La fuga de El Chapo
El sábado 22 de febrero de 2015 se anunció la reaprehensión del capo de Sinaloa y, contrario a la política gubernamental de no presentar a los capos ante los medios de comunicación, con Guzmán Loera hicieron una excepción y lo pasearon delante de los fotógrafos en el hangar de la Secretaría de Marina-Armada de México, el mismo Manuel Mondragón y Kalb, entonces comisionado Nacional de Seguridad, lo escoltó al helicóptero para el deleite de las lentes.
Julio RamírezEl sábado 22 de febrero de 2015 se anunció la reaprehensión del capo de Sinaloa y, contrario a la política gubernamental de no presentar a los capos ante los medios de comunicación, con Guzmán Loera hicieron una excepción y lo pasearon delante de los fotógrafos en el hangar de la Secretaría de Marina-Armada de México, el mismo Manuel Mondragón y Kalb, entonces comisionado Nacional de Seguridad, lo escoltó al helicóptero para el deleite de las lentes.
Dos marinos sujetaban al líder del cártel de Sinaloa quien en algún momento volteó la cara a los medios. El capo más publicitado había caído. El primer diario que publicó en Internet una foto de “El Chapo” fue The New York Times, en una imagen tras la detención en el departamento 401 de la Torre Miramar, en la costera de Mazatlán, en la que el capo tenía el torso descubierto.
Cuando comenzaba a desaparecer de los medios de comunicación tras su segunda aprehensión, volvió a hacerlo. Escapó. Los cómplices del capo de Sinaloa hicieron un túnel que desembocaba en una casa de un predio aledaño.
Un comunicado de la Comisón Nacional de Seguridad (CNS) confirmó el 11 de julio pasado la fuga del capo de Sinaloa y con ello su vuelta a los medios de comunicación. El capo se les fue ahora por debajo de la tierra. Es el único delincuente que se ha escapado de un penal federal, y lo ha hecho en dos ocasiones. En la anterior ocasión, 19 de enero de 2001, se dijo que escapó del penal federal de Puente Grande escondido en un carrito de lavandería.
En esta segunda fuga, se contruyó un túnel que desembocaba en una construcción de la colonia Santa Juanita, medía un kilómetro y medio y contaba con alumbrado, sistemas de ventilación, tanques de oxígeno y una motocicleta con la que sacaban la tierra. En el predio, de acuerdo con la información de Monte Alejandro Rubido, había “muebles, enseres y otros objetos que indican que había presencia de trabajadores”.
La Comisión Nacional de Seguridad (CNS), instancia encargada de la seguridad de los penales, difundió un video en el que se aprecia al capo Joaquín Guzmán Loera en su celda en el Altiplano. En la secuencia se ve al capo acostado en una cama, junto con lo que parece una tableta electrónica. En un momento, al capo de pone los zapatos, se levanta y se va hacia la regadera. En ese punto muerto de la cámara, Joaquín Guzmán Loera desaparece.
Tras la fuga del narcotraficante, el gobierno mexicano encabezó una cacería en busca de reaprehender al capo. El mismo secretario de Gobernación dijo “ese delincuente no tendrá descanso”. La estrategia incluyó la promoción de anuncios con la cara del capo y la oferta de una recompensa por 60 millones de pesos para quien proporcione información que lleve a su captura. Es el mayor monto jamás ofrecido por un capo de la droga en toda la historia.
El gobierno federal ofreció indagar la red de corrupción que permitió, desde el interior del sistema carcelario, el escape de el cabecilla del cártel de Sinaloa. De acuerdo con el secretario de Gobernación, Miguel Ángel Osorio Chong, para que Joaquín Guzmán Loera pudiera fugarse, debió haber recibido la ayuda de funcionarios y custodios, lo que constituiría “un acto de corrupción, deslealtad y traición a los mexicanos”.
El 21 de octubre pasado, la procuradora general de la República, Arely Gómez, señaló que el escape del capo de Sinaloa definitivamente no se trató de una casualidad, sino de una operación del crimen organizado que contó con la complicidad oficial y que se planeó durante varios meses.
Hasta ese día, de acuerdo con la funcionaria federal, se habían consignado a 34 personas, se han cumplimentaron 28 órdenes de aprehensión y autos de formal prisión dentro de la averiguación previa que consta de 60 tomos y 47 anexos: 273 declaraciones, 64 inspecciones y 13 careos.
Entonces, la procuradora Arely Gómez dijo que dentro de la investigación se han efectuado 10 aseguramientos, entre los que destacan inmuebles como el predio donde se construyó el túnel para la evasión en la zona cercana al penal de El Altiplano, además de 10 avionetas, dos motores de aeronave, ocho armas de fuego, 34 celulares, cinco vehículos, tres motocicletas, 182 computadoras y droga.
El gobierno federal informó que indagaba también las visitas que el capo recibió durante su estancia en prisión, desde un hermano de su esposa, Emma Coronel, los abogados defensores y hasta la diputada local de Sinaloa, Lucero Guadalupe Sánchez López, del Partido de Acción Nacional (PAN), quien supuestamente visitó al capo en El Altiplano.
Días después de la fuga, se comenzó a hablar sobre la posible existencia de un video de la fuga de “El Chapo” Guzmán en el que se escucharían sonidos.
El 15 de septiembre pasado, el senador Alejandro Encinas dijo que existía tal video con audio del día en que “El Chapo” Guzmán se fugó del penal de máxima seguridad ubicado en el Estado de México, el cual fue grabado por las cámaras del Centro de Investigación y Seguridad Nacional (Cisen) y del que no se dio información a los integrantes de la Comisión Bicameral de Seguridad Nacional de la Cámara de Diputados.
“Que se vaya al fondo del asunto, que no se oculte nada de la información y porque entonces tendríamos una red de complicidades mucho más amplia e inquietante para la vida del país, con lo que sucedió con la fuga del ´Chapo´”, sostuvo el presidente de la Cámara de Diputados, Jesús Zambrano Grijalva, quien precisó que, de comprobarse el señalamiento del senador Encinas, los funcionarios estarían incurriendo en responsabilidad por ocultar información que pudiera estar ayudando a dar con los principales responsables, materiales e intelectuales de la fuga del penal de alta seguridad.
A mediados de octubre, el video con audio fue difundido en la televisión nacional y se ve a Joaquín Guzmán Loera acostado en la cama de la celda mientras se escuchan los martilleos por la obra de construcción del túnel. La secuencia muestra también que los agentes encargados del resguardo de los videos de la celda del reo reaccionan hasta 25 minutos después de la fuga.
El cálculo oficial es que una vez que salió de la celda, El Chapo Guzmán tardó 15 minutos en salir de El Altiplano, lo que le dio el tiempo suficiente para el escape.
En octubre pasado, los efectivos de la Armada de México realizaron un operativo en la sierra de Durango y Sinaloa en busca de capturar a “El Chapo” Guzmán, quien, de acuerdo con la información difundida en esa ocasión por NBC News, fue herido en una pierna y en la cara.
En la operación resultaron baleadas casas y automóviles de pobladores de Cosalá, quienes denunciaron que tuvieron que refugiarse durante varios días en localidades vecinas. Además, la Comisión Nacional de Derechos Humanos (CNDH) investiga quejas sobre presuntas violaciones a los derechos humanos en ese operativo.
Así, es como a partir del 11 de julio pasado, el narcotraficante más buscado del mundo, está de vuelta en medio de una cacería que, de culminar, se prevé que termine en la extradición a Estados Unidos. Aunque, por lo pronto, el capo se ostenta como el único reo que ha burlado la seguridad de los dos penales de mayor seguridad en el país y, mientras no lo cacen, está de vuelta.
El gobierno federal, en tanto, sigue la indagatoria sobre quiénes permitieron que los cómplices del capo hicieran el túnel sin que nadie notara la construcción y hubiera 25 minutos entre la salida del capo y la llegada de un agente para inspeccionar la celda y gritar: “Hay un hoyo en la regadera”.