La secta invisible

El grupo anárquico La Secta Pagana de la Montaña, que se acreditó las explosiones de la línea 2 del Mexibús en el Estado de México, es inexistente, al menos de manera oficial.

Así lo revelan documentos oficiales del Centro de Investigación y Seguridad Nacional (CISEN), la Procuraduría General de la República (PGR) y el Ejército mexicano que fueron entregados a través de una solicitud de acceso a la información.

Julio Ramírez Julio Ramírez Publicado el
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El Cisen refiere que el EPR enfrentó un fuerte proceso de fragmentación de 1998 al 2000 que derivó en la formación de varias escisiones

El grupo anárquico La Secta Pagana de la Montaña, que se acreditó las explosiones de la línea 2 del Mexibús en el Estado de México, es inexistente, al menos de manera oficial.

Así lo revelan documentos oficiales del Centro de Investigación y Seguridad Nacional (CISEN), la Procuraduría General de la República (PGR) y el Ejército mexicano que fueron entregados a través de una solicitud de acceso a la información.

Integrantes del supuesto grupo anarquista detonaron dentro de un patio de maniobras artefactos cuyos estallidos dejaron sin servicio el Mexibús durante algunas horas. El supuesto grupo se acreditó el ataque de la madrugada del 31 de octubre ese mismo día a través del portal contrainfo.

El estallido en el Metrobús “fue una muestra de nuestro rechazo y repudio en contra del frenético avance del desarrollo moderno, en este caso la infraestructura conectiva, que tranquilamente esperan que su funcionalidad siga su curso, tendiendo a mejorar las técnicas de eficacia y perfeccionamiento de transporte y comunicación, valiéndose de la autómata disponibilidad de la sociedad de aceptar y acatar las innovaciones tecnológicas, y hacerlas parte de sus patéticas vidas grises. “Si la civilización destruye la naturaleza, nosotros responderemos de la misma forma. Que quede claro, lo inevitable llega a pasar…”

Dos días después, La Secta Pagana de la Montaña y otras supuestas organizaciones emitieron otra comunicación en la que reivindicaron el ataque y su lucha en contra de la civilización y el desarrollo moderno.

“Se ha dicho que la PGR y el CISEN iniciaron investigaciones sobre lo sucedido, a lo que respondemos: No nos van a intimidar, que sepan que no vamos a parar nuestros ataques. Fuimos determinantes en lo que hemos hecho y en lo que haremos después, sabemos las consecuencias de nuestros actos y las afrontamos como venga, indica la comunicación”.

En el informe dice que los daños ocasionados en el Mexibús fueron mayores a los descritos en la prensa. El comunicado está firmado por otros grupos, además de La Secta Pagana de La Montaña: Grupo de Conspiración “Cría cuervos”, Grupo Estampida y “grupos afines”.

Sin embargo, la información de las dependencias de seguridad sobre grupos subversivos ignora la formación de La Secta Pagana de La Montaña.

El Ejército mexicano ubica solo a dos grupos subversivos: El Ejército Zapatista de Liberación Nacional (EZLN) y al Ejército Popular Revolucionario (EPR). Este último tiene dos escisiones llamadas Tendencia Democrática Revolucionaria (TDR) y Ejército Revolucionario del Pueblo Insurgente (ERPI). 

Todos estos grupos tienen operación, según el informe, en Chiapas, Guerrero Oaxaca y hay “evidencias de cierta presencia en el Valle de México”.

El Cisen refiere que el EPR enfrentó un fuerte proceso de fragmentación de 1998 al 2000 que derivó en la formación de varias escisiones y considera en su informe a otras dos otras organizaciones, fusiones del EPR: la Coordinadora Guerrillera Nacional José María Morelos y el Comando Jaramillista Morelense 23 de Mayo (CJM23M).

La PGR ubica en tres diferentes estados al mismo número de grupos subversivos en México: el EZLN en Chiapas, el ERPI en Guerrero y el EPR en Oaxaca. La fiscalía no reconoce más escisiones.

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