el organismo SEAPAL de Vallarta, violando su decreto de protección sin que haya sanciones al respecto, pero en realidad es un aliado ambiental estratégico para esa ciudad en la contención del cambio climático.

“El estero El Salado funciona como un sumidero de carbono, al captar los gases que se generan en la ciudad de Puerto Vallarta y convertirlos en masa maderable, la cual se encuentra en protección, además de proporcionarle una humedad y una temperatura agradable a los habitantes colindantes al mismo, al ayudar en la disminución de la temperatura, generando un microclima dentro de la ciudad”.

Este servicio ambiental se explica en que “las raíces de la vegetación, los sedimentos y los suelos de los humedales bloquean los contaminantes depurando eficazmente el recurso hídrico. Igualmente, la retención de nutrientes en los tallos y raíces de la vegetación impiden que estos alcancen niveles tóxicos y se filtren a aguas subterráneas”.

El Estero es además un depurador natural de aguas y un alimentador de los acuíferos de la región.

“(La) gran cantidad de humedales existentes tienen una estrecha relación con el nivel freático, las aguas subterráneas y los acuíferos.

“Los humedales permiten la filtración de agua en caso de que el nivel freático se encuentre bajo y liberan agua hacia la superficie cuando los acuíferos se encuentran sobresaturados”, señala el documento.

Por todo ello, y porque aloja a 224 especies de flora y 584 de fauna, el estero es “el ecosistema más importante dentro de la ciudad de Puerto Vallarta”.

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