Hay un ingrediente extra para el coctel explosivo del crimen organizado en esta ciudad.
Porque además de la guerra abierta entre el Cártel del Golfo y Los Zetas. También de la presencia de Los Beltrán Leyva y del Cártel de Sinaloa, ahora la división de “los de la letra” es una amenaza para la capital regia.
Fuentes extraoficiales indican que Monterrey es concebida como una plaza de Miguel Ángel Treviño Morales alias “Z-40”, quien presuntamente se mueve entre esta ciudad, Nuevo Laredo Tamaulipas y Piedras Negras Coahuila, principalmente.
Y por lo tanto los leales a este hombre, considerado el segundo de a bordo de la organización delictiva, son el blanco potencial de Zetas renegados que son seguidores de Iván Velázquez Caballero alias “El Talibán” o “Z-50”.
Es decir, Zetas contra Zetas.
Y es que Velázquez Caballero “El Talibán” está llevando a cabo una separación de células de Zetas en San Luis Potosí, Zacatecas, Coahuila y parte de Guanajuato.
Plazas donde “El Talibán” operaba directamente para “Z-40” y para “El Lazca”, pero a raíz de varias diferencias, incluyendo un lío de faldas, ahora se independizó de la organización.
Velázquez Caballero “El Talibán” acusa de traición a Treviño Morales, lo culpa de buscar quedarse con la organización mientras Heriberto Lazcano “El Lazca” dejó de operar directamente en la agrupación.
Y que para ello, “Z-40” trata de quitar de en medio a todo cabecilla que puede competir contra él, como recientemente lo habría hecho con Jesús Enrique Rejón Aguilar “El Mamito”, entre otros.
“El Talibán” asegura que “Z-40” entregó información a la Policía Federal para que detuvieran a “El Mamito”.
Así que desde San Luis y Zacatecas principalmente, hasta Coahuila y Nuevo León, Velázquez Caballero y sus seguidores buscarán eliminar a Zetas leales a “Z-40”.
Incluso, en junio de este año, “El Talibán” mandó poner mantas para señalar la traición de “Z-40”.
Al mismo tiempo que colocaban la manta en Monterrey, exactamente en un puente peatonal de la avenida Félix U. Gómez frente a la Clínica 33 del IMSS, también ponían otra en el Jardín Independencia del centro histórico de Zacatecas.
En esa manta aparecía una fotografía de “El Lazca” en el centro y junto a él las fotografías de Zetas aprehendidos o asesinados.
Entre ellos aparecían Efraín Teodoro Torres “Z-14”, Jesús Enrique Rejón Aguilar El Mamito, Jaime González Durán El Hummer, Arturo Guzmán Decena “Z-1” y Raúl Lucio Hernández Lechuga “El Lucky”.
Y la leyenda de la manta decía que todos ellos habían sido traicionados o asesinados por “Z-40”.
También reprochaba a “El Lazca”, por haber dejado la organización en manos de Treviño Morales y que por ello éste hacía lo que quería, fundamentalmente por su ambición desmedida.
Que “Z-40” es un hombre que había sido lavacoches en Nuevo Laredo y por su ambición ahora traicionaba a quien se interpusiera en su camino.
Luego el 7 de junio, el mismo narcomensaje apareció frente a la Alcaldía de Ciudad Mante, Tamaulipas.
Pero esta vez fue colocado en la puerta de un camión de carga que tenía en su interior 14 cadáveres mutilados.
Coincidentemente el mismo número de muertos que hubo hace dos semanas en San Luis Potosí en venganza por lo de Mante, porque éstos son atribuidos a “Z-40”.
Y los desquites continuarán.
De tal manera que así como “El Talibán” mandó poner la manta en Ciudad Mante, en Zacatecas y en el centro de Monterrey, ahora le toca a él vengar la muerte de esos 14 seguidores que fueron asesinados por Zetas leales a Treviño Morales.
Por ello las calles de Monterrey no sólo serán escenario de ejecuciones como las de la semana pasada, cuando fueron asesinados 32 personas en tres días, entre el Cártel del Golfo y Los Zetas.
Ahora también la división hacia dentro de este grupo criminal es un nuevo ingrediente generador de violencia.
Y en esta fractura el máximo líder de la organización Heriberto Lazcano “El Lazca” tendrá que tomar partido, acción que seguramente dividirá aún más a la organización.
La guerra en Monterrey es crucial para estos enemigos que anteriormente eran compañeros, porque esta ciudad está bajo el dominio de “Z-40”.
Así que los seguidores de “El Talibán” seguramente tratarán de atacar a quienes son leales a Treviño Morales, luego del desquite de San Luis Potosí de los 14 asesinatos.
Todos ellos eran colaboradores de “El Talibán”, quien juró vengarse.
De hecho, el Procurador de San Luis Potosí, Miguel Ángel García Covarrubias, dijo que se trató de un enfrentamiento entre dos bandos de Los Zetas.
García Covarrubias confirmó que el motivo es la guerra entre Treviño Morales e Iván Velázquez.
Viejas rencillas
La fractura de Los Zetas empezó con las acusaciones dentro de la organización contra Miguel Ángel Treviño Morales “Z-40”, mano derecha de “El Lazca”.
Zetas de Veracruz, de Zacatecas y de San Luis Potosí lo acusan de haber traicionado a otros cabecillas de esa agrupación.
Desde octubre de 2011, Reporte Indigo publicó las acusaciones de algunos Zetas contra Treviño Morales.
Primero lo culparon en Veracruz, lo señalaron como el autor intelectual de la muerte de Efraín Teodoro Torres “Z-14”.
Lo acusaron de haber ideado el homicidio Torres en 2007.
Y “Z-14” era un emblemático sicario de los primeros 14 ex militares que formaron el grupo en tiempos de Osiel Cárdenas Guillén, hoy detenido y extraditado a Estados Unidos.
Otra vez el número 14 sale a colación.
Según la acusación, desde aquel año, cuando Los Zetas todavía eran el brazo armado del Cártel del Golfo, el “Z-40” ordenó matar al “Z-14” en una carrera de caballos.
De tal manera que en agosto de 2011, Zetas inconformes subieron a You Tube un corrido en el que acusan de traición a Treviño Morales.
Pero ahora no solo lo culpan de ordenar el asesinato de “Z-14”, sino también de dar instrucciones para que mataran a otros cabecillas y de entregar a la Policía Federal a otros más.
Y es que en el corrido ranchero cuentan que “Z-40” buscaría seguir ascendiendo en la jerarquía y que el único que queda encima es “El Lazca”.
Por ello, esas células de Los Zetas piensan que Treviño Morales eventualmente buscaría asesinar o entregar a “El Lazca”.
Califican a Treviño Morales como “Judas”.
En el video, piden a su máximo líder, “El Lazca”, que analice cómo es que muchos Zetas de alta jerarquía han sido aprehendidos por la Secretaría de Seguridad Pública federal sin un solo disparo.
Y es que aseguran en el corrido que Jaime González Durán “El Hummer”, detenido en noviembre de 2008, así como Enrique Rejón Aguilar “El Mamito”, aprehendido en agosto de 2011, fueron entregados por “Z-40”.
También dicen que entregó a esos Zetas porque le estorbaban para seguir ascendiendo dentro de la organización.
Incluso, en el video indican que Treviño Morales recibió la oferta de acercamiento por parte de José de Jesús Méndez Vargas, alias “El Chango Méndez”, líder de La Familia Michoacana.
Pero una vez que el narcotraficante de Michoacán viajó al municipio de Cosío, en Aguascalientes, “El Z-40” delató su ubicación para que lo detuviera la Secretaría de Seguridad Pública federal.
De hecho, califican a Treviño Morales como un fiel amigo de “Los Pitufos”, como llaman a los policías federales.
Luego apareció otro video: “Nuevo corrido de Los Zetas”, en el que se narran las supuestas traiciones que ha cometido el “Nuevo Judas”, como identifican a Treviño Morales, contra integrantes de esa organización.
Y todavía falta saber cuál será la determinación que tome Heriberto Lazcano “El Lazca”: si apoya a “El Talibán”, o continúa apoyando a Treviño Morales “Z-40”.
De hecho ya versiones que indican que líder máximo de Los Zetas entregó a gente leal de Treviño Morales en Quintana Roo, porque piensa apoyar a “El Talibán”.
Por lo pronto, es un hecho que Miguel Ángel Treviño Morales alias “Z-40” parece haber tomado el control total del grupo, incluso por encima del máximo dirigente.
Esta fractura es el ingrediente que faltaba para Monterrey, ya diezmada por la guerra entre Zetas y Cártel del Golfo, una guerra que estalló desde enero de 2010 y todavía continúa.
Todavía falta un cuatrimestre para concluir el año, pero ya la ciudad se perfila para tener, una vez más, el año más violento de su historia.
Cada 12 meses se supera la criminalidad en Monterrey y la autoridad trata de convencer que todo está bien.