“Seguiremos matando a estos asquerosos animales si no ponen control Ecología y gobierno de Puerto Vallarta, atentamente, el pueblo que está harto”, se leía en un letrero clavado en el cuerpo de un cocodrilo que colgaba de un árbol en Puerto Vallarta.
El reptil medía cerca de dos metros, era una cría de agua dulce y fue atacado como si se tratara de una ejecución del crimen organizado.
La muerte del animal ocurrió luego de que otro cocodrilo atacará en la pierna a un turista francés que entró a la playa a pesar de que era un área de precaución, informó el delegado de la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat) en Jalisco, Sergio Hernández González.
Lo que más preocupa de este caso es la advertencia de más afectaciones a estos animales, porque no es el único ataque a este tipo de fauna en el año.
La Procuraduría Federal de Protección al Ambiente de México (Profepa) ya colabora con el Ministerio Público Federal para ejercer acción penal por la muerte de ese ejemplar
“Los cocodrilos de las especies Crocodylus acutus y Crocodylus moreletii, se encuentran listados en la categoría de especies Sujetas a Protección especial (Pr), de la NOM-059-SEMARNAT-2010”, informó la dependencia a través de su cuenta oficial de Twitter.
A finales de agosto, el cadáver de otro cocodrilo fue hallado en un canal de agua en dicho municipio costero. La Procuraduría Federal de Protección al Ambiente (Profepa) intervino y señaló que el reptil presentaba heridas ocasionadas en el cuerpo, así como cortes en extremidades como cabeza y cola.
“En el transcurso de los últimos 15 años hemos visto cocodrilos grandes que medían arriba de dos metros 70 centímetros, que han sido atropellados, cocodrilos macheteados y apedreados. A uno le destrozaron la cabeza a pedradas, han sido baleados, les han puesto anzuelos con los cuales han terminado muertos”, explica Pablo Hernández Hurtado, responsable de la Unidad de Manejo para Conservación de la Vida Silvestre (UMA) Reptilario Cipactli.
También se avistó un ejemplar de dos metros y medio de largo en una playa de Puerto Vallarta. Según la autoridad, merodeó durante un día la zona, hecho que fue reportado por diversas personas en redes sociales hasta que arribó personal del Centro de Control Animal de Puerto Vallarta e informó que se realizarían chequeos al animal para que pudiera ser llevado hasta su hábitat natural.
Hernández Hurtado señala que los ataques son preocupantes debido a que se trata de una especie importante para el equilibrio ecológico de la zona. Advierte que el disminuir la presencia de cocodrilos de río –que son los que más abundan– afectaría el ecosistema al propagar peces, aves y mamíferos que significarían una plaga.
El crocodylus acutus, coloquialmente conocido como cocodrilo narigudo, es una especie que circula por las costas del Océano Pacífico. Pero también habita hasta el norte de Perú.
La interacción
La problemática sobre los cocodrilos se encuentra en el limbo. Por un lado está el peligro de vida que enfrentan los animales por los daños causados a partir de los ataques humanos y por otro, el riesgo que corre la población con estos reptiles.
Para Pablo Hernández, la interacción entre seres humanos y cocodrilos no provoca casos de matanzas, sino el desarrollo urbano que ha invadido las áreas naturales de los animales en Puerto Vallarta. Las personas ven como enemigos a los animales.
Apenas el pasado 22 de septiembre el portal de noticias Vallarta Independiente informaba sobre un supuesto ataque de un cocodrilo a un hombre de 29 años de edad en un río.
En la búsqueda entre familiares y autoridades se encontraron algunas pertenencias en las inmediaciones del río, por lo cual comenzaron a circular rumores referentes a que el hombre había sido arrastrado por un cocodrilo.
Pero las autoridades desmintieron los rumores, ya que el cuerpo no presentaba señales de ataques por parte de estos reptiles. Jesús F, como se identificó a la víctima, sufría de ataques epilépticos, lo que pudo haber influido al momento de ahogarse.
En las inmediaciones de la Zona Metropolitana de Puerto Vallarta existen entre 250 y 300 cocodrilos amenazados que habitan desde el río Ameca de Puerto Vallarta hasta la laguna El Quelele, en Bahía de Banderas, Nayarit.
Un ejemplo del crecimiento urbano desmedido en áreas naturales es el Estero el Salado Puerto Vallarta, que ha sido invadido poco a poco por la construcción hotelera y la industria turística. Este espacio es considerado un área natural protegida porque conviven cerca de 800 especies de animales.
La invasión en las áreas de habitación natural de los cocodrilos también es uno de los factores relevantes a la hora de plantear la problemática sobre los presuntos ataques a la población.
El protocolo
Ante el incremento de las interacciones entre seres humanos y cocodrilos, la Semarnat, la Profepa y la Comisión Nacional de Áreas Naturales protegidas desarrollaron un protocolo para buscar el bienestar de las personas involucradas y la sobrevivencia de la especie.
Existen cinco tipificaciones del acercamiento: avistamientos; encuentros; incidentes, depredaciones y mordidas defensivas como una sola variable; e interacciones sin provocaciones o mortales.
En cualquiera de estas emergencias se debe llamar al 911.