En NL condenan a los partidos
El popular candidato independiente, el expriista Jaime Rodríguez “El Bronco”, se alimentó de ese hartazgo y logró seducir a los nuevoleoneses para terminar con el reinado tricolor.
Los electores de Nuevo León salieron a las urnas para inconformarse principalmente por la administración del gobernador priista Rodrigo Medina y su familia.
Durante el proceso electoral la familia del gobernador tricolor estuvo bajo la sospecha por los negocios inmobiliarios que tiene en la ciudad de San Antonio, dados a conocer desde hace tres años por Reporte Indigo.
Jesús PadillaEl popular candidato independiente, el expriista Jaime Rodríguez “El Bronco”, se alimentó de ese hartazgo y logró seducir a los nuevoleoneses para terminar con el reinado tricolor.
Los electores de Nuevo León salieron a las urnas para inconformarse principalmente por la administración del gobernador priista Rodrigo Medina y su familia.
Durante el proceso electoral la familia del gobernador tricolor estuvo bajo la sospecha por los negocios inmobiliarios que tiene en la ciudad de San Antonio, dados a conocer desde hace tres años por Reporte Indigo.
También se publicaron casos que involucraban al padre del gobernador en la compra de tierras en el municipio de Mina y San Pedro.
La priista Ivonne Álvarez fue la más afectada por estas publicaciones.
La candidata tricolor incluso tuvo que deslindarse de Medina para intentar mantenerse viva en la contienda.
No lo logró.
“Se tenía la percepción que Medina estaba representado por la figura de Ivonne, y por eso el cause de la votación se fue a la candidatura de Jaime Rodríguez”, dice el analista Gilberto Miranda.
El candidato del PAN, Felipe de Jesús Cantú, reconoció públicamente que el voto de castigo se debió a que la población quería un cambio de Gobierno.
A decir de muchos panistas, aseguran que la esperanza de ganar la gubernatura estaba enfocada en obtener el voto antipriista.
Pero no fue así, los ciudadanos lo canalizaron a favor de la causa independiente. Y el candidato blanquiazul se sitúo en el tercer lugar.
Esta debacle panista se agudiza aún más con la pérdida de Monterrey, ciudad que tenía 9 años gobernando consecutivamente por el PAN.
El voto de castigo en este caso fue para la alcaldesa del PAN, Margarita Arellanes, que dejó la ciudad para intentar ser candidata a la gubernatura.