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Este 3 de julio se conmemoran los 60 años del voto femenino en México y, aunque las mujeres tienen plenos derechos para elegir a sus representantes, su acceso a las altas esferas del poder aún es limitado.
Coinciden en ello estudios nacionales e internacionales. Un reporte sobre Brecha de Género del Foro Económico Mundial (WEF, por sus siglas en inglés), reveló en 2014 que México ocupa el lugar 80 de 142 países en cuanto a equidad de género.
En cuanto al empoderamiento político de la mujer, México ocupa el lugar 61 por lo que toca a mujeres en altos puestos de poder político.
El país se ubica por debajo de naciones como Nicaragua, Estados Unidos, Brasil o Argentina, donde los índices de paridad en el poder son más elevados.
Más allá de las cifras, la realidad del país habla por sí misma.
Actualmente, solo cuatro de los 23 puestos de más alto nivel del gabinete legal y ampliado del Gobierno Federal, son mujeres.
Se trata de Arely Gómez González, titular de la Procuraduría General de la República; Rosario Robles Berlanga, secretaria de Desarrollo Social; Mercedes Juan, secretaria de Salud; y Claudia Ruiz Massieu, secretaria de Turismo.
En la LXII Legislatura, la actual, la Cámara de Diputados se compone de 33.3 por ciento de mujeres; en el Senado, representan el 33.5 por ciento.
Para la LXIII Legislatura, que comenzará sus labores el 1 de septiembre próximo, la Cámara de Diputados tendrá 210 mujeres en las curules, un 42 por ciento del total.
Esta cifra representa un aumento de casi el 9 por ciento respecto a la Legislatura actual; un crecimiento que puede explicarse por las condiciones de paridad impuestas en la reforma político electoral, que ahora obliga a los partidos a dar la mitad de las candidaturas a mujeres.
A nivel municipal, la representatividad de las mujeres ha ido en aumento, pero en índices mínimos.
En 1995, solo el 3.5 por ciento de las alcaldías del país estaba ocupada por una mujer. Ya para el 2014, la cifra alcanzó el 7 por ciento.
En días pasados, diputadas del PAN y el PRD presentaron una iniciativa para establecer la paridad de género como principio constitucional.
Con la iniciativa, las legisladoras buscan que la paridad se haga efectiva también en los órganos judiciales y administrativos para evitar la “abrumadora sub-representación” de las mujeres en los espacios de decisión política.
“El objetivo es alcanzar la paridad y desmontar en la estructura jurídica los obstáculos que perpetúan las resistencias que se conforman para no ceder los espacios y controlar el proceso de selección de las candidaturas y la asignación de espacios de decisión poder político”, expone la iniciativa.
Al estar en periodo de receso, el análisis de esta iniciativa podría comenzar hasta septiembre próximo, cuando los nuevos legisladores tomen protesta.
Seis gobernadoras, cinco candidatas
En México, el acceso de las mujeres a las altas esferas del poder es algo que aún no se ha consolidado; los hechos hablan por sí mismos.
El país solo ha tenido cinco candidatas a la Presidencia de la República. Sobra decir que ninguna de ellas ha tenido éxito en su cometido.
La primera candidata presidencial del país fue Rosario Ibarra de Piedra, quien se postuló como candidata del Partido Revolucionario de los Trabajadores en 1982 y 1988.
Ibarra de Piedra fue postulada como candidata por el realce social que alcanzó en el activismo a favor de los desaparecidos, entre quienes se encontraba su hijo.
La segunda candidata presidencial fue Cecilia Soto, quien en 1994 fue postulada por el Partido del Trabajo.
También en 1994 compitió por la Presidencia de la República la candidata del Partido Popular Socialista, Marcela Lombardo, hija del líder sindicalista Vicente Lombardo Toledano.
Tuvieron que pasar 12 años para que una cuarta mujer se postulara para la Presidencia. Fue hasta el 2006 que Patricia Mercado compitió por el Partido Alternativa Socialdemócrata y Campesina.
En el 2012, Josefina Vázquez Mota se convirtió en la quinta candidata presidencial. Fue la abanderada del PAN y quedó en tercer lugar de la votación nacional.
A lo largo de la historia, de entre cientos de gobernadores que han ejercido el poder en las entidades federativas, en el país solo ha habido seis gobernadoras en funciones.
La primera fue la priista Griselda Álvarez Ponce de León, quien fuera gobernadora de Colima, entre 1979 y 1985.
Después fue otra priista, Beatriz Paredes Rangel, quien conquistó la gubernatura de Tlaxcala en 1987, estado que gobernó hasta 1982.
La tercera gobernadora de México fue la priista Dulce María Sauri Riancho, mandataria de Yucatán, entre 1991 y 1994.
Le siguió Rosario Robles Berlanga, del PRD, quien solo estuvo un año frente al Gobierno del Distrito Federal, de 1999 al 2000, una vez que Cuauhtémoc Cárdenas Solórzano pidió licencia al cargo para contender por la Presidencia de la República.
La quinta gobernadora mexicana también fue perredista. Se trata de Amalia García Medina, quien gobernó Zacatecas entre el 2004 y el 2010.
En Yucatán gobernó la priista Ivonne Ortega Pacheco, entre el 2007 y el 2012, con lo que ocupó el sexto lugar dentro de las mandatarias estatales a nivel nacional.
Actualmente, ninguna mujer es gobernadora de entidad alguna.
Será Claudia Pavlovich, del PRI, quien se convierta en la séptima gobernadora a partir de octubre próximo. Primera mujer en gobernar Sonora.
Las mujeres en el Poder Federa
El establecimiento de la obligación de cuotas de género ha permitido que las mujeres tengan más espacios de participación política.
En la Cámara de Diputados, la próxima Legislatura estará conformada por 210 legisladoras, un 42 por ciento de mujeres.
De ellas, 117 fueron ganadoras por mayoría relativa, es decir, por votación directa de los ciudadanos. Un total de 93 más llegarán por el principio de representación proporcional o plurinominal.
Sin embargo, aunque la participación de las mujeres en el Congreso ha ido en aumento, no han ocupado tantos puestos de poder en las Cámaras.
De la LVII Legislatura (1997) a la fecha, solo cuatro mujeres han sido presidentas de la Cámara baja.
Se trata de Gloria Lavara Mejía, quien ocupó dos veces la presidencia, en 1997 y 1998, pero solo por dos periodos cortos, de un mes y 15 días, respectivamente.
Estuvo después Beatriz Paredes, en dos periodos de la LVIII Legislatura. Le siguió Ruth Zavaleta, en el 2007; y María Elena Álvarez Bernal, en el 2008.
En el Senado no ha habido tanta suerte, pues en ese periodo solo ha habido dos presidentas de la mesa directiva.
Se trata de María de los Ángeles Moreno, quien presidió el Senado durante solo un mes en 1997; y después nueve meses entre 1999 y el 2000.
Beatriz Paredes presidió el Senado también solo durante un mes en 1998.
La inequidad en el acceso al poder es visible también en uno de los órganos más importantes de la Cámara de Diputados: la Comisión de Presupuesto.
Dicha Comisión es el órgano de poder de decisión real en el país. En ella se decide el destino final del dinero que ejercerán todas las áreas de la Administración Pública federal.
La Comisión de Presupuesto ha sido dirigida por una sola mujer, en toda la historia del Congreso: la priista Nuvia Mayorga, quien solo estuvo al frente de ella por cuatro meses, que le bastaron para negociar el primer presupuesto del sexenio de Enrique Peña Nieto.
En el caso del Ejecutivo también ha habido áreas que han estado vetadas para el acceso de las mujeres.
Secretarías como Gobernación, Hacienda, Defensa o Marina nunca han sido dirigidas por una mujer.
La conformación de los gabinetes presidenciales de los últimos tiempos también ha estado dominada por los hombres.
Vicente Fox incluyó inicialmente solo a tres mujeres en su gabinete: Josefina Vázquez Mota en Desarrollo Social; María Teresa Herrera, en la Reforma Agraria; y Leticia Navarro, en Turismo.
Felipe Calderón tuvo inicialmente a cuatro mujeres y después incluyó a una más. Se trata de Patricia Espinosa, en Relaciones Exteriores; Beatriz Zavala, en Desarrollo Social; Georgina Kessel, en Energía; Josefina Vázquez Mota, en Educación Pública; y llegó después Marisela Morales a la PGR.
El presidente Enrique Peña Nieto solo incorporó a tres mujeres a su gabinete de forma inicial, a las que luego se uniría una titular de la PGR.
Se trata de Arely Gómez González, titular de la Procuraduría General de la República; Rosario Robles Berlanga, secretaria de Desarrollo Social; Mercedes Juan, secretaria de Salud; y Claudia Ruiz Massieu, secretaria de Turismo.
La participación de las mujeres en los gobiernos de los estados también es mínima y es hasta la introducción de la obligación de paridad cuando algunos congresos estatales han tenido mayor equidad.
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