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La inquietud por revivir el debate sobre la segunda vuelta electoral, el tema tabú desde hace una década en México, comienza a tomar fuerza de cara al 2018.
La semana pasada, la Mesa Directiva del Senado pidió desempolvar una iniciativa ciudadana sobre el tema presentada hace dos años en la Cámara alta.
El trámite podría servir para elevar nuevamente el tema al debate legislativo, que ya cuenta con el apoyo del PAN.
Sea por evitar una crisis política como la que se vivió en el 2006, o por un interés meramente electoral, los expertos consideran que resucitar el tema de la segunda vuelta tan cerca de la sucesión presidencial es riesgoso, lo que puede complicar su negociación.
Reconocen que aunque pareciera que las condiciones no están dadas para la aprobación de una figura que cambiaría radicalmente la democracia en México, un cambio de rumbo de último minuto, impulsado desde el PRI, podría modificar el escenario.
El PAN ha fijado abiertamente el tema como una de sus prioridades para este periodo de sesiones; ese partido ha impulsado la segunda vuelta desde el 2009, cuando el entonces presidente Felipe Calderón envió una iniciativa para introducir esa figura.
En la reforma político electoral del 2014, la segunda vuelta fue sacada del debate por presión del tricolor.
Históricamente el PRI se ha opuesto siquiera a la discusión del tema. No les gusta hablar de él, prefieren compartir sus puntos de vista de forma callada; nadie quiere comprometerse con una postura pública.
La última vez que alguien del PRI habló sobre el tema de la segunda vuelta fue en noviembre del 2015, cuando su todavía líder nacional, Manlio Fabio Beltrones, fue cuestionado sobre si la apoyaría o no. La respuesta fue que ya existían mecanismos que permitían conformar acuerdos de gobernabilidad.
Sin embargo, algunos priistas reconocen que la segunda vuelta está siendo considerada como una posibilidad para la elección del 2018. Lo único que esperan, comentan, es la luz verde desde Los Pinos, donde se evalúan escenarios para la sucesión.
Uno de esos escenarios es que el PRI pueda irse hasta el tercer lugar electoral y la división de votos entre el tricolor y el PAN pueda favorecer a Andrés Manuel López Obrador y su Morena.
Una encuesta publicada este mes por la consultora Buendia&Laredo revela que el PRI se encuentra hoy en el segundo lugar de las preferencias electorales (con 21 por ciento), pero es el partido que concentra el mayor rechazo (39 por ciento). El primer lugar lo tiene el PAN (con apenas 24 por ciento); Morena está en tercero (con 16 por ciento).
Si hubiera segunda vuelta, el PAN sería el único capaz de vencer a Morena; si la final fuera entre el PRI y Morena, Andrés Manuel López Obrador sería el sucesor del presidente Enrique Peña Nieto.
Aunque el tiempo se estrecha, el Congreso aún tiene este y el próximo periodo para discutir un cambio de esa magnitud en la legislación electoral.
El Instituto Nacional Electoral (INE) ha fijado como fecha límite el próximo mes de mayo del 2017 para hacer cambios en la legislación electoral que se aplicará en el 2018.
PRI y PAN, ¿con la segunda vuelta?
El PAN es el único partido que ha anunciado que una de sus prioridades será legislar sobre la segunda vuelta electoral en este periodo ordinario de sesiones.
En noviembre del 2015, varios senadores de ese partido presentaron una iniciativa para establecer en la Constitución de que, para ser electo presidente de la República, es necesario obtener la mayoría calificada de los votos, es decir, la mitad más uno de todos los sufragios emitidos.
De no obtenerse tal porcentaje, se realizaría una segunda votación en la que solo participarían los dos candidatos con más votos.
La primera votación, sugiere la propuesta, se realizaría el primer domingo de julio; la siguiente, el segundo domingo de agosto.
Javier Lozano, senador por el PAN, ha dicho que su bancada prevé que pueda oponerse a la segunda vuelta
“Creemos que el PRI se opondrá a la segunda vuelta electoral, el PRI sabe que si hay una figura de esta naturaleza muy difícilmente ganaría en las elecciones.
“Entonces ellos apuestan, incluso no solamente para que no haya segunda vuelta, ellos apuestan a que haya abstencionismo para que entonces a mayor margen en ese abstencionismo ellos tengan una mayor capacidad y de operación política clientelar a la que están acostumbrados”, afirmó
Lozano cuando el PAN definió su agenda legislativa para este periodo de sesiones.
Sin embargo, dentro del PRI ha comenzado a crecer la idea del posible beneficio de impulsar la figura de la segunda vuelta.
Además de las circunstancias políticas y sociales del país, algunos priistas consultados refirieron que el tema ha cobrado relevancia en algunos debates internos, pero sin aspavientos, para no comprometer la postura del partido. Eso sí, siempre pensando en el 2018.
En algunos diputados, por ejemplo, caló hondo la reflexión que les hiciera José Woldenberg, expresidente del extinto Instituto Federal Electoral (IFE) en su más reciente reunión plenaria, en agosto pasado, cuando los instó a revisar el tema.
En el antiguo sistema de partido hegemónico, refirió Woldenberg, la segunda vuelta era un mecanismo ocioso; sin embargo, con el nacimiento de más partidos, como Morena, o el crecimiento local de algunos, como Movimiento Ciudadano en Jalisco o el PVEM en Chiapas, los votos se pulverizan y quienes son electos llegan con pocos votos al poder.
“¿Qué es lo que justifica, desde mi punto de vista, la posibilidad de una segunda vuelta? Que quien llegue a la Presidencia de la República no llegue con más rechazos que apoyos, y eso es lo que sí resuelve la segunda vuelta.
“La segunda vuelta no es una varita mágica, no lo resuelve todo. Pero sí es una fórmula para evitar que nadie llegue al Poder Ejecutivo, o sea, al nacional o en los estados, con más rechazo que apoyo”, les dijo Woldenberg a los congresistas del tricolor.
Sin embargo, para los expertos, quizá no sea ese el motivo por el que el PRI pudiera impulsar la segunda vuelta.
Revivir el debate
En septiembre del 2014, un grupo de ciudadanos encabezados por Héctor Melesio Cuén, presidente del Partido Sinaloense, entregaron al Senado una iniciativa para legislar sobre la segunda vuelta electoral y la revocación de mandato.
Fue la primer iniciativa ciudadana que se recibió en el Congreso de la Unión desde la reforma político electoral de ese año y contó con el apoyo de más de 166 mil firmas validadas por el INE.
La iniciativa contempla que cuando ninguno de los candidatos a un puesto de elección popular –sea presidente de la República, gobernadores, jefe de gobierno de la capital, senadores, diputados federales y locales, alcaldes, síndicos, delegados o asambleístas- obtenga la mayoría absoluta en la votación, se aplicará la segunda vuelta electoral.
La autoridad electoral pronunciará la declaratoria de la elección y la fecha en que se realizará la segunda votación, para la que convocará sólo a los dos candidatos que hayan tenido los porcentajes más altos. La fecha no podrá ser mayor a los 10 días de la declaratoria.
Si el candidato que haya obtenido el segundo lugar declina, en automático el primer lugar ganará la elección.
Sin embargo, la propuesta incluye supuestos en los que no sería necesario realizar una segunda vuelta.
Por ejemplo, cuando en una elección haya votado el 50 por ciento o más de los electores inscritos; cuando el candidato con el primer lugar haya obtenido el 40 por ciento de los votos y hubiera una diferencia de 5 por ciento o más respecto al segundo lugar.
Tampoco aplicaría si los candidatos a presidente de la República, senador o diputado federal, hubieran obtenido el 40 por ciento, pero la diferencia con el segundo lugar fuera de 10 por ciento.
En el mismo paquete, la iniciativa contempla el procedimiento de revocación de mandato.
Desde que llegó al Senado, en noviembre del 2014, nunca se le dio entrada al estudio de esta iniciativa, pero tampoco se le desechó.
Ahora, un trámite podría traer el debate de vuelta.
El 14 de septiembre pasado, el senador independiente Manuel Cárdenas Fonseca envió una carta a la Mesa Directiva del Senado para pedir que se diera trámite a la iniciativa.
“Con esta omisión se está conculcando de hecho un derecho consagrado en la Constitución y la primera iniciativa ciudadana del país, a partir de la reforma política promulgada y publicada en el
Diario Oficial de la Federación el 10 de febrero del 2014, sin razón alguna, no ha sido dictaminada”, expone la misiva.
Manuel Cárdenas es senador independiente, suplente de la fallecida congresista Mónica Arriola Gordillo.
En junio pasado, Manuel Cárdenas fue quien introdujo una reserva para aplicar la Ley 3de3 también a los empresarios, medida que apoyaron diferentes fuerzas políticas pero que luego fue vetada por el
Ejecutivo y modificada por el propio Congreso.
Seis días después de que Cárdenas enviara la carta, Pablo Escudero, presidente del Senado, hizo una excitativa a las comisiones de Puntos Constitucionales, Gobernación y Estudios Legislativos
Segunda para que den trámite a la propuesta.
Ahora, según el Reglamento de la Cámara alta, las comisiones tendrán 30 días hábiles para estudiar la propuesta.
El camino de la propuesta es incierto. Puede ignorarse la excitativa –lo que iría contra el propio Reglamento-; dictaminarse de forma negativa; o ser aprovechada por las fuerzas políticas para impulsar el tema.
Héctor Melesio Cuén, promotor de la iniciativa, afirmó que las circunstancias que se viven actualmente en el país, con la aprobación tan baja hacia la administración presidencial y el crecimiento de dos fuerzas de oposición –el PAN y Morena-, puede ser retomado por el PRI para buscar ventaja electoral.
“El PRI y el PAN son capaces de unirse en aras de quedar en el poder, y la segunda vuelta electoral puede ser un camino a seguir, porque en una primera vuelta en donde gana López Obrador, difícilmente lo haría con el 50 por ciento de los votos, por la lucha que hay entre tres fuerzas muy poderosas”, comentó Cuén.
Los escenarios hacia el 2018
Una encuesta de la consultora Buendia&Laredo, publicada en su sitio web este mes de septiembre, señala que si hoy fueran las elecciones presidenciales, el PAN las ganaría con el 24 por ciento de los votos.
En segundo lugar se ubicaría el PRI, con 21 por ciento; y en tercero, Morena, con 16 por ciento.
Sin embargo, un 17 por ciento de los ciudadanos no sabe por quién votará. Ese porcentaje puede darle la victoria a cualquiera y, de un momento a otro, darle la vuelta a la elección, para la que todavía faltan 20 meses.
Por ello, las fuerzas políticas afines ya estudian alternativas que permitan asegurar el triunfo en el 2018.
Buendia&Laredo realizó tres escenarios si hubiera una segunda vuelta electoral.
Por ejemplo, si el PAN y el PRI fueran los dos finalistas, el PAN ganaría con un 53 por ciento de los
votos y el PRI perdería con 29 por ciento.
En ese caso, el voto del PRD y de Morena se iría mayoritariamente con el PAN (5.3 y 9.3 por ciento, respectivamente).
En un segundo escenario, si los finalistas fueran el PRI y Morena, éste ganaría con 51 por ciento de los votos contra un 34 del tricolor.
Los votos del PAN, en ese caso, se irían mayoritariamente a Morena (12.2 por ciento), igual que los del PRD (6.7 por ciento).
Pero si la segunda vuelta fuera entre el PAN y Morena, sería el blanquiazul el ganador de la elección con 49 por ciento de los votos contra un 37 por ciento de Morena.
Los votos de los priistas, en ese contexto, se irían con el PAN en razón de dos a uno (10.7 por ciento con Morena contra solo 5 por ciento para el PRI).
¿Es tiempo de aprobarlo?
Los argumentos para impulsar la segunda vuelta van desde que daría más legitimidad al ganador de las elecciones, al llegar respaldado por una mayoría de votos, hasta que ayudaría a prevenir conflictos postelectorales en el país.
Los expertos consideran, sin embargo, que las condiciones políticas actuales no son el mejor momento para discutir el tema en el Congreso.
Luis Carlos Ugalde, director de la consultora Integralia y exconsejero presidente del IFE, se dijo a favor de instituir la segunda vuelta electoral porque permitiría una mayor reflexión del voto en los ciudadanos, al decidir entre dos candidatos lo que se quiere y lo que no para el país.
Si se hace ahora, sostuvo, desde ya se activaría un conflicto preelectoral en el que Andrés Manuel
López Obrador descalificaría la medida.
“Si en este momento se legislara la segunda vuelta, el primero que saldría a acusar que se trata de una trampa de la mafia del poder sería López Obrador. Saldría a decir que la mafia del poder ya se puso de acuerdo y que lo hacen para hacerle montón. Entonces la descalificación de la elección se anticiparía dos años.
“Imaginando que ocurre, y pasa que López Obrador queda en la primera vuelta en un primer lugar y en una segunda vuelta se va al segundo, entonces va a decir que esa es la muestra de que la mafia del poder está en su contra”, afirmó.
En un entorno como el mexicano, consideró Ugalde, es claro que en este momento la segunda vuelta no va a ayudar a generar certeza y legitimidad sino traerá la descalificación por anticipado.
El experto señaló que las condiciones actuales pueden modificar la visión del PRI, y daría un impulso a la figura.
“El PRI tradicionalmente ha estado en contra por razones obvias. (…) tienen razón en pensar que en 2018 pueden ellos perder la Presidencia por esa segunda vuelta.
“Pero en este momento donde ya muchos consideran que el PRI quedara en tercer lugar (en 2018), quizá la lógica de los priistas empezó a cambiar”, recalcó.
Para Ugalde, un buen momento para la discusión de la segunda vuelta electoral podría encontrarse en el 2019, una vez que haya pasado el conflicto postelectoral que –previó- habrá en la elección del 2018.
Gustavo López Montiel, analista político y catedrático en el ITESM, advirtió que el PRI se ha opuesto sistemáticamente a esta reforma constitucional porque significa quitarle el control y manejarse en condiciones de volatilidad, que quizá no esté dispuesto a perder a cambio de impulsar otra vuelta electoral.
“El PRI sí podría impulsar una segunda vuelta, pero al final de cuentas han mantenido acotado a López Obrador y esto no necesariamente traería como consecuencia frenarlo. Esto sin contar que una reforma así tampoco debería hacerse pensando en una persona”, recalcó López Montiel.
Fernando Dworak, analista político y académico del ITAM, consideró que la segunda vuelta electoral da legitimidad en momentos de extrema pulverización de los votos, aunque esto no se traduzca en mejores condiciones de gobernabilidad.
“A López Obrador le puedes poner cinco vueltas, y en las cinco va a decir que hubo complot (…) El problema no es quién va a tener la mitad más uno, sino que tenemos un candidato que es altamente selectivo en su aceptación a la norma constitucional”, subrayó Dworak.