Internet, el terreno fértil para trata de personas: CDHDF

Actualmente gran parte de la población mexicana cuenta con acceso a internet y por ende a las redes sociales y la gran ventana de publicidad y personas falsas que juegan con su identidad para vulnerar la libertad de los demás.

Debido que parte importante de la población de niños tiene acceso a todo lo que se ve en el internet, Nashieli Ramírez, presidenta de la CDHDF hizo un llamado a ser responsables como adultos y ayudar combatir la trata de personas.

De acuerdo con Ramírez, los niños y adolescentes tienen acceso mayoritario a las redes sociales en un mundo de adultos, por lo que incitó a estos a no ser omisos de la responsabilidad de protección.

“Es fundamental decirle a nuestras niñas, niños y adolescentes que en el espacio virtual hay riesgos y que no es del todo seguro; que es un espacio muy fértil para hacerlos víctimas de trata, de una forma muy rápida y sencilla”, comentó Ramírez Hernández.

A su vez, la coordinadora del Observatorio Latinoamericano de Trata y Tráfico de Personas, María Antonia Chávez Gutiérrez, indicó que 46 millones de personas en el mundo están en situación de esclavitud, sin embargo la mayoría de las víctimas no son visibles.

Consideró alarmante está problemática ante las formas de trata y tráfico de personas: sexual, laboral, trabajos forzados, servidumbre doméstica y por deudas, redes delictivas, tráfico de tejidos humanos y órganos, mendicidad forzada y adopciones ilegales.

El docente e investigador de la Universidad de Buenos Aires, José Manuel Grima, señaló que en la mayoría de los protocolos sobre rescate a víctimas de trata en América Latina es muy difícil lograr una reinserción porque nunca han sido instituidas como sujetas de derechos.

En la actualidad, apuntó, las personas son vistas como objetos y mercancías que pueden ser consumidos de cualquier forma, sexual o laboral, afectado así toda su trayectoria vital.

Incluso el investigador consideró que el tráfico ilegal de migrantes y la trata de personas son estrategias de eliminación de seres humanos, impulsadas por el neoliberalismo.