Héroes de carne y hueso
Luis Manuel Álvarez García, tiene 20 años. Hace apenas cuatro meses que está armado y hoy es comandante de las autodefensas de Tepalcatepec, Michoacán.
Es un joven digno de la admiración de sus compañeros de todas las edades, que sin reparos, obedecen a sus mandatos.
Delgado, alto, con acento costeño. Viste como cualquier joven de Tepalcatepec, camiseta de marca ‘Ed hardy’, cachucha con destellos brillosos, pantalón de mezclilla y huaraches de cuero.
Paloma Robles
Luis Manuel Álvarez García, tiene 20 años. Hace apenas cuatro meses que está armado y hoy es comandante de las autodefensas de Tepalcatepec, Michoacán.
Es un joven digno de la admiración de sus compañeros de todas las edades, que sin reparos, obedecen a sus mandatos.
Delgado, alto, con acento costeño. Viste como cualquier joven de Tepalcatepec, camiseta de marca ‘Ed hardy’, cachucha con destellos brillosos, pantalón de mezclilla y huaraches de cuero.
En otro momento de la historia de Tepalcatepec, Luis Manuel sería el candidato perfecto a ser ‘puntero’ de Los Caballeros Templarios.
Y andaría vigilando el territorio en su moto Itálika, y recibiendo por ello un salario modesto, drogas gratuitas y autoridad desbordada en violencia.
Pero durante los últimos tres años Luis Manuel fue víctima del despojo a su comunidad. Violaciones, extorsiones, robos y venta de productos a sobreprecio impuestos por los Templarios fueron solo algunos de los escenarios vividos en Tepeque.
“Yo me integré al grupo de autodefensa por que ya toda la gente aquí tenía miedo. Mirabas pasar el convoy de todos Los Templarios (…) incluso en los camellones, donde todos los chavos se pueden reunir y estar a gusto, ellos llegaban irrumpían con su música y de repente, puff, se quedaba todo solo. Extorsiones, ni se diga: carniceros, limoneros, de todo alcanzaron aquí.
“Ahora, yo me integro a esto (la autodefensa) por que sé que es un bien de todo el pueblo. La gente te ve bien, la gente te habla, incluso se te facilita todo por que la gente está contigo”.
Luis Manuel ha estado en la mayoría de los comandos que han “liberado pueblos” de Michoacán.
Fue él quien encontró los disfraces que utilizaban Los Caballeros Templarios en sus ceremonias. Explica que la estrategia de expansión del movimiento se hizo “por que la gente así lo pidió”.
“No por que nosotros haigamos (sic) querido, ellos nos lo pidieron, nos decían, ‘oigan acá queremos levantarnos nosotros también, pero ocupamos armas, ocupamos apoyo, por que nosotros no vamos a poder solos’, es ahí donde Tepeque entra”.
Hace casi un año, el 24 de febrero del 2013, desplazaron a más de 150 personas que controlaban su municipio, entre ellos a los policías municipales, y a el propio alcalde priista Guillermo Valencia Reyes, a quien acusan en Tepalcatepec de Templario “mayor”.
A los jóvenes halcones, los pusieron a barrer las calles. Las familias “indeseables salieron corriendo”, el control quedó en el pueblo.
“Pero dime tú, ¿vamos estar todos estos años, esperando en cada barricada, en cada entrada a que ellos vengan?, digo, ¿Tepeque contra Michoacán entero, hasta que ellos entraran?, pues no”, explica Luis Manuel intentado que quede clara la lógica de su grupo.
La estrategia parece funcionar. Hoy más de 31 municipios ya se encuentran bajo el resguardo de las autodefensas, cuyo objetivo ha sido claro. Se trata no solo de regresar la seguridad a los pueblos sino también acabar con Los Templarios.
Una tarea que bien corresponde al Estado mexicano, pero que parece ceder a la sociedad civil que ya no cree en ninguna institución.
“Me siento bien sirviendo al pueblo, no ando con una charola ni un trajecito verde, diciendo estoy aquí por mi bandera, cuando están por el dinero, pero yo estoy aquí por mi pueblo.
“No somos narcotraficantes, no somos mafiosos, no somos sicarios, somos gente humilde que ocupa ayuda, que queremos ayuda o sino, que solamente nos dejen el camino para acabar con Los Templarios”.
Sus ojos parpadean poco y hablan aún sin que Luis Manuel abra la boca. Con ellos dirige, con ellos apunta el fuego, con ellos fue testigo de la mataza del Ejército a tres personas, incluido un menor en Antúnez, en donde, asegura, la mayoría de la gente iba desarmada.
“Yo observo que deberían de poner más atención los gobiernos a los militares y sepan que está pasando, por que lo que hicieron en Antunes no estuvo bien.
“Yo vi una injusticia muy fea, yo vi a los militares, todo mundo los tenía en un gobierno bien, no un gobierno corrupto. Pero el gobierno ese día hizo daños, tiró balazos a la gente humilde, tiró balazos a la gente desarmada, a lo loco, no digamos que cientos, pero sí algunos 70 o 80 balazos, sí los tiraron a la gente.
Manuel recuerda el hecho y sus ojos se encienden de coraje.
“Yo no sé mis compañeros, no sé qué opinarán, pero por mi parte, lo mismo me da matarme con un militar que con un sicario.
“Aquí entre menos gobierno haiga (sic) y que no sea un gobierno corrupto, mucho mejor. La gente aquí no quiere al gobierno y sino lo quiere es por que se sienten a gusto con nosotros”, afirma el joven autodefensa, quien asegura que ellos no se convertirán en un nuevo grupo armado que imponga violencia.
Pero su versión contrasta con lo que otros autodefensas comentan.
“Los cerros están llenos de cuerpos”, dice uno de los guardias consultados.
Explica que no es opción entregarlos a ninguna autoridad.
“Mejor los matamos, que al cabo acabamos más rápido”, afirma el también ganadero mientras manosea una paca de billetes.
“Aquí da lo mismo matar a perras, perros o sicarios, es más, la carne de sicario es más blandita”, refiere el ganadero, quien comenta que a los campos de batalla Los Templarios envían a sus jóvenes atiborrados de droga.
“Caen rapidito”.
Hasta no ver, no creer
El Gobierno Federal informó de la captura de tres de los líderes. Pero como parte de la nueva estrategia de comunicación, no se mostraron imágenes.
Sin embargo, en Tepalcatepec el dicho “hasta no ver no creer” se repite constantemente.
Y es por eso que Luis Manuel, el joven de 20 años afirma que no se van a dejar desarmar.
“Al menos yo no me desarmo. Como verás, yo ando sin arma, ¿por qué? porque aquí no se ocupan. Las armas deben de estar al pie, todo a la mano, pero nada a la vista, eso fue algo que nos dijo el doctor Mireles.
“No se trata de que armemos una guerra y que queramos combatir al gobierno, nosotros lo único que queremos es ir firmemente contra Los Templarios”.
Se le pregunta hasta dónde está dispuesto a llegar, considerando que el uso de armas puede elevar los niveles de violencia en la comunidad. Luis Manuel responde: “a matarme si es necesario”.
“Las armas sí se van a soltar, se van esconder, pero si surge otro grupo armado (…) ahí vamos a aparecer todos, esto no se acaba nunca, esto nunca se va a acabar”.
‘Las autodefensas nos regresaron la vida’
En el Centro de Tepalcatepec la actividad comercial regresó a la normalidad. La gente del pueblo hoy sabe que está protegida, que ya no hay necesidad de pagar un peso más por el kilo de tortillas, ni por el kilo de carne, ni mil pesos por la res vendida.
La extorsión y el abuso se volvió un común denominador en todos los intercambios que se hacían dentro del pueblo, explican los comerciantes entrevistados por Reporte Indigo.
Coinciden en que desde hace 12 años se tuvo registro de los primeros hostigamientos a la población por parte de diversos grupo delictivos que intentaron apoderarse de la zona.
Y es que el municipio de Tepalcatepec es un punto clave dentro del mapa de trasiego de drogas y precursores que va desde el puerto de Lázaro Cárdenas y hasta el aeropuerto de Guadalajara.
La gente vive acostumbrada al movimiento del narco, lo asimilan como algo normal que fácilmente se disfraza en otras actividades comerciales ligadas a la ganadería y la agricultura.
El problema vino cuando Los Caballeros Templarios atentaron lo más básico de la población: su economía y su dignidad.
“Todos aquí somos víctimas, en esta cocina todos los que llegan aquí fueron atacados por Los Templarios. A mi me quisieron matar a una de mis tres niñas, tenía ella 14 años y se la llevaron, pero pudimos salvarla”, relata Azucena Silva, la cocinera oficial del comedor comunitario que todos los comensales apodan “La Adelita”.
“Ahorita estamos libres, fuimos unos de los primeros pueblos que nos levantamos y todo ha cambiado completamente”, relata Alejandro Vázquez Zamudio, comerciante de muebles.
Alejandro recuerda que todavía hace unos meses Los Templarios lograron boicotear la entrada de toda clase de productos a Tepeque, como la gasolina.
“Para mí el gobierno no está haciendo nada, estamos libres donde hay autodefensas (…) Yo digo que no fue por gusto del pueblo sino por una necesidad de tomar las armas para defendernos nosotros mismos”, comenta en entrevista Manuel Preciado Arteaga, propietario de un restaurante.
Para los pobladores, la policía comunitaria son héroes de carne y hueso. A los que todos apoyan de diversas formas, otorgando horas de trabajo, aportando dinero, comida, vehículos y hasta armas, según explican algunos guardias comunitarios.
Todos los civiles consultados rechazan la opción del Gobierno Federal de desarmar a las poblaciones, pero no ven con malos ojos que los integren a sus fuerzas.
Se suma a esa postura el carnicero, Juan José Estrada Valencia, quien se opone tajantemente al desarme y asegura que seguirá ayudando en lo que sea necesario.
“Antes nos pedían que les ayudáramos que con carne para un evento, que con dinero, ya hasta hace unos meses nos dijeron que mejor ya no, pero vamos a seguir apoyándolos”, asegura.
No hay forma de poner en duda que existe un vínculo íntimo entre la población con sus nuevas autoridades emanadas del pueblo.
No dejen las armas
Por medio de un comunicado, fechado el lunes 3 de febrero, el Concejo Mayor del Gobierno Comunal de Cherán, exhortó a las autodefensas del estado y a toda la población del país a que no dejen las armas, pues mencionan, la violencia y la delincuencia organizada continúan.
En el escrito se menciona que la continuidad de los delitos por parte del narcotráfico no es casualidad sino el producto de un contubernio en las instituciones de gobierno que “se han corrompido y permitido la condición de inseguridad que vivimos”.
Asimismo, la comunidad denunció que actualmente es el Cartel Jalisco Nueva Generación el que se encuentra avanzando por medio del noroeste de Michoacán.
Le quitan la voz
Ayer, Estanislao Beltrán, se convirtió en vocero único de los grupos de autodefensa de Michoacán.
Beltrán señaló que las declaraciones de José Manuel Mireles están afectando al movimiento, por lo que se acordó que ya no participe.
“Él está alejado, es un gran hombre, un gran amigo, un buen luchador pero ahorita está descoordinado de la lucha, él está en convalecencia “, indicó Beltrán.
El líder de los civiles armados ha sido portavoz de los guardias comunitarios desde que inició el movimiento. Sus declaraciones han cimbrado a la opinión pública.
“Llegaban a tocar a la puerta de las casas y decían: ‘me gusta mucho tu mujer, ahorita te la traigo, pero mientras me bañas a tu niña porque esa sí se va a quedar conmigo varios días’ y no te la regresaban hasta que estaba embarazada”
“Ninguna autoridad pudo cumplir con su función porque todas las autoridades tanto municipales, estatales y federales eran parte de estos cárteles o estaban en la nómina de estos cárteles”
“Somos gente de trabajo y de bien que asumimos una responsabilidad que no nos correspondía, porque durante más de 12 años no hubo quién nos la resolviera”
“Vamos a dar las armas cuando esté limpio el gobierno de Michoacán y cuando el gobierno haya establecido el estado de derecho”
“El ‘Mayo’ Zambada nos ofreció ayuda en contra de Los Caballeros Templarios pero la rechazamos”
“El presidente de la República debe blindar los recursos que anunció el martes porque el gobierno del estado de Michoacán también le paga cuota a Los Caballeros Templarios”
“Ella (Iris Vianey Mendoza) tiene mucha relación y mucho contacto con el crimen organizado, ya hasta los llevo al Senado. ¿Para que dice que no los conoce?”
“El Estado necesita toda la atención del Gobierno federal para resolver la situación, pero no a través de estos teatritos. En Michoacán no necesitamos teatros para que se recupere la paz, necesitamos hechos reales”.