La propuesta presidencial de inscribir los matrimonios igualitarios en la Constitución ya provocó los primeros jaloneos.
La Iglesia Católica mexicana advirtió que inamita los pilares de la sociedad. La propuesta dada a conocer el pasado 17 de mayo, se aseguró en la edición dominical del Semanario Desde la Fe, es un grave error.
De hecho, tituló el editorial semanal así: Grave equívoco.
En el texto se recriminó que el Gobierno federal de prioridad a un tema como este cuando en realidad los problemas que aquejan al País son otros.
“Habiendo tantos problemas que tienen de rodillas al País –como el flagelo del narcotráfico y la violencia que genera; la inseguridad, que según una última encuesta afecta al 85 por ciento de los mexicanos; la desigualdad social, que mantiene a más de la mitad de la población en la pobreza, y la corrupción, que permea como la humedad sin que la clase política se atreva a legislar las reformas que exige la sociedad civil-, no es posible que el Gobierno de la República ponga como prioridad legislar sobre falsos derechos, que no se sostienen desde una base antropológica, y que minan los valores sociales y familiares sobre los que tradicionalmente se ha asentado la sociedad mexicana”.
El escrito, firmado por la redacción del Semanario, va más allá pues se asegura que la medida se trata de un envenenamiento ideológico que afectará a los estudiantes pues se ha decidido llevar la igualdad de género a las escuelas.
“Causa preocupación aún mayor que el titular del Ejecutivo haya instruido a la Secretaría de Educación Pública para que introduzca en la educación de los niños la destructiva y perversa ideología de género, que deforma la realidad antropológica y socava los valores fundamentales que históricamente han dado forma a la familia y a la sociedad mexicana. ¿Estarán de acuerdo los padres de familia en que se envenene a sus hijos con esta malsana ideología?”.
No se dejarán presionar
En el Legislativo, Daniel Ordoñez Hernández, presidente de la Comisión de Puntos Constitucionales en la Cámara de Diputados, advirtió que no se dejarán presionar por nadie ya que se tiene que discutir y estar acorde a las decisiones que se han tomado en la Suprema Corte de Justicia de la Nación.
El legislador perredista arremetió contra la Iglesia de quien asegura que no debe de meterse en los asuntos correspondientes a las autoridades y al Estado.
“La Iglesia no debe de inmiscuirse en asuntos del Estado y en la vida política del País bajo el supuesto de defender visiones morales que ya no obedecen a la realidad social.
“No se trata de apoyar o no la iniciativa del Ejecutivo Federal sino de atender constitucional y legalmente lo que socialmente ya acontece y de hacer valer un derecho individual y de un grupo minoritario”.
Desde que se presentó el proyecto, que días después se cristalizó en una iniciativa de reforma al Artículo Cuarto constitucional, la mayoría de las observaciones han sido de aprobación.
De hecho en la presentación estuvieron presentes organizaciones en pro de los derechos de la comunidad LGBTTTI quienes vieron como un buen comienzo la iniciativa.
En realidad la única voz discordante ha sido la Iglesia. Su principal argumento es que el matrimonio debe forzosamente estar compuesto por un hombre y una mujer.
Al respecto el diputado perredista insistió en que esos argumentos no coinciden con lo que se está haciendo en los estados desde el punto de vista legislativo.
“Actualmente nueve estados de la República ya modificaron sus respectivas legislaciones locales para que personas del mismo sexo puedan casarse y en el resto de las entidades, las parejas que decidan ejercer este derecho pueden optar por la vía legal para hacer valer la resolución de la Corte”, señaló.
‘No hubo cálculo político’: Peña
En una entrevista publicada el día lunes 23 de mayo en el diario La Jornada, Enrique Peña Nieto, Presidente de México, descartó que su reciente decisión de impulsar una iniciativa sobre los matrimonios igualitarios se haya tratado de un movimiento para aprovechar la coyuntura electoral.
“En sentido estricto no hubo cálculo político ni electoral, como muchos han dicho. Tampoco en razón de si era oportuno hacerlo. Se trata de verlo con gran apertura, para que México tampoco quede a la zaga”, aseguró el mandatario.
Asimismo aseveró que, independientemente de sus propias creencias y convicciones personales, como jefe de estado su deber es evitar que la normas sean discriminatorias.
“Soy católico, pero un jefe de Estado no puede imponer como política una doctrina religiosa. Somos un país laico, libre, que reconoce su diversidad”.
Sobre si la iniciativa podría tomarse como un relanzamiento de su gobierno, Peña Nieto asegura que no trabaja para las encuestas, sino que se fija metas en razón de las necesidades del país y de la ciudadanía.
“Hay temas en los que eventualmente asumes desgastes, costos políticos, pero estoy convencido de que son para bien de México. No es sólo un empeño o una definición unilateral. Se acredita en los resultados”, afirmó.
El Presidente se muestra confiado en que el tema pueda avanzar en el Congreso de la Unión, incluso afirma que tras conocer las primeras impresiones de los líderes de los partidos, no ha recogido una oposición total.
“Estamos avanzando como sociedad en una mayor apertura, en un reconocimiento real de la diversidad. Con esta iniciativa quiero dar un marco legal que reconozca esta diversidad, que haya pleno respeto y se trabaje en favor de la inclusión de todos los grupos que hay en nuestra sociedad.”