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En la primera elección de Morena en la capital del país, Ricardo Monreal pegó en el corazón del Distrito Federal y del PRD al resultar el virtual ganador en la delegación Cuauhtémoc.
Aunque el PRD intenta aparentar fortaleza, pues apenas cerraron de manera oficial las casillas en la Ciudad de México, el presidente del PRD-DF, Raúl Flores García, se anticipó al resto de las fuerzas políticas, en una improvisada conferencia de prensa, para ostentarse como el partido ganador en nueve delegaciones.
El PRD cantó victoria en Iztapalapa, Cuauhtémoc, Miguel Hidalgo, Azcapotzalco, Coyoacán, Gustavo A. Madero, Álvaro Obregón, Venustiano Carranza e Iztacalco.
A diferencia del rostro de aparente triunfo del titular del PRD-DF, el abanderado del Sol Azteca en la Cuauhtémoc, José Luis Muñoz Soria, no parecía compartir la felicidad de haber ganado por segunda vez la demarcación como lo adelantaba su partido. El perredista lució más bien desencajado y fue reservado.
El nuevo camino: El GDF
Pese al “madruguete” del PRD de salir a anunciar el triunfo en Cuauhtémoc, el exgobernador de Zacatecas fue cauto.
No fue sino hasta las nueve de la noche que Monreal salió a proclamar su triunfo ante militantes en la explanada del Monumento a la Revolución, donde dijo tener una aventaja de aproximadamente ocho puntos arriba, según mediciones internas de Morena.
Desde muy temprano el vocero de su campaña, Agustín Guerrero, difundió algunas estadísticas que daban a Ricardo Monreal el 34 por ciento de la votación, mientras que al candidato del PRD-PT-PANAL, José Luis Muñoz Soria, sólo el 24 por ciento.
De oficializarse su triunfo en la delegación Cuauhtémoc, Ricardo Monreal abriría paso al camino que tiene claramente trazado: la jefatura de Gobierno del Distrito Federal, que tiene contemplada buscar en las próximas elecciones del 2018.
“Ya estuvo. Ganó Monreal”. Una victoria de la dignidad sobre la corrupción, escribió a través de su cuenta en las redes sociales, Agustín Guerrero.
Desde ahora Morena tiene claro que en el 2018 la fórmula que buscará contempla a Ricardo Monreal como candidato a jefe de Gobierno, y a Andrés Manuel López Obrador para la presidencia de la República Mexicana.
En la campaña que terminó, el zacatecano conjuntó en su grupo de trabajo a diferentes equipos: allegados de López Obrador como el hijo de Arturo Núñez, pero también a algunos leales al ex jefe de Gobierno, Marcelo Ebrard Casaubón, como Agustín Guerrero.
Durante esta jornada electoral, el zacatecano se confrontó con el Gobierno del Distrito Federal, específicamente con el secretario de Gobierno, Héctor Serrano Cortés, a quien acusó directamente de llevar a cabo la guerra sucia en su contra.
La guerra que sorteó
En campaña, Ricardo Monreal fue el blanco de una estrategia que lo exhibió en redes sociales a partir de que se ventilaron diversos audios de conversaciones telefónicas privadas entre él y algunos de sus colaboradores.
Dichos materiales que circularon en las redes fueron adjudicados al grupo “Anonymus”, sin que este aceptara la autoría de los videos en los que se acusaba a Ricardo Monreal y a sus hermanos de ser parte de un cártel.
Pero nada de esa guerra parece haber funcionado. Las encuestas de diversas casas mantuvieron al también exsenador muy por encima de las preferencias electorales respecto a su competidor más cercano, José Luis Muñoz Soria.
Ganar la delegación Cuauhtémoc representa para cualquier partido gobernar el corazón de la capital del país y uno de las tres delegaciones más importantes por la extensión de su territorio, presupuesto y votos.