El grupo priista Democracia Interna emitió un posicionamiento en el que celebra que el sexenio de Enrique Peña Nieto llegue a su fin, pues así concluye la línea y desaparece el “dedazo” para elegir a las personas que ocupan cargos de poder dentro del Partido Revolucionario Institucional (PRI).
“Celebremos que a partir del primero de diciembre se acaba la línea, desaparece el dedazo. A partir de diciembre podemos decidir todos juntos el futuro del PRI. Muchos militantes se alejaron del Partido en estos últimos años cansados de la prepotencia de una dirigencia inexperta y altanera”, señala el documento.
Democracia Interna pidió a la dirigente nacional del PRI, Claudia Ruiz Massieu, que garantice una proceso democrático para que los priistas elijan de manera democrática a la nueva dirigencia nacional, pues en los últimos tiempos se ha beneficiado sólo a algunas minorías cercanas a la Presidencia de la República.
“No permitiremos que la elección de nuevos dirigentes sea sólo una farsa orquestada hoy desde la Presidencia de México y a partir de diciembre desde los sectores, organizaciones y desde las oficinas de quienes han dañado durante años al Partido. No se vale que quienes refundieron al PRI pretendan refundarlo para seguir lucrando a costa de sus militantes que son los que le dan su fortaleza”, se lee en el posicionamiento.
Los priistas reiteraron su reclamo por haber abierto las candidaturas a políticos externos al partido, tal y como fue el caso de José Antonio Meade Kuribreña, quien quedó en tercer lugar de la elección presidencial por debajo del panista Ricardo Anaya y el morenista Andrés Manuel López Obrador.
“La aprobación del gobierno cayó por debajo del 20% y así el PRI obtuvo el peor revés en su historia en el proceso electoral de 2018 al grado de convertirse en un Partido prácticamente testimonial en las cámaras legislativas y en minoría en más de la mitad de los congresos estatales y con solo 13 gobernadores de las 32 entidades que integran la nación”, agregó.
La organización demandó ocho puntos para comenzar con la reformación del partido. Esto incluye elegir a los dirigentes por consulta directa a los militantes y que, ese mismo proceso, se repita en las dirigencias estatales.
Así como revisar los principios ideológicos que se han sido traicionado por algunos priistas, especialmente los jóvenes gobernadores.
Otras de las exigencias es que los priistas, que ocupan cargos de elección popular, concluyan sus cargos antes de saltar a un nuevo puesto; lo que popularmente se conoce como chapulineo.
Finalmente, Democracia Interna pidió a los gobernadores no caer en la tentación de entrar en “linea” con el nuevo gobierno, pues los priistas deben actuar como oposición.
