Se vio en TV y fue evidente para los sondeos de todo tipo: Gabriel Quadri , el candidato del PANAL, fue la sorpresa. El representante de Nueva Alianza logró aprovechar hábilmente las escaramuzas entre Peña Nieto, López Obrador y Josefina Vázquez Mota, para ubicar su mensaje y mostrar amplio conocimiento de los temas, lo que agradó a quienes vieron el debate.
Sin duda el sorpresivo desempeño del hombre del PANAL le rendirá dividendos en las encuestas en vivienda y encamina a ruta segura la permanencia del partido.
Empero, el fenómeno Quadri opacó una cuestión de trascendencia, que puede enfocarse a través de la siguiente pregunta:
¿Estamos preparados para hacer sondeos a través de la red?. No.
Un buen ejemplo es lo que sucedió ayer en el debate de los candidatos a la Presidencia. Los estudios de opinión a través de la red tienen un problema en México y en cualquier lugar del mundo, incluyendo los Estados Unidos: no son representativos. Esto es por dos razones. Primero, no tienen la suficiente cobertura pese al crecimiento vertiginoso de los cibernautas: la cantidad de computadoras por habitante en México es aún baja en comparación con los estándares de las naciones avanzadas.Empero, aún si la cobertura de las computadoras fuera similar a la de los Estados Unidos, esto no garantizaría la calidad de los estudios una razón irresoluta para los especialistas: no pueden hacerse muestras confiables a través de la red, como sí pueden hacerse en vivienda, y en menor grado, en teléfono.
La cuestión, de trascendencia para la opinión pública, quedó al desnudo con los esfuerzos que hicieron los medios de comunicación para elaborar ejercicios de sondeos en relación al debate de los candidatos a la Presidencia.
Hubo quienes llevaron a cabo las consultas a través de la red; y otros, quienes hicieron estas investigaciones de percepción a través del teléfono, siendo los resultados muy diferentes: ¿a qué se debe esto?
Las encuestas web
El asunto puede entenderse si se enfocan los pros y contras de los dos procedimientos de investigación.
1.- Encuestas a través de la red: Estos estudios tienen la ventaja de la inmediatez, de apreciar en tiempo real la evolución de la opinión de estas audiencias. Empero, el riesgo, como está visto, es la representatividad: tienen una buena cantidad de sesgos. De entrada, el mercado natural para responder estos estudios es de quienes tienen computadora o un iPad.
En ocasiones, el público objetivo está restringido a quienes tienen suscripción de estas publicaciones. Pero el sesgo de fondo es que, estrictamente hablando no se apegan a criterios muestrales que avalarían los especialistas. El principio pilar del muestreo para garantizar la representatividad es que todos los elementos del universo tengan la misma probabilidad de ser elegidos.
En las encuestas en vivienda y en menor grado en las telefónicas esta norma se cumple. En las de vivienda porque primero se seleccionan las secciones electorales mediante fórmulas de muestreo; luego, en forma aleatoria, se eligen las manzanas a las que hay que ir, de cada una de las secciones elegidas; y, después, ya en la manzana, se aplican procedimientos para que haya aleatoriedad entre quienes viven ahí en esa manzana para seleccionar el entrevistado.
¿Se cumple este principio en las encuestas en la red? No.
Los sesgos de la red en este tipo de ejercicios- públicos con tendencia a nivel socioeconómico medio o medio alto- donde tiene fortalezas el PAN explican que en estos ejercicios, Josefina Vázquez haya resultado ganadora en el debate, con Quadri pisándole los talones.
2.- Hubo otros medios de comunicación como INDIGO, quienes siguieron la vía de llevar a cabo encuestas telefónicas sobre el debate de los candidatos a la presidencia. En este caso, se aplicó un cuestionario al término del debate, después de las 10 de la noche, a los hogares mexicanos con teléfono (se envió una grabación para ser contestada).
Estas llamadas fueron llevadas a cabo en forma aleatoria. La cantidad de llamadas a cada estado se determinó en base al peso relativo, en porcentaje, del número de teléfonos para cada entidad dentro del total de teléfonos en la república mexicana. Aquí no hay la ventaja de la inmediatez, de los sondeos en la red, pero el método es más representativo. Por supuesto, hay un sesgo: que no se incluye en el muestreo a quienes no tienen teléfono, un mercado donde el PRI tiene fortalezas.
La técnica de una encuesta en vivienda por supuesto es inviable en el día del debate. Sin embargo, si se levantara una encuesta en hogares por ejemplo hoy y mañana cuando se tiene fresco en la memoria el evento, este sería el mejor instrumento para determinar la percepción de lo acontecido.
Los resultados da la encuesta telefónica nacional de INDIGO fueron los siguientes: López Obrador resultó triunfador en el debate con el 28% de las respuestas, seguido de cerca por Gabriel Quadri con 26% (cerca del empate técnico con AMLO), luego Enrique Peña Nieto con 21% y en último lugar Josefina Vázquez Mota con 15%. Un 8% dijo que ninguno y 2% dijo que no sabe. El margen de error estadístico de las 1013 encuestas aplicadas fue de +-3.06 puntos de porcentaje.
Las diferencias en los dos ejercicios son evidentes: en la encuesta en red Vázquez Mota es la ganadora del debate, y en la telefónica ocupó el cuarto lugar, siendo la primera posición para López Obrador.
Es previsible que en una encuesta en vivienda, que es la más representativa, Peña Nieto resultaría mejor posicionado (difícilmente ganador) porque incorpora a clientelas excluidas en forma notable en la encuestas en la red y en menor grado en las telefónicas, que son los públicos que no tienen acceso a la red y quienes no tienen teléfono, donde el PRI es fuerte.
(En ambos tipos de encuestas, no obstante, Quadri quedó muy bien ubicado)
El asunto, de las diferencias en los resultados, debiera ser desde luego de interés no sólo para los especialistas, sino para los medios.
De modo que, ojo con la red….