Cuando en abril de este año la doctora Eli Barroeta, encargada del área médica del equipo de futbol americano Pumas Acatlán, relató a Reporte Indigo su experiencia al estar en la primera línea de defensa para controlar la pandemia de COVID-19, la situación no era tan dramática como lo es ahora, ocho meses después.
En aquel entonces, la médica explicó su función, que era coordinar las pruebas y traslados de pacientes detectados con el virus en el municipio de Tlalnepantla, Estado de México.
Sin embargo, una nueva jugada se dibujó en el pizarrón táctico y su función en esta batalla contra el coronavirus cambió, ya que ahora se enfrenta más de cerca al enemigo, como si pasara de linebacker a la línea defensiva, como en el futbol americano, su deporte.
“Cambiaron muchas cosas para mí desde la última vez que hablamos porque de realizar mi labor de pruebas y traslados, tuve la oportunidad de trabajar en una institución que es 100 por ciento COVID para seguir en la lucha contra este virus”, relata a Reporte Índigo.
Cuando llegó a esta institución médica, Barroeta ya conocía las “jugadas ofensivas” del rival, el SARS-COV2, así que su función se convirtió en ayudar a cada paciente que llegaba a su centro de trabajo, por lo que entendió que su estrategia defensiva no podía tener ningún hueco, por el alto riesgo de contagio.
“Claro que es muy diferente estar ya en un hospital de área COVID porque pasas por urgencias, pasas por medicina interna y pasas largas horas con el traje de protección y obviamente es muy diferente a sólo tomar muestras, que es lo que yo hacía cuando hablamos por primera vez.
“Te puedo decir que aquí, en hospital, tienes que preocuparte por todo porque ves al paciente en todos los sentidos, tienes que ver si tiene su ventilador, si está bajando su saturación, aquí a grandes rasgos es darle el tratamiento que se merece para su recuperación”, comenta.
Ejercer la medicina requiere, al igual que en el futbol americano, firmeza para afrontar las situaciones; sin embargo, las escenas que ha dejado esta pandemia sobrepasan cualquier fortaleza que todos quisieran tener. La doctora rememora los casos de adultos mayores que entraron juntos, pero que solo uno de ellos pudo salir, o, en ocasiones, ninguno.
“Hay muchas cosas que me han marcado porque te das cuenta de cómo la gente es inconsciente porque por ir a visitar a la abuela el día que debía por la época que estamos pasando se contagian todas y ves cómo llega el abuelo, el tío, el primo y es impresionante la cadena de contagios que se da por situaciones así.
Tiempo fuera para Eli Barroeta
Debido a las fuertes jornadas de trabajo que la doctora Eli Barroeta tiene atendiendo a cientos de pacientes diarios, un “mal paso” en pleno campo de batalla le costó salir del terreno de juego, ya que una lesión en la rodilla la dejó fuera de toda actividad por varias semanas.
“La operación en mi rodilla fue en un día normal, por así llamarlo, estaba bajando las escaleras de mi trabajo y de pronto sentí que me tronó la rodilla, aquí tengo que mencionar que yo ya tenía una operación previa por jugar tocho bandera, después de hacer lo que yo tenía que hacer en ese momento, que era checar a un paciente, me fui a urgencias y ahí fue que me dijeron que me tenían que operar al día siguiente.
“Esta operación me iba a dejar semanas fuera, estaba consciente de eso, y aunque en este trabajo me iban a respetar mi incapacidad, yo decidí dejar mi plaza para que alguien más ayudara en esta pandemia mientras yo estaba fuera”, menciona.
De regreso a la cancha
A escasos días de que Eli reciba el alta médica que le permita volver a trabajar, lo más lógico para todos sería descansar más tiempo para sanar la lesión y pasar estas fiestas de Navidad con la familia; sin embargo, para ella no es la opción de juego, ya que apenas tenga el permiso para regresar al “emparrillado médico” lo hará.
“Ahorita ya metí papeles para otro hospital porque ahorita está saturado donde estaba, pero la verdad es parte de mí ayudar y estar ahí. Creo que el estar en la primera línea es algo que me nace y que sé que es mi responsabilidad.
“Si me aceptan sé que es probable que no vea a mis papás en Navidad, pero ahorita he estado cerca de ellos, no como yo quiero, porque lo repito, la situación no es adecuada, pero he estado con ellos, he disfrutado a mi familia, y aunque es triste ver a tu familia por videollamada en esas fechas, mi deber como médico es aportar, poner tu granito de arena para que todo esto que pasa se controle”, resalta.