La caja negra del tren que se impactó en Oceanía reveló que el conductor no asumió la Conducción Manual Controlada (CMC) que debe implementarse para controlar la unidad en caso de lluvia, como la que afectó ese día la zona del Peñón de los Baños.
El dictamen que está en manos del Comité de Investigación de Incidentes Relevantes concluyó, entre otras cosas, que el conductor del tren mantuvo la unidad con el Pilotaje Automático (PA) y sólo bajó la velocidad en vez de asumir la conducción manual.
De acuerdo con algunos de los especialistas que explicaron lo que ocurrió a partir del registro de acciones que encontraron en la caja negra, hay dos señales que activan los protocolos de seguridad: la primera se encuentra en el kilómetro 7+600 para prevenir, y la segunda es la señal 24 donde en teoría el tren se frena.
En este último punto el conductor ya no pudo hacer nada para lograr que el tren se frenara, pues debido a la pendiente prolongada que existe en ese zona del Peñón de los Baños, la unidad se deslizó con todo el peso hasta impactarse con la segunda que aún no salía de la estación Oceanía.
De ser así, el accidente del pasado lunes por la tarde que arrojó al menos 12 personas heridas respondió a una falla humana, la del conductor, que de acuerdo a los registros de la llamada caja negra no activó la CMC.
La postura de Espino
Reporte Indigo buscó vía telefónica al dirigente del Sindicato Nacional de Trabajadores del Sistema de Transporte Colectivo Metro, Fernando Espino Arévalo, para conocer su versión respecto a esta información que se encontró en la caja negra del tren y que apunta a una presunta responsabilidad de uno de sus agremiados.
El dirigente manifestó brevemente que estaba involucrado con el apoyo a los familiares del trabajador que falleció al caer a las vías durante las maniobras para remover uno de los trenes involucrado en Oceanía.
Adelantó que el dictamen que preparan las autoridades del Sistema de Transporte Colectivo Metro sólo habla de velocidades.
¿El piloto no acató la Conducción Manual Controlada?, se le cuestionó.
“Él debió haber recibido una orden de sus superiores”, alcanzó a comentar antes de cortar la comunicación.
Desde el primer día, las autoridades del Sistema de Transporte Colectivo trabajan en el dictamen para saber cuáles fueron las causas del alcance y luego, del accidente en el que perdió la vida el trabajador.
Se dijo que investigarían posibles fallas desde el Puesto de Control que monitorea a todos los convoyes que circulan por la red naranja; asimismo, se especificó que se analizarían a partir de la caja negra si se cumplió con la reducción de velocidad.
El día que ocurrió el alcance de los trenes, Espino Arévalo comentó a Reporte Indigo que lleva meses buscando un encuentro con Miguel Ángel Mancera para entregarle un informe de las condiciones del sistema.
Sin embargo, ayer se excusó de hablar del tema debido a que estaba en apoyo de los funerales de la familia de Salvador Wood Sánchez, el trabajador que murió un día después del percance en el Peñón de los Baños.
El Gobierno del Distrito Federal (GDF) anunció desde el martes pasado que entregarían una indemnización a los deudos del trabajador que cayó presuntamente sin protección a las vías, lo que ocasionó su muerte.
Lo que sí exhibió la muerte del trabajador del transporte naranja es que no se están cumpliendo con los protocolos para bajar a las vías que obligan a los técnicos, ingenieros, especialistas y demás a bajar con casco, botas y arneses a fin de evitar accidentes que pongan en riesgo su vida.
Ayer, la Comisión de Derechos Humanos del Distrito Federal (CDHDF) que encabeza Perla Gómez anunció que iniciaron una investigación, a efecto de determinar que no haya violación a los derechos de pasajeros, heridos y trabajadores involucrados en el percance.
De hecho, solicitó a las diferentes instancias involucradas, Protección Civil, Metro, Seguridad Pública capitalina, una inspección en las instalaciones de Oceanía y sus alrededores para descartar otro tipo de riesgo entre la población aledaña.
El golpeteo sindical
Algunos miembros del sindicato del Metro mantienen la postura de que han denunciado de manera reiterada el incremento de las fallas en el servicio, hasta en un 80 por ciento, debido a que el GDF no adquiere los implementos de trabajo que se requieren para dar el mantenimiento a los trenes, y en general a ese medio de transporte.
“Esto no es nuestro negocio, estos son los culpables y están acabando con el Metro”, difundieron a través de las redes sociales señalando con fotografías al jefe de Gobierno, Miguel Ángel Mancera Espinosa, y al titular del Metro, Joel Ortega Cuevas.
Mientras que el estire y afloje entre las autoridades capitalinas y la dirigencia sindical continúan, la Procuraduría General de Justicia del Distrito Federal mantiene la investigación abierta respecto a estos hechos.